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viernes, 7 de julio de 2023

ABRAZANDO LA MADUREZ

Cuando hablamos de madurez, lo primero que nos viene a la cabeza es el estado de un fruto que ha alcanzado un desarrollo completo.

 En el caso de las personas se refiere al estado en que la persona ha alcanzado su pleno desarrollo, o de una persona que ha alcanzado su mejor momento en algún aspecto.

 En términos psicológicos, no existe una edad que determine la madurez emocional. Este tipo de madurez se detecta con actitudes concretas como la capacidad de tener un pensamiento crítico, una conducta razonable, aceptar críticas y brindarlas de manera educada.

Lo que es bien cierto y todos aceptamos es que una persona madura acepta las consecuencias de sus actos, es responsable. La tolerancia y la falta de reacciones ilógicas también son rasgos característicos de madurez emocional. .

Analizando la procedencia y desarrollo del concepto de madurez concluimos  que son las virtudes y conductas necesarias para alcanzar este estado, se aprenden principalmente en el hogar.

Está claro que todas las personas tenemos más o menos madurez en función de muchos factores: la educación que hemos recibido, las cosas que nos han ido pasando a lo largo de la vida y cómo hemos procesado toda esa amalgama: a qué conclusiones hemos ido llegando y qué impacto han tenido en nosotros esos acontecimientos.

Dicen los especialistas en materia  que sea como sea, calma: la madurez total no existe y yo les doy la razón , pues en un análisis exhaustivo todos tenemos alguna tara y  no hay nadie que sea cien por cien “maduro”,  igual que no hay nadie cien por cien  inteligente o simpático , empático o cualquier virtud que sea medible y concreta.

En definitivamente ser maduro implica  saber disfrutar y se esforzarse por hacerlo, reservando  tiempo para tus propios placeres y encontrando espacio suficiente en tu vida para la diversión, cumpliendo adecuadamente con tus responsabilidades y obligaciones, sin poner en serio riesgo las cosas importantes de su vida a no ser que sea por poderosas razones. .

Conocer en qué consiste eso de la madurez puede ayudarte a ser consciente de tus virtudes y tus carencias y también te ayudara  a ser benevolente con la manera que tienen los demás de funcionar en la vida. .

Independiente de lo que nos  aporta la madurez, su paralelismo con el nivel de consciencia es  grande, pues mientras mayor nos hacemos y cumplimos años, más ganas por la vida tenemos y más aprecio por ella tenemos.

Cuando somos jóvenes independientemente de nuestro crecimiento físico, psíquico y emocional no le prestamos atención al paso del tiempo, pues pensábamos que somos eternos, pero cuando pasa el tiempo, tienes que aceptar que lo importante es  abrazar tu madurez.

                                                               Ferrán Aparicio

                                                            30 de Abril de 2023

martes, 15 de septiembre de 2020

ADVERSIDAD Y PACIENCIA

Dicen que la paciencia es la capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse. Pero la pacienciA como estado también comprende  y atiende a  la calma o tranquilidad para esperar y al mismo tiempo hacer frente a la adversidad.


En relación con el tiempo  resulta la capacidad de realizar una actividad larga, pesada o que requiere mucha precisión como es el caso de nuestra actitud ante la pandemia.

Sin embargo, la paciencia podemos definirla como una actitud,  una característica, un estado, una manera… sea cual sea la definición que le demos a la paciencia, definitivamente es una virtud, una virtud que acompaña al ser humano y que se caracteriza por el poder soportar todos los contratiempos y las dificultades que se nos atraviesan en el camino, incluso en tiempos de confinamiento.

La paciencia está muy relacionada con la perseverancia, pues la paciencia es la constancia valerosa que se opone al mal y a pesar de lo que sufre el hombre no se deja dominar por él y en cierto modo también con la resiliencia, pues ser paciente ante las adversidades nos hace crecer y ser más fuertes.

La paciencia es un ingrediente fundamental para  relacionarnos y ejercer cualquier actividad es como la sal en la cocina , es lo que le da un sabor especial a la vida, pues muchos momentos de nuestra vida requieren de paciencia, pues implica tolerancia, calma, pasividad frente a la manera en la que accionamos ante determinadas situaciones o determinados momentos, especialmente cuando somos conscientes de la situacióin que vivimos.

