No les ha ocurrido
alguna vez o más de una vez en cuando, que van a buscar una cosa y no saben que
es lo que buscan, o simplemente saben lo que quieren pero no recuerdan como se
llama o cual es el nombre del profesional que necesitan y si bien les viene a
la cabeza la imagen de este personaje no recuerdan su nombre, por decir alguna
de las situaciones en que nos desmemoriamos, y no sabemos la razón real de este
procedimiento.
Los
años pasan y es bien cierto que las facultades se van relajando, sin embargo
muchas veces la pérdida de memoria se puede producir por querer hacer
demasiadas cosas desordenadamente y al mismo tiempo, una especie de estrés de
conducta no consciente.
Dicen
los expertos que muchas veces la pérdida de memoria en la gente joven y no tan joven,
se produce por el estrés y es mucho más común de lo que pensamos pues el fondo de la cuestión es que vamos un poco
acelerados y solo debemos aprender a priorizar y gestionar mejor esta emoción.
El cerebro es muy vulnerable a nuestro estilo de
vida,
y en concreto, al modo en que gestionemos nuestras preocupaciones y tensiones
cotidianas y por ello hay que analizar porque nos desmemoriamos frecuentemente.
Los Farmacéuticos, como expertos en materia asocian esos fallos a una mala nutrición, en especial al déficit
de vitamina B12 o vitamina D.
Como cualquier problema hay que afrontarlo con
el principio de acción y reacción y
simplemente se gestiona afrontando esos estímulos amenazantes cara a cara,
estableciendo prioridades, decidiendo, tomando el control sobre la propia
realidad, analizando porque se producen esas lagunas, en qué momento se
producen y si llegamos al final, analizar la causa que la produce.
Aprendamos por tanto a bajar el ritmo, a no querer
ir más rápido que la vida,
porque en definitiva nuestra salud es lo más importante, y si perdemos la
consciencia de la vida, te das cuenta que la segunda vida comienza cuando te das
cuenta que sólo tienes una.
No
hay que caer tampoco en una personalidad
histriónica , que simplemente es aquella con una marcada tendencia a la
sugestionabilidad, la superficialidad, la labilidad emocional, la dependencia y
el egocentrismo, pero en sentido contrario, si que hay ser consciente de lo que
sentimos por los síntomas que estamos experimentando.
Como
todo en la vida sólo se trata de aquietar, que no parar y analizar los indicadores
de buen pronóstico que al final sólo son : el factor estresante identificable,
el buen estado analítico y la consciencia ordenada del presente como proceso
reconocedor de lo que estamos haciendo voluntariamente , como siempre ,…, sin
más.
Ferrán Aparicio
25 de marzo de 2019