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viernes, 1 de marzo de 2019

AMISTADES PELIGROSAS


Hay momentos que sin saber ni cómo ni por qué , te vienen recuerdos puntuales de una etapa del pasado y entre ellos los distintos amigos que han pasado por nuestra vida , y en algunos casos te llega la pregunta de que habrá sido de ellos , pues con el tiempo se han disuadido en la niebla de la vida.

La amistad como concepto y cuando la observas desde la perspectiva de la vida la asocias a un complemento de juventud, esa etapa donde todo está por llegar y hay tiempo para todo, toda la vida está por delante y no existen cargas , ni familiares, ni laborales,  ni perro que te ladre.

Esas amistades de juventud se caracterizan por su inocencia, son amigos que no te importan ni quiénes son, ni que tienen, no sirve aquello de que por tu interés te quiero Andrés, simplemente se utiliza aquella máxima que los amigos de mis amigos, también son mis amigos , un mundo infinito de gente con la que compartir un mundo inocente.

El problema o la tesitura cambia cuando van pasando los años y vas cerrando círculos y entre ellos el de las amistades superfluas que no te aportan nada y el círculo se hace más pequeño, simplemente  queda lo auténtico, y cómo suele ocurrir que a los que lo fueron  amigos en su día, se les ve cada vez menos.

También es cierto que hacer nuevos amigos que se conviertan en inseparables, resulta temporalmente difícil, pues la amistad también se relaciona con el factor tiempo y no es algo que salga de un día para otro, te tiene que acompañar a lo largo de un periodo de tu vida y, sobre todo, en los malos momentos.

Sin embargo estarán de acuerdo conmigo, que la amistad más allá de su significado académico, se usa actualmente en las redes sociales con demasiada facilidad, sin embargo cuando uno empieza a cumplir años se vuelve muy selectivo y asocia la afinidad con la amistad, en el sentido que tienes tu escala de valores muy asentada, y sabes qué te gusta y qué no te gusta, y es por ello que no te apetece andar perdiendo el tiempo con alguien que no te gusta, pues ni en el fondo te apetece compartir tu vida con ellos.

Otro factor sería el tiempo de maduración, una amistad necesita tiempo para su madurez y  fraguado y conservar una amistad supone también un coste de tiempo y que al fin y al cabo se centra en mantener viva la llama que lo mantiene vivo, la comunicación.

Quizás hacerse mayor significa que no haces tantos nuevos amigos, pero al menos eres consciente de mantener en valor los que tienes como un bien escaso y sin querer los tratas con más cuidado, en la mayoría de las ocasiones y como siempre salvo error o excepción.

No obstante lo anterior, no hay que estar cerrado en un mundo ficticio donde priman las amistades peligrosas, pues hay mucha gente maravillosa, deseando conocerte y compartir un espacio pudiendo encontrarte con otras personas con los mismos intereses y posiciones y sin un ápice de maldad, solo se trata de ser selectivo  en tu consciencia cada día , como siempre sin más.

Ferrán Aparicio
1 de marzo de 2019




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