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viernes, 20 de junio de 2014

NAVEGANDO ENTRE DOS MARES


Leí hace algún tiempo una cita de Séneca, en esas páginas que a través de links asociados, te van redirigiendo de una a otra, de una forma algo intuitiva a la vez que caprichosa hasta perder el sentido del hilo inicial, que: “Cuando un hombre no sabe a donde navega, ningún viento le es favorable”.

La pura verdad es que últimamente toda la sociedad, bien por motivos económicos, bien por desgaste emocional, nos estamos reconstruyendo. Son tiempos de cambio, y esto no sólo lo dicen algunos políticos, sino es la realidad diaria de nuestras vidas.

Todos si hacemos una reflexión con respecto a nuestra situación y visión de la vida de hace diez años, hemos cambiado, una década por numerarla es una década, así hablamos de la década de los veinte a los treinta, de los treinta a los cuarenta y así sucesivamente hasta que llega un punto que hablamos del día a día y hasta que Dios quiera.

Pero llega un día que te das cuenta que el tiempo ha pasado y sigues navegando entre dos mares y sin rumbo fijo, llevado por la inercia de la fuerza de la mar y es cuando te revelas y te planteas como estás, todo lo que quieres y comienzas a marcarte los cambios que te lleven a conseguir una mejor calidad de vida.

Es cierto que uno de los factores que nos hecho navegar ha sido la inconsciencia de nuestros miedos, es decir sentimos tanto miedo a la vida y a sus situaciones que preferimos obviarlas cuando no ocultarlas, lo que nos impide centrarnos en un rumbo claro y exacto y sobre todo consciente.

También resulta que claro y exacto no hay nada más que el tiempo que lo referencia todo, pero si parece cierto que hay factores como la tranquilidad, el ocio y en general nuestro tiempo libre, es donde nos atraen nuestras condiciones motivadoras necesarias para liberarnos del stress del día a día.

Todos buscamos ejercer actividades satisfactorias, sin embargo no llegamos a buscar y encontrar todo aquello que podemos conseguir por falta de un planteamiento previo, cuando la innovación con riesgo es ya un factor satisfactorio de motivación.

Los amigos los elegimos nosotros supuestamente por afinidad y con estos son con los que compartimos nuestro tiempo libre, salvo que queramos individualizarlo para realizar algo en particular por lo que hemos soñado y no hemos hecho por falta de tiempo, recursos o simplemente información.

Les animo a marcarse su propio rumbo, pues existen rumbos muy satisfactorios que nos pueden marcar el camino a la consciencia de nuestro momento, incluso con los vientos que actualmente corren.

Ferran Aparicio
20 de junio de 2014

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