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lunes, 10 de diciembre de 2018

CASUALIDAD O CAUSALIDAD

 Alguien decía que las dicotomías son buenas para pensar y eso me pregunté yo mismo cuando me vino a la cabeza la diferencia entre casualidad y causalidad.

 No se si es necesario agrupar todas las situaciones que nos hacen dudar de esta dicotomía como casualidades o causalidades como si no hubiera nada intermedio entre las dos o una relación intrínseca entre los dos grupos pero resulta útil por cierto, pararse a pensar en ello, o al menos eso a mí me parece. 

Hemos escuchado cientos de veces la frase: “nada es por casualidad”, sin embargo nunca escuché la frase: “nada es por causalidad”. Lo que bien es cierto es que tanto la casualidad como la causalidad, son sólo ideas y en cualquier caso existen en nuestra vida, bien como efecto de una causa o por efecto casual de una circunstancia. Si buscamos en un diccionario casualidad se define como combinación de circunstancias imprevisibles o inevitables y causalidad como combinación de circunstancias imprevisibles e inevitables. 

A partir de aquí las dos definiciones se basan en una explicación basada en la percepción de ciencias o creencias muy susceptibles a debatir. Si pensamos más allá de esta dicotomía todo pasa por algo, toda casualidad es buena pues bien sea causalidad o casualidad son parte del camino o esencia de nuestra vida de nuestro destino y cada acontecimiento causal o casual van haciendo cambiar la ruta de nuestro destino. 

Desde la perspectiva de la vida, lo que tengo claro es que todo vuelve al punto de partida original; todo vuelve a ocurrir tal y como aconteció, más las consecuencias de las decisiones que tomamos desde un punto de vista consciente o inconsciente y en espiras más altas y otras veces más bajas, dentro de la espiral de la vida de cada persona y eso es para mi es el destino.

 Me planteo si la angustia y el miedo que produce tener que enfrentarse a ciertas realidades desagradables, han sido casuales o causales y me da la sensación de observar la vida como un juego de azar, por que en el fondo si bien nada está relacionado con nada y todo es simple casualidad, siempre hay unos que salen ganando y otros salen perdiendo. 

Lo más racional es pensar que si cambiamos el concepto de casualidad por el de causalidad, la vida se entiende mucho mejor, los efectos de nuestros propios actos y circunstancias, relacionando los hechos de modo que la existencia y la propia vida es como una larga cadena, donde cada eslabón tiene su sentido propio y de unión tanto con el eslabón que la precede como con el que le sigue. 

Los seres humanos tendemos a buscar siempre explicaciones lógicas que nos hagan tener la sensación de que lo tenemos todo bajo control, aunque cuando nos paremos a pensar como lo he hecho yo, no sea realmente así. Parece que forma parte de la mente humana tiende a buscar relaciones entre las cosas y particularmente entre las acciones y sus consecuencias como modo de entender el mundo o al menos nuestro mundo como algo personal y adaptarnos a éste o al global.

La casualidad es en definitiva un a priori que se necesita para concebir, pensar y entender la vida desde un punto de vista racional, la casualidad entra dentro de un mundo mágico que hay que intuir desde un mundo no fácil de entrar pero fácil de salir, que es el mundo de la consciencia donde una vez abrimos las puertas, quedan abiertas para toda la vida y con sus “pros y contras”, nos hacen entender esas casualidades.

 Pero realmente donde yo quería llegar a través de este escrito es a hablarles de la Sincronicidad. Sincronicidad es el término elegido por Carl Jung para aludir a la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal, el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre si de manera no causal, cuyo contenido significativo es igual o similar. 

En principio para mi la sincronicidad es como una casualidad con causa, es decir a ver si me puedo explicar; es como plantearse en términos muy generales que existe no sólo una posibilidad sino una realidad de sucesos acausales.

 Para tener claro el concepto de sincronicidad se necesita activar conscientemente dos factores la creatividad y la intuición , es como negar la racionalidad de las cosas, entrar en un mundo mágico donde todo es posible y retrotraer nuestra mente a un estado en el espacio y tiempo, donde nuestros deseos se concretan en un punto a merced de nuestra voluntad, por lo que cabe plantearse entonces en términos muy generales que existe no sólo una posibilidad sino una realidad de sucesos acausales , afrontando el mundo de la casualidad y tratando de separar la causalidad de la acausalidad. Se que no es fácil llegar comprender este concepto, pero si analizamos y consideramos las series de casualidades, veremos que han de ser consideradas casuales mientras no sobrepasen los límites de la probabilidad. 

