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lunes, 30 de junio de 2025

PIENSA LO QUE DIGAS Y DI LO QUE PIENSAS

Pensado fríamente la situación perfecta de equilibrio en la comunicación verbal y no verbal, es pensar lo que decimos y decir lo que pensamos, de una  forma natural , que no ficticia.

En este sentido la asertividad es una estrategia de comunicación basada en decir las cosas sin agredir ni someter la voluntad del otro, defendiendo los propios deseos y opiniones.

Pero decir lo que realmente se piensa, dándose a valer y sin pisar al otro no es siempre una tarea fácil, pus en muchas ocasiones las verdades ofenden y lo fundamental es  para establecer relaciones sanas y también para ser feliz manifestar las propias convicciones y defender los propios derechos.

La  asertividad es una forma de expresión consciente, directa y equilibrada cuyo objetivo es defender la ideas, deseos y sentimientos propios sin perjudicar u ofender al otro. Para ello, es necesario tener autoconfianza y autocontrol, así como evitar dejarse llevar por las emociones.

La persona asertiva se aprecia y se acepta sin juicio crítico destructivo ninguno, le gusta la manera que es en todos los sentidos, busca lo mejor para sí misma, tiene confianza y seguridad en sus capacidades, valora sus esfuerzos y se respeta y así de este modo, la baja autoestima puede llevar a sentimientos de apatía, aislamiento y pasividad, mientras que la alta autoestima se relaciona con mayor actividad, sentimientos de control sobre las circunstancias, menor ansiedad, mejor capacidad para tolerar el estrés interno o externo, menor sensibilidad a las críticas y mejor salud física

Cuando te comunicas con los demás siempre debes considerar la situación en la que te encuentras y el contexto porque no todas las situaciones requieren el mismo tipo de lenguaje oral, el tipo de lenguaje corporal y señales no verbales pueden y deben cambiar.  

Al igual que pasa con las expresiones y las palabras, diferentes gestos pueden tener interpretaciones y connotaciones muy diferentes según la situación o el contexto y este consejo refuerza el anterior, y hace hincapié en la importancia de considerar dónde, cuándo y para quién se está hablando.

Para superar los errores anteriores y poder mantener relaciones sanas, evitando las malas interpretaciones, debes de utilizar herramientas rutinarias  para aprender a decir lo que piensas y para que el otro sepa qué quieres decir.

Solo hace falta practicar para que la asertividad a la hora de decir las cosas sea una conducta diaria, ejemplos como hablar en primera persona tantas veces como sea posible, tendrá como reacción que  el otro no se pondrá a la defensiva y mantendrá la atención para ver qué tiene que hacer para cambiar sin sentirse atacado, pùes la clave es la descripción de los propios sentimientos y de por qué se han desencadenado los mismos. 

 

                                                           Ferrán Aparicio

                                                       30 de Junio de 2025