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sábado, 25 de junio de 2022

EL MALESTAR EN LA CULTURA

Me viene a la cabeza el libro de Sigmund Freud, en relación a la crisis mundial que está produciendo la guerra de Rusia con Ucrania, esa invasión reclamando la potestad despótica de una cultura histórica de la que reclama su paternidad, cuando en el fondo lo que buscan son el estado económico de los recursos que ese país independiente, tiene por debajo de sus intenciones.

 El malestar en la cultura es un ensayo de Sigmund Freud publicado en 1930, donde  el tema principal de la obra es el irremediable antagonismo existente entre las exigencias pulsionales y las restricciones impuestas por la cultura.

 El verdadero significado refleja la  contradicción entre la cultura y las pulsiones donde rige lo siguiente: mientras la cultura intenta instaurar unidades sociales cada vez mayores, restringe para ello el despliegue y la satisfacción de las pulsiones sexuales y agresivas, transformando una parte de la pulsión agresiva en sentimiento de culpa.

 Para Freud, la vida y la civilización, entonces, nacen y se desarrollan a partir de una eterna lucha entre estas dos fuerzas interpersonales de amor y odio.

 La contradicción entre cultura y pulsiones radica en que la cultura intenta instaurar sociedades pacíficas restringiendo la satisfacción de las pulsiones agresivas. Precisamente por estas restricciones, dichas pulsiones terminarían transformándose en sentimiento de culpa.

 En este sentido y en la etapa que estamos viviendo hay un efecto espejo sobre esta teoría, como la contradicción entre cultura y las pulsiones está destruyendo vidas, ciudades, economías y su repercusión mundial de un sinsentido imparable en un túnel que no tiene final.

 La consecuencia de todas estas represiones que la cultura impone son psicológicamente graves, en cuanto el ser humano entra en estado de shock sin saber cuál es el desenlace de esta situación y sin menos cabo de las consecuencias, ya no solo económicas para un país destrozado sino para las personas traumatizadas por una guerra absurda.

 El sentimiento de culpa no solo reprime los instintos, sino que los castiga desde dentro y convierte al hombre en un ser pusilánime y maleable, y este es la realidad de un capricho absurdo.

 Es bien cierto que el cogito cartesiano hecho razón ha dado como fruto una sociedad burguesa que reprime los instintos del hombre, convirtiéndole en un autómata que no puede sentirse pleno, libre y vital, lo cual es muy distinto de generar la potestad de generar un estado de destrucción impulsiva en la que todo vale.

 El ser humano necesita someterse a la civilización e intentar desprenderse de sus instintos a cambio de un poco de seguridad y de une estado de bienestar.

 En el malestar en la cultura se explica la tendencia natural a la maldad y la crueldad que proviene del odio primordial y que tiene consecuencias sociales desastrosas, como es el caso de la actualidad, donde un hombre satisface sus aspiraciones eludiendo las leyes y los derechos humanos,  humillando, martirizando, matando y se apropia de los bienes de otros pero recuperando una cierta sensación de control en los conflictos tribales o nacionales.

 El malestar de la cultura subraya la necesidad de conectar el psicoanálisis con los problemas actuales que se presentan en el campo de las ciencias sociales, políticas y económicas, la desesperanza de la izquierda y el callejón sin salida de la inadecuación del hombre a la cultura, pero sin olvidar que la vida hay aceptarla en sus goces y en sus sombras, al margen de la utopía y de toda idealización de lo humano.

 

                                                           Ferrán Aparicio

                                                       25 de Junio de 2022