Es por todo ello según me sigo planteando que entre casualidad y causalidad, no pueden tratarse como causa y efecto, sino como una coincidencia en el tiempo de una especie de simultaneidad, donde aparece la sincronicidad como relación entre tiempo y espacio psíquicamente condicionado. 

Se que no es un tema nada sencillo, especialmente si lo filtramos a través del intelecto racional, pero si afinamos desde la intuición como un don que todos tenemos en mayor o menor medida desarrollado, podemos concluir que las sincronicidades nos están aconteciendo continuamente, penetran en nuestro campo de la consciencia, pero sólo nos percatamos ocasionalmente, por lo que les animo a estar pendientes de los sucesos que les acontecen desde el punto de vista sincrónico y parte del desarrollo personal de su destino, al margen de la causalidad o simplemente casualidad.

Ferran Aparicio
10 de diciembre de 2018

sábado, 1 de agosto de 2015

EL DESTINO LLEGA SIN AVISAR


Hace unos días leí un artículo que me llamó bastante la atención, hablaba de como muchas despedidas se producían sin una explicación, a veces  inexistente, a veces injustificada o simplemente impertinentes y poco racionales.

Me llamó mucho la atención en relación a la filosofía  que más me caracteriza en mi propio blog y es el hecho de que las cosas llegan en su justo momento, ni antes ni después y muchas veces por casualidad o causalidad y en el análisis de estos conceptos, me reitero continuamente como si tratara de clasificar cada acontecimiento importante que ocurre en mi vida,  en el sentido si es casualidad o causalidad.

Sin embargo la filosofía del artículo versaba sobre  cuando llegaba el final  de algo o de alguien o simplemente de una etapa de nuestra vida  y eso me hizo que pensar que  si llega el final, ya no hay nada que  hacer; bien porque  desaparece la situación , bien porque desaparecemos de este mundo; bien porque ese alguien ya no pertenece a nuestro mundo o bien porque que hemos llegado al final de una etapa sin retorno  y lo que está claro es que en muchas ocasiones  estos destinos llegan sin avisar.

Es cierto que la dualidad  de los conceptos  de causalidad y casualidad están muy entrelazados y que en cierta forma llegamos a convencernos de que las mejores cosas y acontecimientos  llegan a nuestra vida por casualidad, sin embargo  siempre hay una causalidad por aquello de que presuntamente cada uno tenemos un destino y este llega sin avisar, y como siempre  me sigo preguntando.

Lo que está claro es que no  podemos estar todo el día preguntándonos por qué pasan las cosas, pero sí no perder de vista el arte de la observación, que nos permite ser racionales  y vivir  las situaciones, aunque muchas veces las cosas pasen y no necesitemos saber  su causa  pues no existe una respuesta racional directa que las expliquen.

Si analizamos brevemente por qué y para qué de cuantas cosas nos han pasado en nuestra vida sin actitud victimista, nos daremos cuenta que la estadística media de los datos que analizamos  y manejamos, no tiene una explicación racional, las cosas han pasado porque tenían que pasar; desde nuestra vocación profesional, pasando por nuestra propia familia hasta llegar a nuestra propia vida sentimental, por decir un algo del complejo mundo que tenemos las personas.

Lo que si es cierto que no echamos de menos o pasamos por encima aquellas cosas que nos han pasado y nos hemos involucrado y por su falta de valor o identidad no tienen cabida en ese inventario de acontecimientos que valoramos en función del destino que de alguna forma toda buscamos como humanos que somos que es la eterna felicidad.

La Falta de valor no tiene cabida en la estadística de una vida, que se hace camino al andar y en definitiva se trata de eso de caminar, eso si siempre hacia adelante, pues lo que está claro que el destino llega sin avisar.

                                                          Ferrán Aparicio
                                                       1 de agosto de 2015