Al fin y al cabo ser paciente no implica  únicamente el  poseer la virtud del aguante, de la tolerancia a las adversidades, consiste además en enfrentar estas contrariedades con fortaleza, con entereza y sin lamentos, esto es lo que caracteriza a las personas maduras, aquellas que saben esperar con calma lo que no depende de ellas y que definitivamente transforman el sufrimiento que acompaña la espera.

A todo el mundo nos ha ocurrido  que en determinadas  circunstancias en nuestra vida lamentablemente no podemos cambiar de forma inmediata, hay momentos que no podemos transformar de una manera rápida, y definitivamente no siempre se obtendrán resultados que esperamos o que queremos, sin embargo, desarrollando la paciencia, cultivando la sabiduría de esperar y de tolerar cualquier adversidad y cualquier situación, esa espera será distinta, nos hará diferentes, será parte de la madurez del ser humano, será parte de nuestra personalidad y de nuestra manera de enfrentar la vida… y finalmente, sabremos reconocer cuando llegan los resultados oportunos y sacar provecho de ellos.

El reconocer la paciencia , ser consciente de ella  convertirla  en tu aliada, es aprehender a ser una persona más serena, más comprensiva, con menos prejuicios y consecuentemente  tener una visión más clara de todas las cosas, pues  al final de todo,  uno de los secretos de la vida, es tener simplemente paciencia ante las adversidades de la vida.

 Ferrán Aparicio
15 de Septiembre de 2020

jueves, 5 de mayo de 2016

HABLANDO DE SOLEDADES

El otro día cayó en mis manos uno de esos decálogos que van transmitiendo los secretos para una vida, como si sencillo fuera vivir, como un tres en uno, que sirve para todo o casi todo y cada uno de los problemas que se nos presentan diariamente y la verdad que me hizo reflexionar sobre las trascendencia de la vida y las decisiones que un día u otro por necesidad, omisión o simplemente por sentido común, tenemos que tomar, todos los que nos sentimos los humanos.

Siempre me he preguntado por qué me gusta la soledad y la verdad que hay muchos motivos y en especial cuando ya has vivido con demasiado ruido en todas y cada una de las situaciones y etapas que todos tenemos en la vida y al final te das cuenta que necesitas respirar de vez en cuanto en tu propio ambiente.

La verdad que la situación de soledad no es cuestión de edad o a lo mejor sí, en cuanto que cada día nos hacemos más selectivos y apreciamos el sentido del silencio como algo sobrenatural en el mundo de la naturaleza que nos rodea y sobretodo porque nunca nos sentimos en absoluto silencio pues al menos nuestra respiración nos acompaña en todo momento, hecho que en contrario, sería mal asunto para el que reflexiona sobre la soledad y el silencio.

La cuestión es que la sociedad y el mundo de la filosofía y en especial la psicología clínica ha empezado a cambiar el concepto de la soledad como concepto de un diagnóstico claro de una variante de la depresión, para catalizar la idea del individuo como ser perfecto en habilidades que puede activar el individuo solo consigo mismo sin necesidad del rechazo o aprobación de los demás.

Soledad en términos sociales significa estar solo sin acompañamiento de una persona u otro ser vivo, pero también hay que reconocer en el origen su etimología como la propia elección como individuo libre al impuesto por la sociedad por alguna traba personal social o simplemente una enfermedad.

En este sentido Arthur Schopenhauer, sostenía que «la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.» y es que la soledad como instinto básico es necesaria porque nos permite descubrirnos quienes somos y que necesitamos.

En cualquier caso y en el caso que uno no acepte la soledad como el antídoto del ruido extremo en todos sus niveles y extensiones, vivir acompañado es el mejor antídoto contra la soledad, como lo es aun viviendo sólo utilizar los medios posibles para mantener y tener relaciones de una forma periódica.

Otros antídotos de cualquier decálogo versan sobre la actitud de mantenerse activo durante el mayor tiempo posible aprendiendo y compartiendo cosas nuevas a lo largo de una vida, eso sí solo o acompañado según de la actividad que se trate, pero en definitiva sólo se trata de hablar de soledad profundizando en uno mismo para detectar los motivos de nuestro sentimiento de soledad.

                                     Ferrán Aparicio
                                  5 de mayo de 2016