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sábado, 15 de octubre de 2016

LO JUSTO Y NECESARIO


Siempre me ha llamado la atención expresiones como: “lo justo y necesario” u otras como “condiciones necesarias y no suficientes” o simplemente aquello de las “historias acabadas pero no terminadas”, pero la verdad es que cada una de ellas tiene su enjundia y tiene su aplicación para muchos campos y situaciones en la vida diaria, aunque sea por aquello de que los dichos populares y no tan populares, gozan de gran sabiduría y sobre todo de un grado alto de sentido común, aunque como siempre no sea de una forma absoluta, sino relativa.

Lo justo y lo necesario, bien en la mayoría de los casos, referido al control de las situaciones, desde las personales a las laborales, pasando por las relaciones sociales incluso en convenios comerciales es un tema sobre el que reflexionar.

Porque el control como concepto no sólo es la prueba destinada a comprobar su buen desarrollo y sin embargo en la vida diaria el control es el reflejo del miedo a que las cosas salgan mal.

También el control se define como la habilidad para hacer que algo se comporte exactamente como se quiere, sin embargo la obsesión por querer tener todo bajo control puede llevarnos a reflejarlos en enfermedades psicosomáticas, desde el famoso estrés la mayoría de veces y según la teoría de Murphy en el sentido de querer hacer más cosas que el tiempo y los imprevistos nos permiten, a la somatización física derivada a dolores de cervicales, de estómago o simplemente molestas cefaleas, entre otras variantes.

Sin embargo lo justo y necesario, puede ser simplemente aplicable a los procesos en que las personas pueden objetivizar, analizar y ser vistos bajo el punto de vista del control. Solo se trata de plantear de tener un objetivo marcado sabiendo o intuyendo cual es el resultado deseado, por lo que teniendo la idea definida en cuanto a objetivo a conseguir realizar el comportamiento que se cree que le va a llevar a su objetivo, aplicando el esfuerzo y sacrificio justo y necesario para materializar esa acción.

Lo justo y necesario es aplicable a cualquier campo de la vida, pues supone que la persona ha reflexionado y tiene un modelo, consciente o inconsciente por habito adquirido en la práctica de cómo se comporta el sistema controlado para suministrar el esfuerzo justo y necesario para conseguir cualquier objetivo, sin un desgaste excesivo ni las consecuencias traumáticas a cualquier nivel que este produce.

El control justo y necesario, se relaciona automáticamente con objetivos, planes, expectativas y atribuciones, el problema y la importancia del control justo y necesario al final se deriva en los procesos que se ven afectados cuando no se aplica correctamente o se percibe de forma errónea.

Al final lo justo y lo necesario como reflexión se centra en asumir el riesgo y la responsabilidad estrictamente hasta donde te sea humanamente posible, pues lo que está claro independientemente de lo justo que parezca, es que hay cosas y situaciones que están bajo control y otras que no están bajo tu control.

Ferrán Aparicio
15 de octubre de 2016





miércoles, 20 de mayo de 2015

CUATRO SEGUNDOS


No sé si por efecto de la primavera o simplemente porque he dejado de fumar, a pesar de lo mucho que me gustaba, llevo una temporada escéptico y en el que me lo replanteo todo.

En general y sin llegar a particularizar en un tema concreto he llegado a la conclusión de que en muchos casos los esfuerzos que hacemos para conseguir que se cumplan los hábitos que no funcionan, es un éxito tardío, aunque ni siquiera nos damos cuenta que nos estamos matando y reaccionamos mal y tarde pero reaccionamos.

En general y con la que sigue cayendo en este país, todos estamos algo nerviosos, pues nuestros valores centrados en el trabajo siempre está en un vilo de ser eliminados, lo cual nos genera un estrés que repercute en el resto de nuestra vida en cuanto que acumulamos tareas, en vez de ir resolviendo de una en una y no acumulando pequeñeces.

Si por una parte estoy cada día más convencido que lo que es para uno, nunca pasará de largo y que todo, y cuando digo todo, es todo, llega en su justo momento, también he llegado a la conclusión que las situaciones de estrés podrían evitarse con sólo tomar una pausa de cuatro segundos para en cada momento de duda reenfocar la solución de nuestro problema y retomar el mejor camino.

En este sentido y al margen de que cada uno tiene su carácter, no sé si por las pastilla antitabaco que estoy tomando o porque me he relajado con este nuevo estilo de vida, si traspolamos  la teoría de los cuatro segundos a la comunicación interactiva, tendríamos que optar por escuchar y entender mejor a nuestros interlocutores y tomarnos de vez en cuando cuatro segundos para contestar algo, que una vez dicho  está y no tiene solución, independientemente que sea lo que realmente pensamos, pero no es políticamente correcto.

Es cierto que con nuestros impulsos es difícil de controlar los pensamientos que no vienen a cuento y que nuestro cerebro revela sin más y que  en más de una ocasión nos ha hecho salirnos del tiesto por un simple problema de espontaneidad o inconsciencia, pero también es cierto que ser conscientes  y tomar cuatro segundos es tener la capacidad para encontrar el orden y evitar situaciones totalmente innecesarias e irreparables.

Estoy convencido que como dicen muchos especialistas, el secreto para tomar buenas decisiones que simplifiquen tu vida, es respirar profundamente cuatro segundos , tanto por el grado de consciencia que obtenemos como en la calidad repuesta que adquirimos.

Cuatro segundos es el tiempo suficiente para darnos cuenta de si continuar adelante con algo que se va a traducir en un problema o si queremos o no hacerlo, pues no hay nada tan sencillo como respirar profundamente y a tiempo, eso sí, como decía  Celia Cruz, relajándose que la vida es corta.

                                                              Ferrán Aparicio

                                                         20 de Mayo de 2015