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miércoles, 30 de diciembre de 2020

BALANCE GENERAL....


Si hay algo que hemos aprehendido  este año,  los que vivimos solos, es la aceptación al miedo a la soledad.

 En el primer periodo de confinamiento,  el ocultismo y la situación hacía desconocer que estaba pasando realmente al estar todos encerrados en nuestras casas

Mucho temíamos a que la pandemia nos afectara y vernos ingresados en un hospital sin comunicación ni  contacto con el exterior. Sin embrago la mente que es prodigiosa acabó  adaptando esta realidad y mediante una resiliencia absoluta superar esta crisis valorando la soledad como algo  a valorar en demasía.

En principio, el miedo a estar solo en la vida es algo adaptativo, positivo y saludable pero como todo en la vida, por aquello que lo poco gusta y lo mucho cansa,  hay ciertos límites que no se deben sobrepasar.

Sin embargo hay personas que están solas y viven y brillan y se entregan a la vida de la mejor manera,  que no se apagan, al contrario, cada día se encienden más y más, disfrutando de la soledad porque las ayuda a acercarse a sí mismas, a crecer y a fortalecer su interior.

Esas personas son las que un día sin saber el momento exacto ni el por qué se encuentran al lado del que las ama con verdadero amor y se enamoran de una forma maravillosa, pues se conocen a sí mismos y saben sus límites elásticos hasta donde pueden llegar a estirar y en cualquier aspecto de la vida.

Realmente  es la sociedad quien nos enseña a aborrecer la soledad por definición y eso estoy convencido que no es realmente así. En este sentido se nos educa en la idea preconcebida de que debemos tener compañía para ser una persona completa y disfrutar de la vida.

Solemos asociar el hecho de no tener pareja con el aislamiento afectivo y social. Sin embargo, no tener pareja no es sinónimo de recluirnos o de no tener opción a tener contacto humano significativo. Convivir en pareja es una opción, del mismo modo que permanecer en soledad. A pesar de ello, la idea que suele predominar es la gran felicidad que se siente estando en pareja.

No hay una fórmula mágica que nos ayude a superar el temor a estar solos, pero  sin embargo, la mejor manera de acabar con él es comenzando a estarlo, arriesgándonos a sentir, a conocernos y a caminar sin ayuda.

Saber estar en soledad, nos enseña a establecer relaciones más sanas, sin dependencia ni apegos. Relaciones basadas en el amor, el respeto y la tolerancia.

También cabe la posibilidad de que no queramos enamorarnos de nadie y de que, por tanto, deseemos estar solos para conocernos más o vivir experiencias que de otro modo no podríamos, sin derechos ni obligaciones , pero lo mejor es cada uno haga su balance general y decida lo que más le convenga , como siempre ,.., sin más.

 

                                                           Ferrán Aparicio

                                                  30 de diciembre de 2020

 

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