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jueves, 20 de junio de 2019

POST MORTEM



El latinismo post mortem, cuyo significado literal es después de muerto, se emplea para referirse a la exploración médica de los cadáveres con el fin de obtener información relevante sobre las causas y las circunstancias de la muerte de un individuo. 

Además del latinismo post mortem, hay otros que tienen igualmente una cierta relación con las circunstancias cercanas a la muerte, como corpore insepulto, corpus delicti o nasciturs. Son muchos los latinismos que utilizamos en la comunicación, sin embargo este me llama la atención pues una vez muerto no hay nada posterior y nadie ha vuelto para contarnos que se siente después de muerto. 

Durante el romanticismo fue usual fotografiar a las personas post mortem, vestidas con sus más elegantes ropas, junto a sus amigos y familiares, para guardar de ella, un último recuerdo, hoy en día con el uso de los móviles parece que la historia se repite. 

Pero la aplicación de este vocablo latino tiene otras afecciones como es en el caso de amor. El amor post mortem, significa amor después de la muerte, amor más allá de la muerte. Este tópico tiene un origen muy antiguo y en si mismo es una forma máxima de expresar la fuerza del amor. 

Por una parte tiene un carácter eterno ya que el sentimiento de amor perdura incluso después de la muerte. El tópico se basa en la desesperación de los familiares y amigos de un ser querido que ha muerto, y por tanto les causa una ausencia pues el amor después de la muerte es una de las mayores pruebas de fidelidad. 

Ciertamente, la mayoría de nosotros somos capaces de resolver las situaciones complicadas que se nos presentan por nuestras propias vías. Sin embargo el solicitar ayuda no se excluye del abanico de opciones que podemos utilizar como recursos, para superar cualquier inconveniente, el problema de las situaciones post mortem es que ya no se puede hacer nada y es tarde para tomar decisiones. El planteamiento sería de vez en cuando replantear nuestras vidas, pues muchas veces, no somos capaces de resolver nuestros conflictos. 

En fin… Nos podemos ahogar en una cantidad inmensa de saboteadores, que solo reflejan la importancia que le damos a lo que opinen los demás de nosotros, en lugar de abrir espacio para dejar entrar lo que del otro nos puede sumar en un momento determinado, y llegar a un estado de paz pre mortem. 

Si bien es cierto que hay quienes no pierden tiempo para juzgar y criticar la vida de los demás y realmente disfrutan cuando alguien a su alrededor sufre un tropiezo o mejor aún, una caída mortal, también es necesario resaltar que muchas personas están dispuestas a ayudar, inclusive de manera desinteresada, antes de llegar a una situación post mortem. 

A pesar de que siempre resulta muy complejo entender qué mecanismos mueven los engranajes emocionales, sociales y neuroquímicos de las personas, lo que sí tenemos claro es que una buena red social y la calidad de las interacciones del día a día son factores clave para el tratamiento de la propia realidad y te invito a reflexionar sobre ello, pues una vez muerto,… se murió tu mejor amigo que al fin y al cabo ese eres tú.

Ferrán Aparicio
20 de junio de 2019

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