jueves, 5 de diciembre de 2013

CASUALIDAD O CAUSALIDAD

CASUALIDAD O CAUSALIDAD Alguien decía que las dicotomías son buenas para pensar y eso me pregunté yo mismo cuando me vino a la cabeza la diferencia entre casualidad y causalidad. No se si es necesario agrupar todas las situaciones que nos hacen dudar de esta dicotomía como casualidades o causalidades como si no hubiera nada intermedio entre las dos o una relación intrínseca entre los dos grupos pero resulta útil por cierto, pararse a pensar en ello, o al menos eso a mí me parece. Hemos escuchado cientos de veces la frase: “nada es por casualidad”, sin embargo nunca escuché la frase: “nada es por causalidad”. Lo que bien es cierto es que tanto la casualidad como la causalidad, son sólo ideas y en cualquier caso existen en nuestra vida, bien como efecto de una causa o por efecto casual de una circunstancia. Si buscamos en un diccionario casualidad se define como combinación de circunstancias imprevisibles o inevitables y causalidad como combinación de circunstancias imprevisibles e inevitables. A partir de aquí las dos definiciones se basan en una explicación basada en la percepción de ciencias o creencias muy susceptibles a debatir. Si pensamos más allá de esta dicotomía todo pasa por algo, toda casualidad es buena pues bien sea causalidad o casualidad son parte del camino o esencia de nuestra vida de nuestro destino y cada acontecimiento causal o casual van haciendo cambiar la ruta de nuestro destino. Desde la perspectiva de la vida, lo que tengo claro es que todo vuelve al punto de partida original; todo vuelve a ocurrir tal y como aconteció, más las consecuencias de las decisiones que tomamos desde un punto de vista consciente o inconsciente y en espiras más altas y otras veces más bajas, dentro de la espiral de la vida de cada persona y eso es para mi es el destino. Me planteo si la angustia y el miedo que produce tener que enfrentarse a ciertas realidades desagradables, han sido casuales o causales y me da la sensación de observar la vida como un juego de azar, por que en el fondo si bien nada está relacionado con nada y todo es simple casualidad, siempre hay unos que salen ganando y otros salen perdiendo. Lo más racional es pensar que si cambiamos el concepto de casualidad por el de causalidad, la vida se entiende mucho mejor, los efectos de nuestros propios actos y circunstancias, relacionando los hechos de modo que la existencia y la propia vida es como una larga cadena, donde cada eslabón tiene su sentido propio y de unión tanto con el eslabón que la precede como con el que le sigue. Los seres humanos tendemos a buscar siempre explicaciones lógicas que nos hagan tener la sensación de que lo tenemos todo bajo control, aunque cuando nos paremos a pensar como lo he hecho yo, no sea realmente así. Parece que forma parte de la mente humana tiende a buscar relaciones entre las cosas y particularmente entre las acciones y sus consecuencias como modo de entender el mundo o al menos nuestro mundo como algo personal y adaptarnos a éste o al global. La casualidad es en definitiva un a priori que se necesita para concebir, pensar y entender la vida desde un punto de vista racional, la casualidad entra dentro de un mundo mágico que hay que intuir desde un mundo no fácil de entrar pero fácil de salir, que es el mundo de la consciencia donde una vez abrimos las puertas, quedan abiertas para toda la vida y con sus “pros y contras”, nos hacen entender esas casualidades. Pero realmente donde yo quería llegar a través de este escrito es a hablarles de la Sincronicidad. Sincronicidad es el término elegido por Carl Jung para aludir a la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal, el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre si de manera no causal, cuyo contenido significativo es igual o similar. En principio para mi la sincronicidad es como una casualidad con causa, es decir a ver si me puedo explicar; es como plantearse en términos muy generales que existe no sólo una posibilidad sino una realidad de sucesos acausales. Para tener claro el concepto de sincronicidad se necesita activar conscientemente dos factores la creatividad y la intuición , es como negar la racionalidad de las cosas, entrar en un mundo mágico donde todo es posible y retrotraer nuestra mente a un estado en el espacio y tiempo, donde nuestros deseos se concretan en un punto a merced de nuestra voluntad, por lo que cabe plantearse entonces en términos muy generales que existe no sólo una posibilidad sino una realidad de sucesos acausales , afrontando el mundo de la casualidad y tratando de separar la causalidad de la acausalidad. Se que no es fácil llegar comprender este concepto, pero si analizamos y consideramos las series de casualidades, veremos que han de ser consideradas casuales mientras no sobrepasen los límites de la probabilidad. Es por todo ello según me sigo planteando que entre casualidad y causalidad, no pueden tratarse como causa y efecto, sino como una coincidencia en el tiempo de una especie de simultaneidad, donde aparece la sincronicidad como relación entre tiempo y espacio psíquicamente condicionado. Se que no es un tema nada sencillo, especialmente si lo filtramos a través del intelecto racional, pero si afinamos desde la intuición como un don que todos tenemos en mayor o menor medida desarrollado, podemos concluir que las sincronicidades nos están aconteciendo continuamente, penetran en nuestro campo de la consciencia, pero sólo nos percatamos ocasionalmente, por lo que les animo a estar pendientes de los sucesos que les acontecen desde el punto de vista sincrónico y parte del desarrollo personal de su destino, al margen de la causalidad o simplemente casualidad.