Hay conceptos que
plantean cierto parecido, se acercan, se alinean, incluso a veces se entre mezclan
y al final se disuelven en una deformación, que muchas veces causan confusión
como es el caso de los principios y valores.
Tal cual
nos define la Wikipedia, un principio es una ley o regla que se cumple o debe
seguirse con cierto propósito, como consecuencia necesaria de algo o con el fin
de lograr un propósito.
Los
Valores son todas las cosas que proveen
a las personas a defender y crecer en su dignidad y son de alguna manera
perfeccionados por cada persona en función de su experiencia.
Sin
embargo cuando los medios se subordinan a los fines en orden a una eficacia, el
principio actúa como orientador de la acción, pero son los valores los que
marcan el estilo propio de ejecutar la acción.
Por otra
parte aplicar los valores propios es una
decisión netamente de la persona y no está obligado a ejecutarlo, es decir,
cada persona es dueña de sus elecciones, y está en su juicio decidir si opta
por ellos o no, sin embargo elegir y tomar acción sobre estos, tendrá un efecto
de calidad extra en cada persona, eso sí, respetando y cumpliendo los
principios generales que define la ética de una sociedad y que se suponen
válidos para todos.
Aun así, otra
manera de concebir los principios inherentes a un sistema o una disciplina es
como determinar las características esenciales de un sistema, que los usuarios
o personas asumen, y sin los cual no es posible trabajar, comprender o usar y participar en dicho sistema.
Siempre
hemos oído y de alguna manera aprehendido que todos tenemos una escala de
valores y todos, por empatía, convicción o simplemente por convencimiento
consideramos que hay cosas que defender por encima de todo y otras por las que
no pasaríamos jamás.
Pues
bien, al defender aquello que consideras importante vas a dejar clara tu
postura y eso va a conseguir atraer a quienes piensan como tú, pero se callan
por miedo, vergüenza o porque piensan que están solos, coincidiendo en
principios y valores.
Sin
embargo cuando el principio establece en la conciencia individual una norma de
acción necesaria para la realización de un valor como último, incondicionado y
universal, en sentido de un acto obligatorio, de manera determinante, consideramos
un principio de eticidad básico y elemental, en lo que no entra el concepto de
valor, simplemente es el cumplimiento de una norma que es igual para todo el
mundo.
Cuando
los medios se subordinan a los fines en orden a una eficacia, el principio
actúa como orientador de la acción entrando los valores como medio para
alcanzar ese objetivo, con un principio de racionalidad.
La
concordancia entre ambos conceptos no es más que aceptar la capacidad de gobernar y disciplinar a uno
mismo mediante el uso de la razón una actitud justa y objetiva, y permisiva
hacia aquellos cuyas opiniones, prácticas, raza, religión, nacionalidad, etc,
difieren de los propios, interaccionando principios y valores.
Ferrán Aparicio
15 de Febrero de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario