Mucho me esta resonando últimamente esta expresión, más es menos, y
después de analizarlo un poco más detenidamente es por la resonancia que está
teniendo el libro de Barry Schwartz, como título de su teoría.
Es cierto que intuitivamente y
por nuestra contemporaneidad hemos crecido en el espíritu de que más es más y mucho más, es decir siempre queremos más de todo,
sin embargo llega un momento en la vida de todas las personas, que bien por
acción bien por omisión, hay que seleccionar y delimitar cada uno de los
aspectos que componen nuestra vida.
Es cierto que depende de lo que
estemos hablando; un mayor número de opciones nos dan una mayor posibilidad de
elección, sin embargo hay decisiones cotidianas que nos abruman por su
complejidad y ante el desconocimiento de sus consecuencias, vamos
Todo en la vida en su justa
medida resulta la respuesta al
equilibrio y en este sentido el exceso de oferta puede hacer plantearnos
decisiones antes de tomarlas y en caso
contrario, todo lo contrario, es decir sin opciones no hay resolución, lo que a
corto plazo nos puede resultar frustrante en cuanto a no poder ver con
clarividencia y seguridad que es por lo que estamos apostando o en su caso
decidiendo.
En general la toma de consciencia
de cuáles son las herramientas tanto materiales, como intelectuales, incluso
espirituales, quizás sea la respuesta, a no considerar la cantidad de material,
sino a la escala de valor que tiene cada uno de los elementos en nuestra vida,
cuál es su vida útil y cuál es el fin a que se le destina, por decir un algo.
Hoy en día no hay excusa para
bloquearnos en una toma de decisiones, pues disponemos de muchas más herramientas
para poder afrontar las respuestas, sin embargo la envolvente de una cultura
tan amplia, donde las posibilidades de elegir son tan ilimitadas, resulta un
exceso de opciones que nos puede abrumar a la hora de tomar una decisión.
En definitiva y como contenido
básico de este escrito, simplemente una reflexión que como decía Schwartz, nuestra
elección general y puntual para cada problema marca el sello distintivo de la
libertad individual y la autodeterminación que
tanto celebramos, sin menos cabo que muchas veces se vuelva en contra
por no asimilar que hemos errado en nuestra elección.
Les animo a replantearse, si más es menos o si realmente menos es más,
todo depende de la escaleta que ustedes hayan previsualizado para su vida, pero
lo que tengo mucho más claro es que no vale la pena tener más para ser menos,
ni vivir obsesionado con tener más y más, pues al final de todo lo único que vale es de haber disfrutado de
esas pequeñas cosas de cada día, que no son ni más ni menos , sino del sabor
con que vivimos nuestro presente, nuestro presente sin más.
Ferrán Aparicio
15 de Septiembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario