Desde niño siempre tuve una atracción especial por el color azul, y en
especial por la magia del color índigo, un color entre azulón y malva, difícil
de definir pero muy fácil de identificar.
Con
el paso del tiempo y como siempre por
casualidad y con cierta causalidad, escuche en una tertulia sobre las
connotaciones y significados de este color y es que no me faltaba razón para
identificarme con este color.
El
término ‘niños indigo’ es el utilizado en el contexto de la llamada nueva era o
newage, música con la que también me identifico y un poco menos, con el
concepto de estos niños representarían un estado superior de la evolución
humana; aunque sólo sea por el principio de igualdad y al mismo tiempo diferencia,
pues está claro que todos no somos iguales ni tenemos las misma preferencias,
algo que nos hace únicos y exclusivos a cada persona.
El
índigo en relación a los colores que identifican los famosos siete chacras se
acerca al nivel séptimo nivel espiritual, ético y mental, sin atender a la
definición de habilidades para normales, sino a la atracción de la intuición,
una mayor capacidad de empatía y comúnmente con una creatividad incrementada.
En
el caso de las áureas hablaríamos de una Áurea azulada, que según la teoría
teofisica respondería a las personas que le corresponde liderar el cambio en la
era de acuario.
Es
también reconocido como algo genérico
que no concreto, que mayormente los niños índigos tienen una mayor intuición,
espontaneidad y rechazo a una moralidad estricta llena de imaginación.
El
problema racional surge cuando uno pasa de niño a adolescente y de adolescente
a adulto, como todo en la vida se va asimilando y estas características se
desarrollan de un modo más racional en
el sentido que uno es capaz de controlar su mente y sus actos pero no sus
habilidades, las cuales con el tiempo las ha desarrollado de una forma natural
y en la mayoría de las casos sin saber que existían o se sentían en la mayoría
de los casos y un día lo identificas como algo propio y reconoces su
explicación.
La
pura verdad es que en definitiva la teoría del índigo y de los niños índigos no
existe una evidencia científica de su existencia, es más un análisis
estadísticos de comportamiento en función a percepciones sintomáticas y
análisis de conductas y habilidades , pero lo que si se coincide es que hay
gente muy asociada al color índigo que posee un fuerte sentimiento par generar
una diferencia significativa en el mundo y se encontrarían naturalmente inclinados
a temas relacionados con la espiritualidad , el ocultismo y el esoterismo.
Al
final como siempre, índigo te quiero índigo, por que te gusta, sin más y al
menos intentamos romper un esquema social que ata a la humanidad a un
estereotipo, aunque simplemente sea por atracción al color índigo.
Ferrán Aparicio
5 de Agosto de 2016