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martes, 25 de febrero de 2020

VULNERABILIDAD ABSOLUTA


Cuando te paras a pensar en ciertas palabras como vulnerabilidad te das cuenta que como concepto absoluto no existe, es relativo y circunstancial, pues depende en que aspecto y circunstancia se exprese, cambia absolutamente su significado dentro de la semiótica de Ferdinand de Saussure. 

La vulnerabilidad también tiene como concepto un contenido abstracto en cuanto que parece tener existencia propia e independiente, pero que corresponde a una idea que sólo se realiza en otra u otras y que no se refiere a la realidad concreta, sino al hecho circunstancial. 

La vulnerabilidad como concepto es la cualidad de ser vulnerable, que como principio genérico se refiere a la susceptibilidad de ser lastimado o herido ya sea física o moralmente. 

El concepto puede aplicarse a una persona o a un grupo social, según su capacidad para prevenir, resistir y sobreponerse de un impacto, pero en general sin analizar las circunstancias en que se produce; las personas vulnerables son aquellas que, por distintos motivos, no tienen desarrollada esta capacidad y que, por lo tanto, se encuentran en situación de riesgo. 

Una vulnerabilidad es una cualidad que posee alguien o algo para poder ser herido, cuando hablamos sobre una persona o un objeto es vulnerable, significa que puede llegar a ser herido o recibir una lesión tanto física como emocional y también se puede aplicar de acuerdo con su capacidad para poder prevenir, resistir o sobreponerse a un impacto en específico, implicando tácitamente una situación de riesgo. 

Por otro lado, las condiciones sociales y culturales también determinan la vulnerabilidad, por lo que en este sentido para contrarrestar una vulnerabilidad se deberán reducir lo máximo que sea posible los efectos del peligro en cuestión. 

Generalmente la vulnerabilidad se relaciona con la capacidad disminuida de una persona o un grupo de personas para anticiparse, hacer frente y resistir a los efectos de un peligro natural, físico , geográfico o emocional o causado por la actividad humana, y para recuperarse de los mismos, lo que está claro es que un concepto relativo y dinámico, y aunque casi siempre se asocia con la pobreza, muchas veces en otros ámbitos la vulnerabilidad existe como factor de riesgo humano sin importarle la clase social o estatus económico, pues en el fondo también son vulnerables las personas que viven en aislamiento, inseguridad e indefensión ante riesgos, traumas o presiones. 

La otra cara de la moneda es la capacidad, que puede describirse como los recursos de que disponen las personas, familias y comunidades para hacer frente a una amenaza o resistir a los efectos de un peligro, lo cual supone como un escudo al riesgo que circunstancialmente se produce. 

En definitiva a pesar de tener claro que la vulnerabilidad absoluta no existe, sólo se trata en cualquier ámbito relativo, a contrarrestarla, reduciendo en la medida de lo posible los efectos del propio peligro, mediante mitigación, predicción y alerta, y preparación, como siempre…. sin más. 

Ferrán Aparicio 
25 de Febrero de 2020

jueves, 25 de febrero de 2016

SUPERVIVENCIA VITAL


Si hay algo que nos caracteriza a todos los humanos, por muy valientes que nos consideremos es la reacción ante nuestros miedos.

Ante el miedo sea del tipo que sea tenemos que reaccionar racionalmente, pues teniendo claro como concepto que es el miedo, solo se trata de utilizar los antídotos vitales de la supervivencia para vencerlo.

El miedo como concepto es una emoción caracterizada por una intensa sensación de percepción de peligro real  o supuesto, incluso intuitivo, como sensación de amenaza a nuestra integridad y sobre todo a  nuestra seguridad.

También es cierto que la máxima expresión del miedo es aquello que formalmente reconocemos como terror y que simplemente se corresponde con la dimensión del miedo ante la amenaza.

El problema surge cuando reflexionamos y nos damos cuenta de cuantas veces hemos sentido miedos de todas las índoles y colores y con la perspectiva del tiempo y una vez superadas las situaciones nos damos cuenta lo absurdo que ha sido nuestro comportamiento, pues  al fin y al cabo era un supuesto  a lo que nos enfrentábamos.

Una vez entramos en contacto con el concepto de miedo nos damos cuenta que el miedo es simplemente una respuesta adaptativa de supervivencia vital  y defensa ante algo o alguien que nos presupone un peligro para nuestra integridad física o psíquica.

Sin embargo el problema de adaptación surge cuando presupones algo que como premisa no es cierta y sobre la que elaboramos el argumento de un suceso, es entonces cuando la amenaza no es real y es cuando no puede ser resuelta con los mecanismos básicos de supervivencia.

Al final  de cualquier reflexión sobre el concepto del miedo te das cuenta que muchas veces es temporal y sólo se trata de enfrentarse a las situaciones con prudencia pero con ahínco, pues en definitiva los miedos son personales y no trasferibles en la mayoría de los casos.

La intervención de un punto de vista externo como  en cualquier situación  natural que manejamos en la vida nos puede dar un punto de  vista objetivo que puede ayudarnos a ver el problema o situación desde otra perspectiva.

Como con cualquier problema, solo se trata de encontrar la solución más adecuada y plantearnos que no podemos estar limitados a la convivencia de nuestros miedos pero tampoco por lo contrario podemos estar en contacto con amenazas y riesgos.

Como siempre bajar al plano de lo práctico, analizar que nos ocurre en el presente y de alguna manera nos amenaza sin llegar a idealismos y supuestos teóricos, es una forma de practicar la supervivencia vital de la presencia mental consciente con la sensación en el acto de conocernos.
                                                      Ferrán Aparicio
                                                25 de febrero de 2016