La verdad es que nunca me había parado a pensar sobre el
término estrategia, he visto por motivos profesionales, como determinados
compañeros, amigos y conocidos de los
llamados trepas han ido montándose su propia escaleta y sin más llegar a lo más
alto, o al menos a lo que creen que es lo más alto, por aquello que uno es más
rico cuanto menos necesita a la par que uno es más alto cuando menos tacones
utiliza en esta vida, por decir un algo.
Es
cierto que todos nos movemos por unos intereses y que en la vida se trata de
tomar decisiones en cada momento, planificarlas y ejecutarlas, lo hacemos desde
de que nos levantamos hasta que decidimos acostarnos, pero el problema que
surge en los tiempos que corren es si realmente estamos siendo honestos y
claros con las decisiones que tomamos o debemos parar un poco y reflexionar, si
realmente son oportunas y necesarias, nuestras acciones o en su caso el
inmovilismo por el miedo a perder lo que hemos acumulado con tanto sacrificio,
si es que realmente hemos acumulado algo.
Es
de todos conocido que la humanidad somos unos seres de costumbres y cuando
variamos nuestro modo vivendi, surgen esos miedos al cambio, pero también es
cierto que llegados a un punto debemos comenzar
a empezar a ser estrategas de nuestra vida, por aquello de que lo perdido, perdido
está y tenemos mucho por ganar.
Es
cierto que cada uno de nosotros nos hemos
creado una zona de confort en la que con mejores o menores medios aguantamos y
como el gueco, para no movernos hasta ver
una oportunidad clara, pues tenemos tendencia a adaptarnos a nuestro entorno
inmediato independientemente que de algún modo sea letal.
Siempre
he pensado y más con las perspectiva de la vida que las cosas han llegado en su
justo momento ni antes ni después, pero también es cierto que ya resuena la
historia como un recurso fácil y hay que empezar a posicionarse como estratega en
una estrategia personal, pues las canas
van apareciendo y uno ya no es un chaval.
Las
razones para cambiar son muchas y las razones
para no cambiar simplemente miedos, pero quizás la más importante no es la
falta de opciones sino el miedo a
reinventarse eso si desde la consciencia
del estratega que utiliza la racionalidad y el sentido común para posicionarse
y muy al margen de lo que puedan pensar los demás.
Es
hora de hacer limpieza, derribar prejuicios e intentar algo nuevo y actuar como
estratega de nuestra estrategia, estudiando el conjunto de acciones que
componen nuestro plan para conseguir el logro que nos hemos establecido.
Es
hora de empezar una nueva aventura, pero lo voy a plantear, explicar y sobre todo comunicar escuchándome, de un modo
muy distinto a hasta ahora. Eso quizás sorprenda, disguste, pero lo que es
cierto es que un conjunto de acciones planificadas anticipadamente al menos
cuyo objetivo es alinear recursos y potencialidades, no puede ser una mala
estrategia, al menos para crecer como persona.
Ferrán
Aparicio
25 de Marzo de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario