El arte de no hacer nada o disfrutar de no hacer nada tiene un nombre que en los últimos meses está ganando popularidad: el nesting.
Término que deriva del inglés “nest”, empujándonos a quedarnos tranquilos/as en nuestro “nido”.
En nuestra era y sociedad frenética, donde la productividad y la ocupación constante son celebradas, el nesting nos invita a justo lo contrario, nos invita a reconsiderar el valor de la inactividad y el placer de simplemente ser.
El nesting no se trata únicamente de inacción e inactividad, se trata de crear un espacio para el descanso, para la reflexión, para la introspección y para la reconexión con uno/a mismo/a, sin planificar.
El nesting no se trata de hacer el vago, sino de abrazar y acoger la inactividad con gratitud. Es un momento consciente para recargar energías y permitir que la mente descanse.
Desentrañar los principios fundamentales del nesting y cómo disfrutar de no hacer nada puede ser una forma de arte en sí misma. El entorno y el ambiente que creamos juega un papel crucial en el nesting, pues fomentar un espacio cómodo, con elementos que transmitan calma, cálido, tranquilo… contribuye a una experiencia más plena y favorecerá el nesting., encontrando el placer en las pequeñas cosas “de casa” se vuelve fundamental.
Aunque tratemos de luchar contra las expectativas, sabemos que es muy difícil no generarlas; expectativas que en muchas ocasiones nos encadenan y atrapan.
El nesting implica liberarse de esas expectativas, ya sean externas o internas. La idea es que la persona se permita disfrutar sin presiones y no tratar de cumplir y finalizar una lista de tareas interminables que si no se consiguen nos invaden de frustración y culpa.
La vida moderna a menudo nos somete a niveles altos de estrés, y es el nesting quien actúa como un antídoto, brindando un espacio para liberar tensiones y reducir así la ansiedad.
La mente necesita momentos de tranquilidad para dar paso y dejar florecer la creatividad, u es el nesting y disfrutar de no hacer nada proporciona ese espacio donde las ideas pueden surgir de manera natural.
Es importante no confundir el nesting con la falta de energía, la apatía, el aburrimiento , sino lo que el nesting busca que la persona entienda que la inactividad en un mundo ruidoso y siempre en movimiento es necesario, óptimo y beneficioso.
En definitiva y, para terminar, el nesting nos invita a apreciar el silencio, a parar, a desconectar y a no sentirnos mal, ni sentirnos poco productivos si no hacemos nada.
Ferrán Aparicio
10 de Septiembre de 2025