Hemos tenido tiempo para re inventarnos en esta etapa de confinamiento, si bien llegando a un estrato más
profundo y observando como personaje a la sociedad, incluso mirándome a mí
mismo desde fuera como espectador del teatro de la vida, te das cuenta que la sociedad tiene un agotamiento
intelectual, y la pandemia nos ha demostrado hasta qué punto estamos sumidos en
una llamativa parálisis.
Si
bien la sociedad con el confinamiento ha entrado en un momento de tensión y
crispación en los momentos de mayor
tensión sanitaria, se ha reflejado motivos de descontento, creando posturas más encrespadas y hostiles, aun cuando se han
inventado el número de los aplausos para calmar al rebaño, mientras lo distraen
puntualmente a una hora concertada.
Ante
esta situación todos, con tanto tiempo que tiene el día, hemos buscado soluciones
palpables e imaginativas, si bien nos hemos dado cuenta que la rutina crea
costumbre y al final te ves envuelto en un círculo vital que se repite desde
que te levantas hasta que te acuestas.
Sin embargo en se estado de mutación
trascendental te das cuenta que las grandes ideas son a menudo una invocación
al dios de la historia, como si repitiendo muchas veces las cosas terminaran
por hacerse realidad, y no es realmente así.
Esto
ocurre así porque hemos olvidado algo básico, que las ideas por sí mismas no sirven
de mucho, incluso cuando son acertadas, y especialmente en estos casos,
requieren organización, estructura, impulso y desarrollo para que sus
posibilidades se concreten.
Sin
embargo si que hemos reflexionado, sobre lo que queremos y lo que ya no queremos,
bien porque ya no somos los mismos en
relación a la situación vivida y el mismo tiempo y lo que se trata es de reaccionar y ser pragmático, esa actitud que no tiene grandes visiones, pero lleva a
cabo su tarea razonablemente bien y con cierta inventiva
La
reinvención no consiste en desarrollar ideas revolucionarias, sino en saber dar
una vuelta de tuerca a lo existente, en ganar metros, en saber avanzar en
condiciones difíciles.
Con
la crisis de la pandemia, aparecen nuevas exigencias porque somos conscientes
de la debilidad, que favorece el nivel de crítica y favorece al mismo tiempo la
capacidad de pensar de otra manera, y ser capaces de mejorar lo dado, de desechar
lo que no funciona y de acoger lo que tiene validez.
La
reinvención implica un sentimiento dual en cuanto hay que tener presente la estrategia
que queremos iniciar y el pragmatismo de su realización, ya no hay tiempo que
esperar, solo se trata de trazar soluciones a medio plazo.
Creo
profundamente en las ideas, en las nuevas perspectivas, en los enfoques
diferentes, en la innovación, pero también sé que una idea por sí misma no es
definitiva, pues las ideas no son invulnerables, sino que dependen de su
utilización, de su desarrollo y del balance social de fuerzas. Al fin y al cabo
las ideas no se construyen en el vacío, que requieren de organización,
estructuras, fuerzas que las impulsen y personas capacitadas que las lleven a
la práctica.
Ferrán
Aparicio
15 de Junio de 2020