Dicen
que una de las virtudes más apreciadas por la humanidad, es el virtuosismo de
la tranquilidad. Paradójicamente la sociedad actual se ha contaminado de esa adicción al estrés como modus vivendi.
Todos conocemos o
reconocemos de alguna forma el concepto de estrés, pues en mayor o menor medida
lo hemos vivido en algún momento; sin embargo lo que muchos no conocemos es que
hay tres tipos de stress en la actualidad: el agudo, el episódico y el crónico
y cotidiano.
Como vemos hasta el estrés
queda referenciado en el tiempo que nos afecta. El estrés se convierte en
peligroso cuando se da alguna de estas tres circunstancias adversas: la
frecuencia, la prolongación en el tiempo o la localización en una parte del
cuerpo.
Las consecuencias del estrés
se traducen en manifestaciones patológicas
crónicas como son la ansiedad, la
depresión, el dolor de espalada o simplemente el dolor de estomago,
por decir un algo.
En cierta forma el cuerpo nos está avisando de lo que está
ocurriendo, sin embargo y por lo general y a pesar de la claridad de los
síntomas, la respuesta del ser humano suele ser errónea y es aislarse e ignorar
la expresión corporal de la patología evidente que estamos sufriendo.
Muchos especialistas reconocen que el aislamiento fomenta y incrementa
el grado de estrés, cuando una terapia natural y saludable sería expresarse reconocer las
exigencias y el desequilibrio, abrirse a
los demás y buscar ayudas de los otros o simplemente de un profesional.
Es importante por su
peligrosidad el analizar su patología clínica, aunque en la mayoría de los
casos se produce por problemas laborales, en los que el entorno , las
relaciones entre los puestos de trabajo de responsabilidad, la sobrecarga de
trabajo o en un estilo de dirección de ordeno y mano que marca a la
persona,crea una situación insostenible.
La inseguridad del propio
trabajo y trabajador con tanto despido y liquidación, así como unas relaciones
interprofesionales inadecuadas pueden dar lugar a un trabajo estresante y monótono.
El dialogo participativo, la
revisión del esquema organizativo, la cooperación son factores que ayudan a
solucionar el problema.
Cuando la situación es
irreversible que se resiste a mejorar, lo mejor es cambiar de trabajo y se lo
digo porque yo ya he empezado ha planteármelo, porque lo que está claro es que
no hay que olvidar que la salud va en ello y con la salud no se juega.
Ferrán
Aparicio
5 de septiembre de 2015