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viernes, 14 de julio de 2023

VOLVER A EMPEZAR

 

El paso del tiempo no solo nos afecta haciendo que aprendamos cosas acerca del entorno; aunque no nos demos cuenta, también hace que interioricemos una serie de creencias acerca de quiénes somos y hacia dónde vamos. Dicho de otro modo, la experiencia también sirve para que vayamos construyendo un autoconcepto.

Tener un autoconcepto bien asentado es muy ventajoso en muchos sentidos. Por ejemplo, en muchos casos permite fijarse epectativas realistas y no lanzarse hacia situaciones extremadamente arriesgadas en relación a lo poco que se puede ganar a partir de ellas.

Sin embargo, esta imagen que tenemos acerca de nosotros mismos puede convertirse en una cárcel. Y es que con el simple paso de los años podemos llegar a una conclusión errónea: “si durante todo este tiempo no hemos logrado un cierto objetivo, eso significa que no estamos hechos para alcanzarlo”

Dicho de otro modo, tener más información nos hace concluir falsamente que conocemos todos nuestros límites y que nunca es tarde para empezar de nuevo

Si algo nos distingue es nuestra increíble capacidad de aprender, pues los seres humanos prácticamente no tenemos instintos que condicionen nuestro comportamiento de una manera previsible y estereotipada, lo cual significa que no llegamos al mundo con esta clase de ayudas para adaptarnos al entorno.

Nuestra capacidad de aprendizaje forma parte del funcionamiento normal del cerebro, dado que este trabaja a partir de un mecanismo llamado plasticidad neuronal: nuestras neuronas cambian constantemente sus patrones de conectividad, reforzando ciertas relaciones y debilitando otras dependiendo de la utilidad de cada uno de estos puentes entre células nerviosas.

En conclusión, si nunca es tarde para empezar de nuevo es justamente porque no existen ataduras con el pasado que determinen aquello que seremos en el futuro. Ni nuestros genes ni nuestra historia pasada nos lleva a actuar. siguiendo en línea recta la dirección por la que llegamos hasta el presente.

Es cierto que el simple hecho de tener más edad hace que existan ciertos límites a la hora de profundizar en el grado de maestría que podemos alcanzar practicando una nueva habilidad, pero esto solo tiene importancia si queremos alcanzar niveles de élite. .

A fin de cuentas, volver a empezar de nuevo es simplemente la unión de dos elementos: el aprendizaje de nuevos hábitos y rutinas, y un cambio de aires relacionado con los entornos físicos y sociales por los que nos movemos. Esto es algo que es perfectamente realizable independientemente del tiempo que haya pasado desde el inicio de nuestro recorrido vital. Merece la pena aprovechar este simple hecho que nos permite desarrollar nuestros objetivos en cualquier dirección.

.Nunca es tarde para empezar de nuevo, nunca es tarde para ser feliz. La vida es para los valientes como tú, los que se la juegan a todo o nada. No desperdicies tu vida que solo tienes una, hazme caso.

                                                         Ferrán Aparicio

                                                    10 de junio de 2023

 

 

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NUNCA ES TARDE SI LA DICHA ES BUENA

Si nos preguntamos que quiere decir nunca es tarde si la dicha es buena, todo el mundo intuimos que quiere decir que siempre estamos a tiempo de cambiar si es lo que realmente queremos.

En realidad es un proverbio que se refiere a que nunca deberíamos dejar de hacer aquello que deseamos, algo que siempre hemos querido realizar pero nos hemos sentido limitados por cualquier motivo. También indica que nunca es tarde para llevar a cabo algo útil, cuyo resultado sería una mejora o satisfacción.

El problema de nuestra consciencia es que llega un día en que te das cuenta...de que no eres tan joven... de que ya no eres un niño...de que la vida ha pasado... y con ella se fueron amantes y se fueron amigos y te das cuenta de que ya no conocerás a mucha gente... que no podrás volver a todos los sitios...de que estás en el penúltimo acto que le quedan pocas hojas al libro....de que ya sólo queda el pasado... de que el tiempo poco a poco se ha ido...de que hay demasiadas ausencias... demasiados recuerdos...y demasiados asientos vacíos.

Y un día te das cuenta...de que ya no eres el que eras... de que ya nunca serás el mismo...de que los años pasaron volando... y al final...no ha sido tan largo el camino....."

No, no lo vuelvas a decir, no eres viejo para nada, ni para empezar de cero, ni para cambiar de opinión, ni para ver la vida de diferente manera a como la veías antes, hazme caso, nunca es tarde.

Te lo digo yo, vieja la ropa y los buenos vinos, lo demás es ponerse, y yo doy fe de ello, en diez años he vivido más que en mis cuarenta y cinco anteriores, no tengas miedo, se feliz.

Nunca digas de ese agua no beberé, que el camino es largo y te puede entrar sed, yo que a mi edad tiré la moneda al aire, sí, salió cruz, me la jugué todo por quién me vio en el abismo y no fue capaz de echarme una cuerda, lo di todo, mi vida, mi corazón y mi alma por quién estando al borde del precipicio, se dio media vuelta y se fue. Y sí, me salvó de ese infierno la persona a la que más daño le hice en la vida, sin pedir nada a cambio.

