Hace unas
seis semanas comenzamos un año nuevo, si bien todo queda atrás por efectos de
eso llamado tiempo pasado, quiero
recordar que me había planteado una serie de propósitos futuros para este nuevo
año que empezaba.
Por aquello de la realidad
virtual de vivir en el presente, me viene a la cabeza cuales son los propósitos
que me había fijado para este nuevo año y la verdad es que la realidad y los hábitos
del día a día, los ha ido desvaneciendo.
Pero como siempre, nunca es tarde
cuando la dicha es buena y solo se trata de invitar al subconsciente de hacer
presentes esas realidades virtuales en forma de propósitos que nos habíamos planteado.
El propósito como realidad
virtual tiene carácter de futuro, aunque simplemente sea algo que uno quiere
conseguir o cambiar, simplemente por necesidad o convicción, eso si de una
forma personal y como siempre utilizando sus propios medios.
En este sentido muchas veces
hacemos una lista demasiado llena de propósitos ´y por aquello de la teoría de
Murphy, todo nos lleva más tiempo del
que pensábamos y se nos acumulan en demasía, por lo que no todos los propósitos
del año anterior se han cumplido, ni 5todos mis deseos se han hecho realidad.
El avance real se traduce en transpolar
la realidad virtual en realidad física y eso sólo se consigue teniendo
continuamente presente aquello que queremos o deseamos.
Muchos autores y coaches,
aconsejan apuntar, dibujar, racionalizar, representar es decir poner nuestros propósitos
en algo tangible que los represente y que este en nuestro medio para que al
visualizarlo recordemos que la realidad virtual es aquello que tenemos presente
y no se nos olvida.
Al final la clave del éxito
está en el pensamiento , eso sí
pensamiento racional de visualizar y racionalizar que es lo que queremos y
convertir nuestro esfuerzo dirigido a transformarlo en hábito, que en mayor o
menor medica como siempre con una pizca
de perseverancia , nos ayudará a encontrar el objetivo cumplido.
Independientemente de que el
ser humano siempre quiere más, lo que se
traduce a la continuidad de un deseo constante, las personas evolucionamos y no
somos los mismos en el tiempo, es por ello que hay que focalizar en objetivos
concretos sencillos y alcanzables, pues a largo plazo quizás y sólo quizás los propósitos
pierden valor y sentido.
La realidad virtual y la
realidad física tienen su punto de encuentro en el momento tiempo que al fin y
al cabo se traduce en un hábito diario dirigido de una forma inconsciente y
consciente al mismo tiempo, sin mucha explicación pero funciona como fuerza
compuesta de ambos factores, que mantenido durante un tiempo o espacio de
tiempo con constancia y perseverancia nos acerca a aquello que hemos
pretendido.
Les animo como siempre a
focalizar sus ilusiones, simplemente trasladando la realidad virtual a su
propia realidad.
Ferrán Aparicio
10 de febrero de 2016