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sábado, 5 de diciembre de 2020

CONSECUENCIAS INMEDIATAS


Durante la pandemia de la COVID-19 los gobiernos de diferentes países han ido comunicando a la población una serie de recomendaciones contra el virus.

Bien es cierto que no sabemos el contenido de toda la realidad  y no sabemos de la misa la media,  sin embargo siempre hay algunas personas  que rechazan seguir estas pautas.

Lo que está claro, para todos o casi todos,  es que ocultar esta información puede generar un peligro para la salud pública. El rastreo de personas infectadas o que hayan estado en contacto con infectados con el virus es fundamental para frenar la propagación, independientemente que llegue una vacuna y nos inmunice a todos, pero  mentir sobre el comportamiento en la pandemia o nuestros síntomas dificulta este rastreo y la solución final.

Si analizamos el contexto mundial, los gobiernos que promueven la unidad y la cooperación en sus campañas contra el virus tienen tasas más bajas de infección entre sus ciudadanos

En este sentido los discursos gubernamentales, la información de los medios de comunicación, el diálogo en las redes sociales y las conversaciones cotidianas, han generado contradicciones, pero lo está claro  es que la covid-19 dejará sus consecuencias y legado particular en esta generación

El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que, por el número de casos de contagio y su presencia en prácticamente todos los países del mundo, el nuevo coronavirus se había convertido en una pandemia.

El término pandemia se emplea cuando una epidemia ocurre alrededor del mundo, o en una área muy amplia, cruzando fronteras internacionales y por lo general afectando a un gran número de personas.

A pesar de que la globalización y el neoliberalismo promueven la idea de la libre circulación de personas, bienes, servicios e ideas, desde que surgió la pandemia , se han frenado este fenómeno. En este sentido Las consecuencias de una pandemia moderna  se ha observado un regreso a la idea de frontera física como condición del restablecimiento de la identidad nacional y la soberanía política.

Con la gestión de la covid-19 que están llevando a cabo los gobiernos, la frontera ya no sólo es territorial, sino que llega hasta el nivel del cuerpo individual; el control biopolítico se ejerce hasta los hogares debido a las medidas de confinamiento domiciliario y se logra gracias al uso de la tecnología.

Debido a que el coronavirus se extiende rápidamente, y la mayoría de quienes lo portan no presentan síntomas, es un fenómeno de difícil control, por lo que las consecuencias inmediatas son  que nadie es susceptible de  no pillarlo, con que cuídense que yo ya lo hago por si acaso.

                                                           Ferran Aparicio

                                                   5 de diciembre de 2020

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