Polvo eres y en polvo
te convertirás” y “Arrepiéntete y cree en el evangelio”, son unas de las frases
el miércoles de ceniza , se oyen en el acto de la ceniza, mientras pintan en la frente de los feligreses
la cruz de ceniza al inicio de la Cuaresma. Su significado es el recuerdo para la preparación a la pasión,
muerte y resurrección de Jesucristo.
La
verdad es que nos recuerda a la muerte como el final de un camino que es la
vida independientemente del recorrido que tenemos cada uno.
La
muerte es un efecto terminal que resulta de la extinción del proceso
homeostático en un ser vivo; y con ello el fin de la vida, y en general puede producirse
por causas naturales como son la vejez, la
enfermedad, o el desastre natural o inducidas como el suicidio, homicidio,
eutanasia, aborto, accidente, o simplemente como consecuencia de un desastre
medioambiental.
El
proceso de fallecimiento, si bien está totalmente definido en algunas de sus
fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico, aún no es
del todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y
neurológico, y existen discrepancias científicas al respecto.
Mas
lo característico de la experiencia humana de la muerte es que en todos los
casos desemboca no sólo en la comprensión del hecho de que hay muertes, sino
del hecho de que la muerte es algo indisolublemente ligado a la existencia. Aunque
antes se creía que las cenizas que eran
de los restos de los muertos, las cenizas son el resultado de la quema de las
palmas del Domingo de Ramos del año anterior.
En
si mismo la ceniza no tiene valor, tiene que ver con un signo de penitencia, ya
que nadie atesora ceniza, entonces, el imponer ceniza, es para recordar, tú que
tanto te crees, que tanto te valoras y te exaltas, eres polvo en polvo vas a convertirte
en polvo como métafora de los restos oseos en los que quedamos.
Nuestros
padres nos infundieron y esto va de generación en generación con nuestros
abuelos a nuestros padres a nosotros, si bien cada día es menos frecuente por
los católicos practicantes y menos en
los de católicos no practicante el imponerse la ceniza.
La
ceniza es un símbolo de los antiguos
ritos con que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia, y se nos
invita a recordar nuestra mortalidad, pues está claro que somos polvo y en
polvo nos convertiremos. La imposición de ceniza es una costumbre que nos
recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en
polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio,
todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad.
Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por
Dios y por nuestros hermanos los hombres.
Antiguamente
se definía la muerte como el momento en que cesan los latidos del corazón y la
respiración, pero el desarrollo de la ciencia ha permitido establecer que
realmente la muerte es un proceso, el cual en un determinado momento, se torna
irreversible el proceso de la vida , es el fin de la vida, opuesto al nacimiento y
sólo se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un
nacimiento, por eso es bueno recordar al menos una vez al año que polvo eres y
en polvo te convertirás.
Ferrán Aparicio
5 de marzo de 2020