Nunca digas que es tarde, no lo digas, nunca es tarde para enamorarse otra vez, para decir no y para decir sí, para conocer otros labios, otros amores, otros cuerpos. Nunca es tarde para hacer las locuras que no hicistes de joven, de bañarte desnudo en una playa, de hacer el amor a la luz de las velas mientras escucha el sonido del mar, para hacer ese viaje soñado, nunca es tarde para nada.

Hemos oído cientos de veces que nunca es tarde para volver a empezar. Pero por desgracia esa frase suele llegar a nosotros cuando nuestra vida pasa por un momento difícil, lo que hace que seamos aún más reticentes a aceptar el cambio.

Desde luego, es fácil ser pesimista cuando al mirar hacia atrás pensamos en el tiempo que, desde el presente, parece haber sido desperdiciado. Pero este sentimiento no cambia los hechos: adoptar un estilo de vida totalmente nuevo, aprender habilidades increíbles o empezar relaciones ilusionantes es algo posible en prácticamente cualquier situación, independientemente de la edad.

Ferrán Aparicio
1 de Junio de 2023

miércoles, 1 de junio de 2022

POR SAN JUAN LLEGA EL VERANO

 

Hay ciertas ocasiones que no puedo evitar el comentar algún libro que ha caído por casualidad o causalidad, en mis manos, y este es uno de ellos, fruto de un fantástico regalo de navidad. El libro que para mi gusto es muy recomendable es “El aroma del tiempo” de Byungchul Han, publicado por Herder en 2015.

Quizás lo más interesante es  la empatía que el texto establece con el lector, en cuanto identificas el diagnóstico del mundo actual en que vivimos, en cuanto a la percepción del tiempo y la aceleración perceptiva que de este tenemos.

Todos y cada vez más personas vemos como las semanas pasan de lunes a domingo, pasamos del invierno al verano y cuando nos queremos dar cuenta ya estamos celebrando el final del año, y  sentimos que la velocidad con que se mueve el tiempo en la vida diaria, nos hace sentir como una pieza del mecanismo que no para nunca, si bien esta aceleración no es lo que nos molesta, sino más bien el perder el sentido y el control del tiempo, animados por las rutinas y costumbres, que transforman el factor tiempo en un valor fragmentado.

En realidad esta aceleración vital de alguna manera nos agota pues todo parece efímero y fugaz, estamos esperando, programando, organizando unas felices vacaciones y cuando nos damos cuenta ya las hemos vivido, sin más. Es como si todo lo que vivimos se terminara antes de lo que debería, sin llegar a saborear el aroma del tiempo.

Como siempre la solución sería parar el tiempo, lo cual como todos sabemos resulta imposible,  sin embargo no estaría demás el tomar conciencia de que si bien no podemos parar la máquina del tiempo, podemos aquietar nuestra vida disfrutando de algo tan valioso como es el concepto de tiempo.

Analizado este mecanismo, Han  determina  que al hacer del trabajo, el todo se anula cualquier otra forma de vida y afirma  que el hilo de la vida, de la trayectoria de la vida se recupera, con la vida contemplativa, con el aquietamiento circunstancial, con el concepto del no-hacer, revelando consecuentemente el aroma del tiempo, ganando consecuentemente  tiempo y espacio, duración y amplitud

Han y su libro, no trata de resolver el problema de la velocidad sino el del sostén del tiempo, el sentido, la trayectoria, el hilo narrativo que engarce los fragmentos y le devuelva la tensión.

No puedo finalmente dejar de transcribir un par de párrafos de su libro que seguramente les harán pensar sobre la necesidad de parar a pensar sobre el  conflicto de la percepción del aroma del tiempo, como siempre,.., sin más.

“El tiempo comienza a tener aroma cuando adquiere una duración, cuando cobra una tensión narrativa o una tensión profunda, cuando gana en profundidad y amplitud, en espacio. El tiempo pierde el aroma cuando se despoja de cualquier estructura de sentido, de profundidad, cuando se atomiza o se aplana, se enflaquece o se acorta. Si se desprende totalmente del anclaje que le hace de sostén y de guía, queda abandonado. En cuanto pierde su soporte, se  precipita.

                                                               Ferrán Aparicio
                                                           1 de  Junio de 2022


lunes, 30 de agosto de 2021

EL TIEMPO ES ORO

 Empezamos una nueva temporada para los que han disfrutado de un tiempo vacacional y para los que como yo hemos estado de guardia. Uno de los factores en este inicio del nuevo periodo es el valor del tiempo. Dicen las estadisticas que la nueva forma del teletrabajo ha incrementado las productividades entre un 5 y 10% en las empresas, ecuestion no baladi, si nos referimos al valor del tiempo.

La formación, como el estudio o la experimentación son algo necesario para aprehender y aplicar a nuestra vida diaria y a nuestros hábitos y rutinas , y más si hablamos del tiempo absoluto.

