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jueves, 20 de agosto de 2020

ESCEPTICISMO PURO Y DURO


El mundo está lleno de maravillas y aventuras por descubrir. En los últimos meses hemos tenido que adaptarnos a una nueva situación, originada por el coronavirus, que ha obligado a posponer muchos planes y viajes que esperábamos con ilusión, como cada año haciendo planes para nuestra etapa vacacional.

La pandemia por coronavirus ha provocado  que los meses de confinamiento, la situación crítica que se ha vivido en los hospitales, los duelos sin despedidas y la crisis económica den paso a otra crisis sanitaria, y en especial a la situación de escepticismo emocional.

Ese escepticismo se ha producido en la medida que el encierro disminuye, la posibilidad de contagios también genera soledad, perdiendo la rutina habitual ,ya sean actividades del hogar, el trabajo y la escuela, así como actividades físicas y de esparcimiento, con esto hay pérdida o reducción de la interacción social con familia y amigos.

Este impacto, además, puede llevar a síntomas más graves como depresión o sentimientos de desesperanza, tristeza, cambios en el apetito, insomnio o dormir demasiado, ansiedad, estrés agudo o incluso síntomas de estrés postraumático, ira, fastidio y agotamiento emocional intenso.

El coronavirus es un estresante psicológico significativo, además, tiene un gran impacto en todas las facetas de la vida y organización de las personas en prácticamente todos los sectores sociales y económicos del mundo. Además a ese escepticismo emocional se suman una sensación de lentitud física y mental, hastío y aburrimiento, desánimo para realizar actividades comunes e irritabilidad y enojo, lo que denota que nos ha cambiado en nuestra forma de ser y de pensar.

Los especialistas determinan que el estrés, el aislamiento social y la violencia familiar probablemente afecten la salud cerebral y el desarrollo de los niños pequeños y los adolescentes, además, la reducción de la actividad física y la disminución de los estímulos intelectuales aumentan el riesgo de reacciones sin patologías claras, por no hablar de la forma de trabajar vía telemática , eso si aquellos que hayan tenido la suerte de mantener su trabajo y no caer en un ERTE sin fecha de caducidad. 

Solo se trata de reconocer las emociones y aceptarlas, y también es importante que se compartan evitando saturarse de información y buscar fuentes confiables, y aceptarlo con naturalidad independientemente que nos sintamos vulnerables y a la par escépticos por un futuro poco fiable.

Esta pandemia también nos ha dado la oportunidad de replantearnos , mucha gente ha considerado la posibilidad de cambiar de casa y vivir en el campo en plena naturaleza donde el contagio puede ser relativo pero también nos ha dado tiempo eso que ahora tenemos  y nos permite ejercer otras actividades como aprender algún idioma, reforzar conocimientos o habilidades del trabajo y realizar alguna manualidad, así como ejercitarse físicamente.

Al final lo aceptamos todo incluso estar escépticos de una forma pura y dura, pues esos nuevos planteamientos nos pueden ayudar a afrontar las consecuencias del aislamiento que, además de prevenir los contagios, también resta posibles consecuencias.

                                                 Ferrán Aparicio
                                          20 de agosto  de 2020