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sábado, 21 de abril de 2018

MALDITA SOMBRA


El otro día me sorprendí a mi mismo cuando me paré y me di cuenta de mi sombra. La pura  verdad es que cuando lo piensas fríamente todos tenemos sombra y la propia sombra ha sido objeto de maldiciones, cuando alguna vez hemos oído aquello maldita sea tu puñetera sombra.

Pero si lo pensamos fríamente la sombra no forma parte de la imagen consciente que tenemos  de  nosotros mismos, se oculta en los umbrales de lo inconsciente y actúa en forma indirecta, por eso debemos aprender  a verla cuando aparece o iniciar con ella u contacto  más fluido que nos permita conocernos a nosotros mismos a través de nuestra observación y su relato, podemos también conocer  su persona o máscara, y si oponernos a ésta polaridad, podemos acceder a la sombra.

Ante una situación de conflicto, suelen aparecer dos posiciones encontradas, dos fuerzas de signo contrario, dos personajes arquetípicos que luchan con ánimo de prevalecer sólo uno de ellos.

Si lo analizamos bien todo es doble, todo tienen sus polos; todo su par de opuestos: los similares y los antagónicos sin embargo son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado, tu y tu sombra, los extremos se tocan pero no se acercan, como tu y tu sombra, todas las verdades son medias  verdades como tú y tu sombra; pero al final pueden reconciliarse todas estas paradojas.

Si te fijas bien la sombra funciona también como un opuesto invisible, un contrario que aunque funciona todo el tiempo, no se ve.

En el transcurso de un análisis la sombra se manifiesta continuamente a través de diversos mecanismos, la proyección, la negación, la represión y la somatización, en su aspecto negativo y en el de la identificación en su aspecto positivo.

Cuando focalizas de una forma consciente tu propia sombra supone el encuentro con uno mismo, al principio, es el encuentro con la propia sombra. La sombra es un pasaje, una puerta estrecha y no hay forma de bajar al pozo profundo sin sufrir el dolor  del agostamiento que implican cruzarla. Pero hay que aprender a conocerse a uno mismo para saber quién es. Porque por sorpresa, lo que se encuentra detrás de la puerta es una vasta extensión de incertidumbres sin precedentes, sin derecho ni revés, sin parte superior ni inferior, sin ubicación, ni pertenencia, ni bien ni mal.

La sombra la arrastramos, la proyectamos y si nos fijamos la reconocemos, con sus virtudes y sus defectos y nuestro trabajo con la sombra consiste en desenmascararla, concientizarla y reconocerla como propia, saber que todos   contenemos dos polaridades que nos enfrentan con la vida, integrar esas polaridades y reconocer ese opuesto invisible, es la tarea para luego poder recorrer el largo camino de la individualización.

karl Young trabajo con los arquetipos entre los que se encuentra la sombra , sin embargo y sin llegar a profundizar en su difícil teoría , el concepto de sombra es mucho más etéreo aunque abstracto , que puedes visualizar simplemente proyectando la tuya y analizarla , pues al fin y al cabo lo que está claro es que la vas a arrastrar toda tu vida incluso cuando la luna nueva no la proyecte, con que animo y adelante , pues cuanto antes tomes consciencia de las polaridades que tienes en ti mismo , mejor sabrás controlar con los mecanismos de defensa que tú mismo estableces y son un desgaste diario innecesario si sabes llevarte bien con tu propia sombra , como siempre  ,.., sin más.

                                                                    Ferrán   Aparicio
                                                                  20 de Abril de 2018



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