El tiempo siempre se ha dicho que es oro  y la pura  verdad es que lo es , porque el tiempo es intemporal , pues cada segundo que pasa forma parte del concepto abstracto del tiempo pero ya no disponemos de él , por eso el uso eficaz y racional del tiempo es una técnica a valorar y considerar.

Todos  o casi todos, tenemos como punto en común el objetivo  de usar el tiempo con la mayor eficacia, productividad y satisfacción es por ello la necesidad de tener consciencia del concepto y poder asimilar las rutinas para logar al menos el mínimo uso eficaz de él, por no hablar de términos absolutos como uso eficaz del tiempo máximo.

Sin necesidad de hacer una tesis doctoral todos sabemos que nos movemos por metas u objetivos aunque esto se produzca de una manera inconsciente, aunque la mayoría de las veces lo transportamos a la consciencia para su materialización.

Hay claves que son fundamentales como de una forma automática obtener el uso eficaz del tiempo y esto todos los autores coinciden que es la gestión y planificación desde el propio tiempo, es decir desde el pasado proyectado a futuro , lo que se traduce a planificar sin postergar desde un  día anterior nuestros objetivos y metas para el día siguiente.
 
Es un factor importante en el uso eficaz del tiempo el focalizar y no diversificar los objetivos y metas, y concretarnos en una lista de tares únicas y exclusivas escaladas por su factor de importancia o en su caso inmediatez.

La intensidad de cada trabajo o tarea debe ser valorada pues todos nos cansamos en el propio tiempo, empezar por los trabajos de mayor dificultad para dejar a última hora los que nos resultan más sencillos o habituales.

La organización y programación son temas muy unidos al tiempo pues a  través de un  papel y una cuadricula podemos asociar diariamente los temas asociados por categoría y su importancia ineludible en el día , semana, a mes , como siempre todo se puede plantear a corto, medio o largo plazo , no somos omnipotentes ni divinos.

También es importante reconocer que todo no lo podemos hacer personalmente y que hay trabajos y tareas que debemos relegar, así  como tenemos que mentalizarnos a renunciar ante actuaciones que nos impiden conseguir nuestros objetivos; el tiempo no es elástico es concreto y limitado.

Haciendo un uso efectivo y productivo del recurso del tiempo es una forma de priorizar la felicidad en nuestras vidas de una forma al menos consciente, sin que realmente pierda su valor.

                                                    Ferrán Aparicio
                                             30 de Agosto  de 2021

 

viernes, 20 de septiembre de 2019

RECUERDOS



No sé si es que últimamente estoy cansado o simplemente que me ha dado por soñar, pero lo que si es cierto que cada día me vienen más, recuerdos  de mi niñez a través de los sueños.Cuando me levanto y recuerdo parcialmente lo soñado,.., me regodeo como la mente es tan sutil como para recordar aquellos pequeños detalles, hechos y acciones incluso caras y personas y personajes que ya no son los mismos, o por desgracia ya no están en mi vida.

Pero pensándolo fríamente, si  en este minuto, me encontrara con alguno de estos personajes, mi primer impulso sería salir corriendo. Sin embargo cuando el encuentro es inevitable pues no hay salida, la verdad que resulta cómico como emitimos vaguedades para salir del paso, salvo error u omisión y siempre queda la coletilla del haber cuando quedamos y nos volvemos a ver.

Cuando lo piensas fríamente nuestro acto inconsciente es reconocer que perder la consciencia de una amistad infantil, es como si se borrara de la memoria, una etapa feliz, inocente, autentica y sincera y plenamente  positiva.

Dicen que los niños, los borrachos y las personas de mayor edad son los que se permiten expresarse con mayor libertad, sin frenos y ni tapujos y se supone en dos de los tres casos que lo hacen porque eligen su disponibilidad para compartir y expresar, actuando sin egoísmo inocente solo con el objetivo de procurar un bienestar personal y también ajeno.

En cada una de nuestras etapas de la vida, la infancia la pubertad, la adolescencia, la madurez, nuestras relaciones amistosas van cambiando en cuanto a su forma y contenido. Van desde conocernos a nosotros mismos a través de nuestras relaciones como a mezclar muchas veces lo profesional con lo personal, eso si dentro de una química y empatía común, pues entonces si no es así, ya no hablaríamos de amistad, sino de interés circunstancial. Llegando al final de la vida ya minimizamos todo, hasta el número de amistades con la que nos deseamos relacionar y valorando más que la cantidad, la calidad de la amistad como un factor determinante de nuestras relaciones sociales.

Independientemente de la etapa que nos encontremos de nuestra vida , el concepto de amistad se basa en cuatro pilares fundamentales y comunes a todo el mundo y estos son: la confianza, la sinceridad , la fidelidad y la reciprocidad, y cuando uno de ellos flojea la amistad tiembla, pero si caen dos; se arruina evidentemente, aunque sólo sea por razones físicas de la teoría del equilibrio estático.

Otro de los factores que influyen en las amistades tanto infantiles como coetáneas, es el factor evolución en el tiempo, si nosotros mismos hemos cambiado en el tiempo, que podemos encontrarnos  en alguien al que no hemos visto desde hace tiempo,…, pues simplemente un extraño con cara evolucionada.

