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jueves, 5 de marzo de 2020

POLVO ERES Y EN POLVO TE CONVERTIRAS


Polvo eres y en polvo te convertirás” y “Arrepiéntete y cree en el evangelio”, son unas de las frases el miércoles de ceniza , se oyen en el acto de la ceniza,  mientras pintan en la frente de los feligreses la cruz de ceniza al inicio de la Cuaresma.  Su significado es  el recuerdo para la preparación a la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

La verdad es que nos recuerda a la muerte como el final de un camino que es la vida independientemente del recorrido que tenemos  cada uno.

La muerte es un efecto terminal que resulta de la extinción del proceso homeostático en un ser vivo; y con ello el fin de la vida, y en general puede producirse por causas naturales como son  la vejez, la enfermedad, o el desastre natural o inducidas como el suicidio, homicidio, eutanasia, aborto, accidente, o simplemente como consecuencia de un desastre medioambiental.

El proceso de fallecimiento, si bien está totalmente definido en algunas de sus fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico, aún no es del todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y neurológico, y existen discrepancias científicas al respecto.

Mas lo característico de la experiencia humana de la muerte es que en todos los casos desemboca no sólo en la comprensión del hecho de que hay muertes, sino del hecho de que la muerte es algo indisolublemente ligado a la existencia. Aunque antes se creía  que las cenizas que eran de los restos de los muertos, las cenizas son el resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior.

En si mismo la ceniza no tiene valor, tiene que ver con un signo de penitencia, ya que nadie atesora ceniza, entonces, el imponer ceniza, es para recordar, tú que tanto te crees, que tanto te valoras y te exaltas, eres polvo en polvo vas a convertirte en polvo como métafora de los restos oseos en los que quedamos.

Nuestros padres nos infundieron y esto va de generación en generación con nuestros abuelos a nuestros padres a nosotros, si bien cada día es menos frecuente por los católicos  practicantes y menos en los de católicos no practicante el imponerse la ceniza.

La ceniza  es un símbolo de los antiguos ritos con que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia, y se nos invita a recordar nuestra mortalidad, pues está claro que somos polvo y en polvo nos convertiremos. La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Antiguamente se definía la muerte como el momento en que cesan los latidos del corazón y la respiración, pero el desarrollo de la ciencia ha permitido establecer que realmente la muerte es un proceso, el cual en un determinado momento, se torna irreversible el proceso de la vida , es  el fin de la vida, opuesto al nacimiento y sólo se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un nacimiento, por eso es bueno recordar al menos una vez al año que polvo eres y en polvo te convertirás.

                                                         Ferrán Aparicio
                                                     5 de marzo de 2020


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