El otro día me sorprendí a mi mismo
cuando me paré y me di cuenta de mi sombra. La pura verdad es que cuando lo piensas fríamente todos
tenemos sombra y la propia sombra ha sido objeto de maldiciones, cuando alguna
vez hemos oído aquello maldita sea tu puñetera sombra.
Pero
si lo pensamos fríamente la sombra no forma parte de la imagen consciente que
tenemos de nosotros mismos, se oculta en los umbrales de
lo inconsciente y actúa en forma indirecta, por eso debemos aprender a verla cuando aparece o iniciar con ella u
contacto más fluido que nos permita
conocernos a nosotros mismos a través de nuestra observación y su relato,
podemos también conocer su persona o
máscara, y si oponernos a ésta polaridad, podemos acceder a la sombra.
Ante
una situación de conflicto, suelen aparecer dos posiciones encontradas, dos
fuerzas de signo contrario, dos personajes arquetípicos que luchan con ánimo de
prevalecer sólo uno de ellos.
Si
lo analizamos bien todo es doble, todo tienen sus polos; todo su par de
opuestos: los similares y los antagónicos sin embargo son lo mismo; los
opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado, tu y tu sombra,
los extremos se tocan pero no se acercan, como tu y tu sombra, todas las
verdades son medias verdades como tú y
tu sombra; pero al final pueden reconciliarse todas estas paradojas.
Si te fijas bien la
sombra funciona también como un opuesto invisible, un contrario que aunque
funciona todo el tiempo, no se ve.
En
el transcurso de un análisis la sombra se manifiesta continuamente a través de
diversos mecanismos, la proyección, la negación, la represión y la
somatización, en su aspecto negativo y en el de la identificación en su aspecto
positivo.
Cuando
focalizas de una forma consciente tu propia sombra supone el encuentro con uno
mismo, al principio, es el encuentro con la propia sombra. La sombra es un pasaje,
una puerta estrecha y no hay forma de bajar al pozo profundo sin sufrir el
dolor del agostamiento que implican
cruzarla. Pero hay que aprender a conocerse a uno mismo para saber quién es.
Porque por sorpresa, lo que se encuentra detrás de la puerta es una vasta
extensión de incertidumbres sin precedentes, sin derecho ni revés, sin parte
superior ni inferior, sin ubicación, ni pertenencia, ni bien ni mal.
La
sombra la arrastramos, la proyectamos y si nos fijamos la reconocemos, con sus
virtudes y sus defectos y nuestro trabajo con la sombra consiste en desenmascararla,
concientizarla y reconocerla como propia, saber que todos contenemos dos polaridades que nos enfrentan
con la vida, integrar esas polaridades y reconocer ese opuesto invisible, es la
tarea para luego poder recorrer el largo camino de la individualización.
karl
Young trabajo con los arquetipos entre los que se encuentra la sombra , sin
embargo y sin llegar a profundizar en su difícil teoría , el concepto de sombra
es mucho más etéreo aunque abstracto , que puedes visualizar simplemente
proyectando la tuya y analizarla , pues al fin y al cabo lo que está claro es
que la vas a arrastrar toda tu vida incluso cuando la luna nueva no la
proyecte, con que animo y adelante , pues cuanto antes tomes consciencia de las
polaridades que tienes en ti mismo , mejor sabrás controlar con los mecanismos
de defensa que tú mismo estableces y son un desgaste diario innecesario si
sabes llevarte bien con tu propia sombra , como siempre ,.., sin más.
Ferrán Aparicio
20
de Abril de 2018
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