Al final y en cualquier caso sólo se trata de preguntarnos si existen esos cuatro pilares fundamentales, aunque haya pasado el tiempo y si no reaccionar y aceptar algo tan simple como que ya no somos amigos, sino un recuerdo en una etapa de nuestra vida.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                  20 de Septiembre de 2019

viernes, 1 de marzo de 2019

AMISTADES PELIGROSAS


Hay momentos que sin saber ni cómo ni por qué , te vienen recuerdos puntuales de una etapa del pasado y entre ellos los distintos amigos que han pasado por nuestra vida , y en algunos casos te llega la pregunta de que habrá sido de ellos , pues con el tiempo se han disuadido en la niebla de la vida.

La amistad como concepto y cuando la observas desde la perspectiva de la vida la asocias a un complemento de juventud, esa etapa donde todo está por llegar y hay tiempo para todo, toda la vida está por delante y no existen cargas , ni familiares, ni laborales,  ni perro que te ladre.

Esas amistades de juventud se caracterizan por su inocencia, son amigos que no te importan ni quiénes son, ni que tienen, no sirve aquello de que por tu interés te quiero Andrés, simplemente se utiliza aquella máxima que los amigos de mis amigos, también son mis amigos , un mundo infinito de gente con la que compartir un mundo inocente.

El problema o la tesitura cambia cuando van pasando los años y vas cerrando círculos y entre ellos el de las amistades superfluas que no te aportan nada y el círculo se hace más pequeño, simplemente  queda lo auténtico, y cómo suele ocurrir que a los que lo fueron  amigos en su día, se les ve cada vez menos.

También es cierto que hacer nuevos amigos que se conviertan en inseparables, resulta temporalmente difícil, pues la amistad también se relaciona con el factor tiempo y no es algo que salga de un día para otro, te tiene que acompañar a lo largo de un periodo de tu vida y, sobre todo, en los malos momentos.

Sin embargo estarán de acuerdo conmigo, que la amistad más allá de su significado académico, se usa actualmente en las redes sociales con demasiada facilidad, sin embargo cuando uno empieza a cumplir años se vuelve muy selectivo y asocia la afinidad con la amistad, en el sentido que tienes tu escala de valores muy asentada, y sabes qué te gusta y qué no te gusta, y es por ello que no te apetece andar perdiendo el tiempo con alguien que no te gusta, pues ni en el fondo te apetece compartir tu vida con ellos.

Otro factor sería el tiempo de maduración, una amistad necesita tiempo para su madurez y  fraguado y conservar una amistad supone también un coste de tiempo y que al fin y al cabo se centra en mantener viva la llama que lo mantiene vivo, la comunicación.

Quizás hacerse mayor significa que no haces tantos nuevos amigos, pero al menos eres consciente de mantener en valor los que tienes como un bien escaso y sin querer los tratas con más cuidado, en la mayoría de las ocasiones y como siempre salvo error o excepción.

No obstante lo anterior, no hay que estar cerrado en un mundo ficticio donde priman las amistades peligrosas, pues hay mucha gente maravillosa, deseando conocerte y compartir un espacio pudiendo encontrarte con otras personas con los mismos intereses y posiciones y sin un ápice de maldad, solo se trata de ser selectivo  en tu consciencia cada día , como siempre sin más.

Ferrán Aparicio
1 de marzo de 2019




domingo, 20 de enero de 2019

EL PASO DEL TIEMPO

Hace tiempo me obsesioné con el espacio tiempo, en cuanto que sin anclarme en el pasado, el futuro llegaba demasiado rápido, la transición entre el presente y futuro era inmediata, hasta que una psicóloga me aseveró que debía  anclarme en el presente inmediato, pues era el secreto para disfrutar de la vida.

Y así lo hice intentando eliminar aquello que todo aceleraba esa transformación entre presente futuro y con pocas miradas al pasado, simplemente en ocasiones para recordar éxitos y errores que valían la pena analizar, recordar y repasar como guía para una situación especial vivida en el presente o con proyección en el futuro.

Sin embargo si analizamos el factor tiempo te das cuenta  que por regla general, el tiempo vuela cuando nos lo estamos pasando bien, en bodas, fiestas, viajes …. y acontecimientos que hemos estado esperando y preparando y cuando te quieres dar cuenta pasan fugazmente dejando un rescoldo de satisfacción temporal, pero también es cierto que también pasa rápido cuando nos hacemos mayores, pues tenemos más consciencia de la fugacidad.

En realidad si lo pensamos consciente-mente el tiempo es un valor fijo medido, en segundos, minutos y horas, días, semanas y meses, y desde lo general en años, pero esa sensación de que los minutos corren a mayor velocidad según cumplimos años es una sensación generalizada, y su explicación no es el tiempo físico conceptual sino nuestra apreciación consciente respecto a su transcurrir.

