Hace tiempo que la palabra
disfunción resuena en mi cabeza, quizás sea por estos anuncios en el periódico y
televisión sobre la disfunción eréctil, pero no señores, no va por ahí el tema,
simplemente me estoy replanteando la disfunción emocional ante la esta etapa de
supervivientes que estamos pasando los españolitos de a pie, que quizás presuma
por ser definida como supervivencia.
La supervivencia muchas veces
se centra en alejar nuestras fobias y miedos del medio en el que nos estamos
alojando, pero lo que es también bien cierto es que no podemos confundir los
miedos con las fobias, ni tampoco hacer dos cosas al mismo tiempo , salvo
pensar y hacer el pino puente.
El miedo como tal es una
emoción caracterizada por una intensa sensación provocada por la percepción de
un peligro o amenaza que se deriva de la aversión natural al riesgo y se
expresa en su máximo esplendor en el terror. Generalmente el miedo como actitud
lo que genera es cierta ansiedad.
La fobia por el contrario es
un pánico que personaliza al miedo como un trastorno de salud emocional que se
caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante situaciones concretas
que normalmente ya hemos vivido y nos han causado un impacto emocional a nivel
sensitivo.
Sin embargo el miedo es una
respuesta adaptativa de supervivencia y defensa a algo que nos preocupa, nos
alerta o simplemente nos transmite un estado de peligrosidad, muy diferente al
sentimiento de fobia que resulta como una emoción exagerada de miedo extremo.
En cualquiera de los dos casos,
está claro que debemos replantearnos cuál es la causa real de nuestros miedos o
fobias, cuando verbalizamos un miedo o una fobia somos capaces de ser espectadores
de sus motivos, por lo que es el inicio de la cadena para superarlos como
espectadores de nosotros mismos. Con o sin ayuda externa y como todo en la vida;
el análisis de la causa es la solución al problema.
Como todo en la vida una vez
experimentado ya carece de sorpresa, tanto si mantenemos nuestra actitud como
si nos sobreponemos a ella. No es malo tener miedos, es al fin y al cabo una
alerta natural al peligro, pero como en cualquier tema o cualquier suceso, el
controlar la situación que nos produce puede ayudarnos a reaccionar como disfunción a la supervivencia.
Supervivencia implica seguir
viviendo eso sí, en el aquí y ahora, atendiendo a las señales que se nos
presentan y que nos ocurren, sin entrar en la disfunción del comportamiento
emocional que nos generan, sino todo lo contrario, siendo consciente de lo que
nos implican, tanto positivamente como negativamente.
No podemos plantarnos la vida
como un ideal, pero lo que si podemos es permanecer conscientes desde la
observancia pero con ausencia de un juicio crítico, actitud que nos generará
como en un círculo vicioso ir del miedo a la fobia y viceversa.
Ser consciente de los efectos
disfuncionales que nos produce un determinado tipo de actitudes es la actitud
que nos ayudará en muchas ocasiones a
salir del autoengaño y en cualquier caso a tener un estado de estabilidad y paz
interior, lo cual no es cuestión baladí.
Ferrán Aparicio
30
de marzo de 2015