La alexitimia es un rasgo de personalidad que se caracteriza por la dificultad de conectar, ser consciente e identificar emociones experimentadas tanto por uno mismo, como por los demás. Sus causas no son conocidas, si bien se cree que podrían ser genéticas.
Pero en realidad, la alexitimia simplemente es la capacidad de identificar, reconocer,
nombrar o describir las emociones o los sentimientos propios, con especial
dificultad para hallar palabras para describirlos. Pobreza en la expresión
verbal, mímica o gestual de las emociones o los sentimientos.
La evidencia neurocientífica
relaciona la alexitimia con un procesamiento emocional defectuoso.
Y es que varios estudios muestran que personas altamente
alexitímicas activan conmenor intensidad zonas cerebrales límbicas en respuesta
a estímulos negativos
El
núcleo semiológico del perfil de la personalidad alexitímica reside en la
afectividad, en forma de una incapacidad para identificar, reconocer, describir
o nombrar los sentimientos o las emociones propias y de una dificultad para
captar los estados emocionales ajenos, o sea, en conjunto una conciencia
emocional precaria.
Por ello, los alexitímicos han sido también
denominados ”afásicos de sentimiento”, “afásicos afectivos” o “analfabetos
emocionales”.
Al
tiempo, tienen un pensamiento concreto, detallista, apegado a lo inmediato,
desprovisto de fantasías, de abstracciones y de dudas, y conducente con rapidez
a la acción, por lo que se le define como un pensamiento operativo o
instrumental, enmarcado en un estilo cognitivo pragmático y
directo.
En
su expresividad sobresale la penuria en la mímica, la gesticulación y la
palabra, y la utilización de un lenguaje lento, aprosódico, detallista y
reiterativo, todo lo cual se traduce en una pobreza
comunicacional.
Su
corporalidad es el escenario que acoge una amplia repercusión de las emociones
en forma de somatizaciones, de suerte que el lenguaje vegetativo sustituye al
lenguaje verbal y amenaza a los órganos más vulnerables con la producción de
una disfunción o una lesión, como consecuencia de una corporalidad somatizada.
Esta dificultad para
conectar con aquellas emociones que sentimos puede ocasionarnos varios problemas,
como mostrar una falta de empatía hacia los demás y por ello al no saber
interpretar qué sienten los de nuestro alrededor se hace complicado empatizar
con esas personas.
Aunque la alexitimia es un
constructo poco conocido fuera de la comunidad psicológica, resulta crucial
tenerlo en cuenta para evaluar nuestro desempeño emocional a lo largo de la
vida pues poder gestionar nuestras emociones, es, sin duda, ser conscientes que
sentimos esa emoción.
Ferrán Aparicio
5 de Junio de 2025