El paso cronológico de los minutos, las horas, los días y los años en nuestros relojes y calendarios es un fenómeno constante y que se puede medir. Sin embargo, nuestra percepción del tiempo cambia continuamente, según las actividades que realicemos, nuestra edad e incluso cuánto tiempo dedicamos exclusivamente al descanso.

Se ha analizado este procedimiento por científicos y según se desprenden de estas teorías el concepto del paso del tiempo gira en torno a una idea principal: el tiempo que experimentamos representa los cambios percibidos en los estímulos mentales, lo cual implica que cada uno de nosotros tenemos  muestro propio tiempo mental en relación a los estímulos producidos en nuestro propio cerebro.

Básicamente, lo que viene a decirnos este físico es que el tiempo físico no es tiempo mental. El tiempo que percibe uno mismo no es el mismo que el que percibe el otro.

Cuando envejecemos, la velocidad a la que se perciben los cambios en las imágenes mentales disminuye debido a varias características físicas transformadoras, que incluyen la visión, la complejidad del cerebro y, posteriormente, la degradación de las vías que transmiten información.

En definitiva los grandes sabios llegan a la conclusión que el tiempo físico no es tiempo mental y por tanto el  tiempo que percibe uno mismo no es el mismo que el que percibe el otro, por lo que finalmente desde la ignorancia científica que padece el que escribe inocentemente, se llega a la conclusión que la causa fundamental se centra en que somos nosotros o nuestro cerebro los que producimos la aceleración del tiempo, por lo que les recomiendo que no paren el tiempo , y les animo a que simplemente traten de aquietar el procedimiento disfrutando del segundo del momento.
                                                          
Ferrán Aparicio
20 de enero de 2019

miércoles, 10 de octubre de 2018

AQUIETANDO EL RITMO

Hay días que sin saber por qué o por qué no, uno aquieta su vida y reflexiona sobre todo lo que sucede a su alrededor y muy comúnmente cuando llega la noticia de la muerte de alguien cercano, que queremos o simplemente ha formado parte de nuestra vida.

Es bien cierto que la vida se compone de  horas, momentos, días, etapas,…, incluso años, pero lo que también es cierto que como en la vida misma estamos obligados a hacer más cosas con menos recursos, resulta  necesario aquietar que no parar el ritmo bien voluntariamente o bien circunstancialmente, pues al final te das cuenta que sólo se trata de enfocarse en las cosas más importantes en lugar de pasar el día apagando fuegos, por decir un algo.

Todos los humanos por definición queremos sacarle el mayor jugo a la vida y ser efectivos en aquello que nos interesa, pero sin embargo nuestros hábitos productivos están desenfocando la visión hacia el camino que realmente queremos coger, si es que en algún caso o momento, conocemos la dirección perfecta para llegar a la esencia de lo queremos o al menos deseamos.

Al final de pensar en blanco durante un buen rato, llegas a la conclusión de que la clave está en organizar tu vida y la información que llega a tu vida de una forma más sencilla y de una forma más eficaz, en categorías apropiadas basada en cómo hay que accederla.

Dicen la gente hábil y práctica, que se trabaja la mitad con un trabajo ordenado, si lo proyectamos al conjunto de factores que integran nuestra vida, quizá y sólo quizá, la clave esté en crear el hábito de mantener tu vida organizada.

Tener una rutina que te permite empezar cada día con un plan sencillo y alcanzable y tener claro a donde nos lleva sea una de las pautas básicas no solo emocionalmente de sentirnos mejor sino de estar más satisfechos con el paso del tiempo.

La clarividencia de saber organizar y priorizar cuales son los aspectos más necesarios en cada momento y su escala de valores en cuanto a conseguir nuestros objetivos a corto y largo plazo, resulta una técnica infalible y ágil para avanzar cada día.

No sólo se trata de salir de la zona de confort pues al fin y al cabo si nos va bien no hay por qué cambiarla, sino de analizar si en esa zona estamos realmente plenamente felices.

La inconformidad es un acto de rebelión contra nosotros mismos y la finalidad un reto que nos mueve a otra zona que nos pueda mejorar el sentimiento de bienestar, por lo que te animo a aquietar el ritmo, a dedicar al menos unos minutos a pensar qué estamos haciendo y qué hacer con nuestras vidas , para salir de esas zonas improductivas no en el sentido económico de la palabra sino más bien emocionalmente, pues no hay mayor satisfacción de estar peleando al levantarme cada día por algo bueno y para mí , y se lo digo porque hoy es mi cumpleaños y este es mi auto regalo.

Ferrán Aparicio
10 de Octubre de 2018




domingo, 1 de julio de 2018

TIEMPOS DE CAMBIO


Como siempre y por casualidad o causalidad , me ha llegado un artículo a mis manos y la verdad es que me ha hecho reflexionar es el escrito de Ayn Rand, fechado en 1950 , que transcribo y la verdad es que no tiene desperdicio y se sigue actualizado 70 años después, en la situación que estamos viviendo.

