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miércoles, 5 de noviembre de 2014

LA FUERZA DEL TRABAJO


LA FUERZA DEL TRABAJO

Llevo una temporada valorando ideas, como el que rumia sus pensamientos, y por aquello de la sincronicidad y de que todo llega en su justo momento, me planteo si esa virtud que me caracteriza, me esta matando lentamente y se trata de   no parar sino aquietar mi vida.

En nuestra sociedad el desarrollo de la fuerza de trabajo se asocia a la adicción por el trabajo , es decir una necesidad de ir materializando todo lo que se nos ocurre con un cierto orden, pero sin acabar nunca esa lista y muchas de las acciones o trabajos que  empezamos, en el tiempo que habíamos supuesto como objetivo.

Quizás la combinación entre la hiperactividad y la adicción al trabajo, sean la causa de un comportamiento tan marcado y apoyado por la fuerza natural para trabajar constantemente, el desencadenante de esta situación.

Como todos sabemos o intuimos la hiperactividad  se caracteriza por la actividad excesiva y fuera de lo normal, y refleja en muchos casos una ansiedad; la  adicción al trabajo sin embargo es una implicación excesiva y progresiva de la persona en su actividad laboral o personal, sin control ni limite. Si añadimos a este guiso una fuerza del trabajo como aquella habilidad personal para desarrollar todo lo que te propones, el resultado es un cóctel molotov  con peligro en cualquier momento de explotar con el catalizador de la ansiedad al racionalizar que somos humanos y no divinos.

Quizás y solo quizás , y hablando en voz alta y tecleando en este blog, me auto ayudo a comprender  si esta hiperactividad tan intensa es justa y necesaria o si es condición suficiente pero no necesaria para alcanzar un grado de satisfacción personal coherente que no imprescindible en el camino de la felicidad.

Si por una parte tenemos que tener claro el uso racional del tiempo, por otro lado tenemos que tener claro  que nuestros objetivos tienen que ser racionales y escuetamente los necesarios en su justa medida pues el que mucho abarca poco centra o aprieta.

Por otro lado ser conscientes de la ansiedad tanto que utilizamos como la que generamos por no llegar a cumplir lo que nos hemos propuesto, pues está claro que la ley de Muphy existe  y que nos recuerdan  que son una expresión directa de las perversidades en el orden del universo y de que lo que planificamos a hacer o resolver en un tiempo nos cuesta por regla general,  el doble de lo que pensamos.

El neuroticismo de sobrepreocuparse por estar pendientes de una planificación y el estar abierto a lo nuevo, son factores de riesgo si no moderamos nuestra fuerza de trabajo, pues al fin y al cabo la fuerza del trabajo es una virtud que podemos aprovechar no solo en nuestro trabajo diario , sino también en nuestro tiempo libre , pero como siempre en su justa medida.

                                                       Ferran Aparicio
                                               5 de noviembre de 2014