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lunes, 30 de marzo de 2020

PRESENCIA VITAL


Hay actitudes  en la vida que son positivas y otras negativas, como también las hay conscientes e inconscientes , pero lo que es cierto  en cualquiera de la actitud y aptitud que nos posicionemos es  que en la vida hay que estar presente.

Y hablar de presencia vital es  hablar del  Presente en presencia, mente y corazón, y ello es lo que esperamos de esas personas que consideramos como significativas en nuestro día a día, tanto las que están presentes como las que no lo están pero las intuimos como cercanas.

Sin embargo, hay momentos a lo largo de nuestra vida que empezamos a percibir ciertos vacíos, vemos cómo se van rompiendo costumbres y aparecen los silencios, nos damos cuenta cómo vamos cambiando, nosotros mismos , nuestras querencias , nuestras carencias  y nos plantea en esa presencia vital ciertas dudas.

Dicen que no hay ausencia más dolorosa que aquella de quien a pesar de estar a nuestro lado, nos abraza con la indiferencia, con la falta de atención o la ironía,  en el fondo son formas de soledad pueden ocasionar tanto sufrimiento, al cual hay que estar preparados para afrontar desde la consciencia de la realidad.

Quien se ausenta es que no desea estar presente, y en ocasiones, se crean complejas situaciones que se alargan en el tiempo a través de las mentiras o las medias verdades, sin embargo puede ser algo circunstancial pes por ello que muchas veces tendemos a hacer suposiciones , cuando en la realidad es todo muy diferente y tiene la indiferencia un racionamiento mucho más racional y justificado.

Cuando tenemos  la cabeza en otro sitio dejamos de prestar atención a lo que tenemos a nuestro alrededor, bien porque nuestra preocupación está centrada en otros objetivos y razones, bien porque necesitamos de un aislamiento vital para solucionar algo que nos aturde o preocupa.

Es por ello que si bien no existen reglas para  mantenernos en esa presencia vital virtual , es fundamental tener unos principios y valores manifiestos  que den respuesta  a lo circunstancial y en especial teniendo en cuenta que tenemos que tratar a las personas con el mismo valor e importancia que ellas te dan.

También es cierto que tenemos que ser imparciales  y ser capaces de asumir que no debemos esperar nada de nadie, pues nadie está obligado y el acto de reciprocidad es un acto natural y voluntario.

No es fácil expresarse y menos cuando hablamos de lo que no sabemos, pero si podemos hablar y actuar de todo aquello que practicamos, conocemos y encima nos gusta, independientemente del posicionamiento de los demás hacia nuestros gustos.

Y sobre todo no te olvides del valor de tu sonrisa, quiérete y valórate por todo lo que eres y no por lo que alguien que no te merece te hace entender, pue tiu posicionamiento en la realidad hace que  tú no debas hacer lo imposible por rodearte de personas que te quieran en su vida.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                    30 de Marzo de 2020

sábado, 20 de abril de 2019

SOLEDAD FUNCIONAL


Dice un dicho y valga la redundancia que quien mucho espera, se decepciona y sufre. La verdad es que la falta de interés duele, y mucho y va más allá de la decepción, son crueles punzadas de dolor en el estómago, como si algo por dentro nos desgarrara el alma, y entonces llega el momento de aceptar la soledad funcional como una etapa más de nuestras vidas.

La verdad es que tanto  la vida el tiempo como los daños nos cambian, haciendo que lo que hoy nos apetecía compartir mañana no nos resulte tan atractivo y esto no contradice ni  justifica la falta de sinceridad ni de correspondencia con los demás.

La soledad funcional nos lleva a reconocer tristemente, la falsedad y la hipocresía son tan resbaladizas que solemos encontrarlas en el rincón que menos esperábamos cuando ya es demasiado tarde. Normalmente, la esperanza de que alguien es lo que creemos conocer nos hace estar tranquilos cuando en realidad deberíamos mantenernos expectantes, pues ni es oro todo lo que reluce  y Las apariencias engañan.

Entonces es cuando vienen los problemas, pues la verdad es que abunda la gente interesada y a nosotros nos cuesta abrir los ojos y esto normalmente ocurre porque nos resistimos a creer que alguien a quien consideramos tan indispensable en nuestra vida no sea sincero.

La soledad funcional, ese apartamiento vital, nos sirve para  regalar tu ausencia a quien no valora tu presencia y  a no forzar situaciones que creemos necesarias.

A lo largo de nuestras vidas nos cruzamos con muchas personas que forman parte de nuestro entorno, algunas de ellas solo pasan de forma transitoria, mientras otras toman lugares realmente importantes en nuestros corazones y decidimos invertir gran parte de nuestras vidas en ellas, hasta que llega el momento que los cambios recíprocos de estilo de vida o simplemente de intereses nos alejan, y lo mejor es redirigir nuestra energía, principalmente hacia nosotros mismos y posteriormente a otra persona que tenga la intención de retribuir nuestros sentimientos y nuestra atención de una forma más recíproca.

Si bien es cierto que debemos dar sin esperar nada a cambio, es más sano para nosotros cuando lo que damos lo recibimos de alguna buena forma de vuelta, nos sentimos queridos, amados, considerados por las personas que forman, por elección, parte de nuestras vidas.

Una de las bases de nuestra existencia es amar y ser amados, pero cuando no hay respuesta sentimos un vacío en nuestro corazón, pudiéndonos inclusive llegar a sentirnos poco merecedores de afecto. Al final de das cuenta  que no te merece quien, con su indiferencia, te hace sentir invisible y ausente, sino quien, con su atención, te hace sentir importante y presente.  

La soledad funcional te  permite cerrar ciclos y al mismo tiempo nos permite abrir nuevos,  pues mientras invertimos nuestra vida en alguien que no está dispuesto a formar parte de ella, seguramente estamos perdiendo la oportunidad de cruzarnos con esa persona que sí puede hacerlo.

                                                            Ferrán Aparicio
                                                           20 de abril de 2019