“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por infliuencias más que por su trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario , son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que la sociedad está condenada “Ayn Rand -1950

La  pura verdad es que  tras muchos años de supervivencia en unos principios y valores, jamás hubiese pensado que iba a vivir en la sociedad que vivo , y no es un pensamiento ni negativo ni retrogado, lo cierto es que ya no nos sorprendemos de nada en cuanto a esta sociedad que como bien explica Ayn Rand , está condenada.

El concepto de tiempo y de cambio  es  algo intangible pero que casi ha tomado personalidad en los últimos tiempos. Es bien cierto que todos de alguna manera lo divulgamos y lo buscamos, pensamos, analizamos, evaluamos qué cambio hacer, cómo, cuándo, qué resultados nos traerá, el problema es cuando la sociedad cambia y se transforma a unos extremos inéditos y permanecemos indiferentes.

La realidad es que estamos tan pendiente de cambiar algo, que a veces que se nos olvida el proceso de cambio, es como aquello del árbol que no nos deja ver el bosque, sin darnos cuenta ni valorar que tanto el cambio como el concepto de tiempo es algo dinámico y no debe demorarse porque pierde impacto.

Si realmente somos conscientes de que la sociedad ha evolucionado, ha cambiado hasta llegar a su propia condena, procede un cambio que debe  de ser claro desde la mentalidad colectiva. Si a esto le añades que los que han convertido la sociedad en una sociedad condenada son los que nos dirigen y sus secuaces, el cambio de ser claro y convencer a la sociedad plural de la necesidad de un tiempo de cambio.

Da igual que seas de izquierda o de derechas,  el esquema que motiva  la sociedad  condenada  es el mismo y solo se trata de lograr que al menos más de la mitad de la gente de esta sociedad, tome conciencia de que es necesario.

Un cambio siempre implica manejar ideas, recomendaciones e interrogantes, crear una visión que generalice el cambio que uno pretende  y servirá para evitar confusiones y guiar a toda la sociedad hacia la misma meta, tome conciencia pues el problema no es personal sino colectivo y el cambio se localiza en la mentalidad colectiva de una sociedad que necesita tiempos de cambio.
                                                           Ferrán Aparicio
                                                       1 de Julio de 2018

lunes, 25 de julio de 2016

PROACTIVIDAD ACELERADA


Llevo una temporada que no se si porque empiezan los calores del verano, por circunstancias de traslado o acoplamiento a una nueva vida, pero tengo el proactivismo acelerado y no paro, mi cabeza va  más rápida que mi cuerpo y se que como cualquier mecanismo y motor, un exceso de revoluciones no es nada sano.

Es bien cierto por definición que las personas que somos proactivas los problemas no nos detienen y es que cuando te centras en los problemas a los que te estás enfrentando, tu comportamiento va en resonancia con la tensión resultante, lo que obstaculiza tu progreso y no te deja avanzar.

Sin embargo cuando empiezas a tomar consciencia como es el caso, es cuando te das cuenta que la planificación es un grado y que todos somos humanos que no divinos, salvo algún error u excepción.

Cuando aquietas tu marcha, que aquietar no es parar, es cuando llegas a darte cuenta que centrándote en las acciones que debes hacer para mejorar tu actual situación consigues pensar con claridad y tener ideas positivas, que te abren a nuevas soluciones y una mejor organización de lo que es tu vida.

No se trata de hacer comparaciones pues al final llegas a la conclusión de que aunque todos somos humanos no todos somos de la misma pasta, por lo que resulta impensable hacer comparaciones, pues como dice el dicho las comparaciones son odiosas.

Pero como siempre la aptitud y actitud es lo que a veces y sólo a veces nos diferencia a las personas y es que la gente exitosa aunque sólo sea para si mismo, en cuanto que cumplen los objetivos que se plantean en su vida, no piensa en los posibles y no posibles problemas, sino que evitan cualquier pensamiento negativo para seguir adelante, porque en definitiva saben que son más eficaces cuando se centran en dar soluciones y no en crearse nuevos problemas.

No es cuestión de hacerse juicios de valor, ni hacerlo respecto a los demás, ni tampoco de poner excusas de “mal pagador”, si no de enfrentarnos día a día a lo que nos proponemos con una claridad mental que el tiempo es oro, pues se desvanece sin poder volver a encontrarlo.

Otros valores como la envidia o la expectativas ajenas no entran en nuestros esquemas pues al fin y al cabo ser una persona proactiva es gustarte hacer las cosas y conseguirlas, sin miedo a coger responsabilidades sobre las cosas que están fuera de su control, eso si como siempre sin aceleraciones, pues no hay motor que cien años dure, ni cuerpo que lo resista.

Ferrán Aparicio
25 de julio de 2016

martes, 15 de marzo de 2016

VOLUNTAD DE VOLUNTADES


VOLUNTAD DE VOLUNTADES,.., TODO ES VOLUNTAD
Después del último post en el que se hablaba de la intuición como el despertador biológico de los instintos básicos que las personas tenemos de una forma innata, en ese instinto básico de la supervivencia, sólo queda añadirle un poco de sal, para tener la receta perfecta y es que voluntad de voluntades,.., todo es voluntad.
 
El gran filósofo José Antonio Marina describe la voluntad como “la motivación inteligentemente dirigida ó la motivación dirigida por la inteligencia” e  intuitivamente no le falta razón.
 
No hay nada que se pueda comenzar si no hay voluntad de hacerlo, por mucho que tengamos claro el poder del deseo. La voluntad de hacer y ponerse en marcha es lo que determina que la motivación aparezca, ya que es la manera de ejecutar inteligentemente el motivo que nos mueve.
 
En ese acto inerte y voluntario, valga la redundancia es donde comienza la chispa  que enciende el mecanismo para que comportamientos que suelen ser  automáticos, empiecen a ser conscientes y voluntarios y es ahí donde nuestra libertad de hacerlo o no hacerlo tropieza con el factor motivación.
 
Normalmente nada es gratuito y todo nos cuesta algo, es por ello que muchas veces la voluntad  quede rezagada en la desgana, el cansancio o simplemente en el aburrimiento bien por falta de motivación, bien porque no tenemos claro que lo que nos proponemos voluntariamente  va a tener una meta clara.
 
El deseo es una llamada a la acción que necesita ser  reforzado por la voluntad, sin embargo una interrelación  en exceso o defecto de deseos   afectan a la voluntad, haciendo nuestros objetivos más inapetentes de la misma forma  que la esclavitud de la voluntad nos hace prisioneros en forma de adicciones y emociones.
 
De todos es sabido que  aplazar  la realización de nuestros trabajos y  proyectos consume más tiempo y energía que iniciarnos en su camino de ese momento mejor que sin embargo nunca llega.
 
Otros depredadores de la voluntad son aspectos como, la rutina, la inconstancia, la incapacidad, la obcecación o la tozudez, pues marcan un  camino improductivo que reducen la voluntad haciéndola fracasar.
 
Al final  de cualquier razonamiento  llegamos a la primera premisa como con cualquier silogismo en que la calidad de la voluntad va a depender de la calidad de la inteligencia, es decir en valorar lo que queremos voluntariamente e inteligentemente, porque  en cualquier caso, voluntad de voluntades,…, todo es voluntad.
 
                                                         Ferrán Aparicio
                                                    15 de marzo de 2016

miércoles, 20 de enero de 2016

AL NO TIEMPO


Después de un año pasado con ciertas anécdotas, despilfarros y caídas he podido conocer lo que significa el espacio no tiempo.

 Hasta hace poco estaba acostumbrado a decir no tengo tiempo, sin embargo he aprendido que hay tiempo para todo, incluso para aquietar sin parar que ya es mucho.

Cuando decimos que no tenemos tiempo, estamos afirmando y aseverando que de alguna forma no entra en nuestros planes la apetencia de dejar de hacer lo que estamos haciendo, si es que estamos haciendo algo o en cualquier caso que no nos apetece realmente hacer aquello para lo que necesitamos cierto tiempo.

Cuando alguien habla de que no tiene tiempo, de alguna forma nos está transmitiendo es síntoma de algo distinto, están transmitiendo de alguna forma que no saben lo que les gusta o que desearían hacer, pues tiempo en mayor o menor medida lo hay para todo , sólo es cuestión de ordenar la importancia de lo que tenemos en nuestra cabeza pendiente y priorizar.

Cuando algo nos importa o nos interesa en demasía dejamos cualquier cosa por comenzar aquello que nos hemos propuesto, luego siempre hay tiempo para hacer lo que nos interesa y apasiona, y lo que no hacemos está claro que no entra en nuestros planes aunque sea puntualmente en ese momento.

Todos y digo todos , tenemos cosas que hacer o deberíamos hacer y sabemos la forma de hacer las cosas y en ausencia de conocimiento , preguntamos , nos informamos o nos formamos en aquello que queremos hacer, luego no es excusa para acometer aquello que racionalmente descartamos por ausencia de tiempo.

Lo cierto es que últimamente está muy de moda aquello de reinventarse y quizás no sea tan necesaria como parar un momento y analizar los sueños, deseos , metas y objetivos y establecer un orden de intereses o simplemente necesidades.

Para que ocurran las cosas en el tiempo hay que hacer cosas y hay que dedicarles su tiempo, es como la ley de acción y reacción donde todo versa en perseverar y mucha disciplina.

 Quizás cuando uno vive el espacio no tiempo, donde no hay obligaciones inmediatas , ni necesidades básicas que cubrir sin necesidad de hablar de criar malvas es cuando te das de alguna manera cuenta que el tiempo existe y que no sólo se trata de tener una actitud positiva ante él , sino de valorarlo y valorarnos de que forma lo agotamos en función de nuestros propios intereses.


                                                             Ferrán Aparicio

                                                          20 de enero de 2016

 
 
 
 

 

miércoles, 30 de diciembre de 2015

PASA LA VIDA

Cuando ya sólo quedan unas horas para pasar a un año más y muy conscientes de lo privilegiados que somos por poder hacerlo, independientemente del momento que cada uno estemos viviendo, que por lo general y común no será ni fácil, ni cómodo, pues como seres humanos que somos tendemos al inconformismo cada uno en su forma y medida, me suenan las sevillanas del grupo albahaca “Pasa la vida”.

Por aquello de que todo llega en su justo de momento, no puedo y como siempre sin más reflexionar sobre su letra en cuanto que pasa la vida y no has notado que has vivido, cuando pasa la vida.

Es cierto que nos movemos en ciclos y círculos virtuales y mucho más reales de lo que imaginamos por el factor tiempo, en los que como la luna y el sol uno se esconde cuando el otro aparece, independientemente de su rotación, pero también es cierto que pasa la vida con tus ilusiones y bellos sueños, en los que todo se olvida, si no es un día al siguiente bien por error o por simple omisión.

En general no podemos detener los ciclos y si lo hiciéramos o nos lo hicieran, es que pasaría la vida igual que pasa la corriente como el rio cuando busca el mar, caminando indiferentes a donde la vida nos quiera llevar.

De amores y otras viandas casi ni hablar, porque el que tenga un amor que lo cuide, por aquello de que muchas veces también pasa el cariño y habiendo jurado amor eterno, pasa el cariño y apenas comprendemos que hubo un tiempo de amor en que nos quisimos, pero al final comprendemos que pasa la vida como pasa la corriente y pasa el amor como pasa el cariño.

Y el que sólo busque la gloria, que se prepare, pues la gloria pasa como pasa la vida y ves que de tu vida no queda ni la memoria, muchas vez por acción , otras por omisión o desencanto , pero definitivamente y por muy positivos que seamos ha pasado la vida.

Cuando pasan los años se va la juventud calladamente pues han pasado los años con su triste carga de desengaños, pero también con alegrías que nada ni nadie nos las podrán quitar, pero aunque no nos podemos anclar en el pasado, son bonitas de recordar pues al fin y al cabo las hemos vivido aun cuando ha pasado la vida.

Les animo como siempre desde una actitud híper positiva a contemplar el horizonte pues aunque resulta difícil nada contra corriente, tampoco es bueno dejarse llevar por ella y tienen un maravilloso año para no caminar indiferente y marcar el rumbo a donde, de alguna forma la vida nos quiera llevar aunque sea por casualidad como el rio que lleva al mar, la mar.

Ferrán Aparicio
30 de diciembre de 2015








domingo, 1 de noviembre de 2015

CONTINUOS ERRORES


No sé si es porque se acerca el fin de año , o porque me he dado un buen golpe este año, no hago más que revisar los conceptos básicos que motivan  mi vida y es que por mucho que  lo intento desde una actitud muy positiva , solo hago que detectar continuos errores.

Todos sabemos o al menos intuimos que crecemos cuando salimos de nuestra zona de confort y que la resiliencia nos hace fuertes y nos permite crecer y endurecer ante las adversidades de la vida.

Pero lo queramos o no, la capacidad para abandonar de manera consciente nuestra zona de confort y atrevernos a descubrir nuevos horizontes o perseguir nuestros sueños es lo que nos hace diferentes a los demás, es lo que nos permite tener nuevas experiencias que enriquezcan nuestra vida.

En general, la mayoría de las personas prefieren quedarse en su zona de confort, ese espacio en el que se sienten más o menos a gusto pero en definitiva seguros.

Pero el cargo de conciencia viene cuando reflexionamos y nos damos cuenta que manteniéndonos en ese círculo de confort, mantenemos nuestros hábitos y rutinas que nos permiten vivir con mayor tranquilidad pero sin ningún avance.

También es bien cierto que manteniéndose dentro de la zona de confort no es garantía de sentirse planamente feliz y lo que es evidente que no evolucionamos.

Los errores están para modificarlos si se puede, el problema surge cuando no somos conscientes que los cometemos o simplemente actuamos por pura inercia como hábito de vida.

Nadie nos obliga a reflexionar o a cotejar la naturaleza de nuestra vida  y su veracidad, pero en general sabemos que si no nos movemos no evolucionaremos probablemente por no enfrentarnos al miedo al fracaso.
 
Relegar en el tiempo es otro de los errores más comunes , dejamos las cosas para más adelante sin saber si realmente tendremos tiempo , fuerzas incluso ánimos para  salir  acrecer de nuestra zona de confort.

 Otras veces nos escudamos en pensar que no somos capaces o que no es para nosotros aquello que en ocasiones habías pensado que era para ti, bien por no enfrentarnos a ello bien por  no saber cómo  hacerlo.
 
Supeditar la felicidad a una condición significa pensar que este estado depende de las circunstancias, y no de nosotros mismos. Sin querer o queriendo nos convertimos automáticamente en marionetas del destino, esperando a que lleguen las circunstancias perfectas.

Si bien en mi más hondo pensar pienso que intuitivamente las cosas llegan en su justo momento, también es cierto que  revisando los continuos errores nos ayuda a mantener focalizada la atención y desempeña un rol esencial en la autorregulación del comportamiento ya que representa una especie de retroalimentación continua que utilizamos para controlar lo que estamos haciendo o sintiendo.

 

                                                           Ferrán Aparicio

                                                1 de noviembre de 2015