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sábado, 1 de julio de 2017

IMAGING PEOPLE

Me resuena imaging people como esa  canción de John Lennon y Yoko Ono, y es que nos pasamos la vida imaginando, como algo que nos caracteriza como esa forma de focalizar al deseado o anhelado o simplemente creándonos expectativas  de sueños como motor de la dinámica de la pasión por la vida.

Hemos oído siempre que el elemento y la pasión son dos motores fundamentales en el desarrollo de una vida plena, pero también es bien cierto que vivimos en el imperio de lo mental, de las experiencias pensadas y no vividas, bien porque nunca nos atrevimos a vivirlas, bien por miedos o simplemente porque las circunstancias no fueron propicias para ejecutarlas y las derivamos en el tiempo.

Lo racional está tan sobrevalorado que creemos a menudo que pensar las cosas equivale a hacerlas y experimentarlas, pero con la perspectiva del tiempo nos damos cuenta , que nos estamos auto engañando y que esto no es realmente cierto, pues nada ni  nadie sustituye a la experiencia de lo vivido, y tanto positivamente como negativamente. 

También es cierto de la conveniencia de la observancia como fenómeno, cuando nos relacionamos de una forma sincera aprehendemos  de situaciones que nos cuentan los demás,  tanto como una alerta ante lo negativo, como un aprendizaje en lo positivo , pero no trasciende a una información racional que no puede ser sustituida por  la experiencia sino como un acto complementario a la formación de una opinión racional.

Aunque creemos conocernos o al menos insertarlo, la pura verdad es que no podemos imaginarnos como nos sentiremos ante una situación, es por ello que cuando vivimos aquellas situaciones que hemos imaginado no resultan tan espectaculares como nuestras  expectativas habían previsto, y es que por tendencia natural el ser humano tiende a sobreestimar aquellas situaciones que hemos soñado o deseado. En semsun contrario también muchas veces y en sesgo a lo positivo, lo que hemos deseado para una situación futura es mucho  mayor  a nuestra imaginación.

En esta controversia se  sitúa nuestra capacidad para decidir y en caso contrario dejar que nuestra intuición como acto procedente del inconsciente nos derive a tomar decisiones sin juicios racionales añadidos.

Esa decisión procedente de la intuición y de la sincronicidad es la que muchas veces la vida nos lleva a mejor puerto, o al menos a puertos que no habíamos  pensado alcanzar, lo cual no es cuestión baladí, pues dejando la racionalidad, la creatividad del momento es vivida con los cinco sentidos.

Les animo como siempre a utilizar el imaging people como herramienta parar vivir más experiencias, no el sentido de pensarlas sino también en vivirlas, pues es la única forma de ir encaminando en el encuentro del elemento o pasión, como motores de la vida.

Ferrán Aparicio
1 de julio de 2017

lunes, 5 de diciembre de 2016

METAS BASICAS

El otro día y teniendo la mente en blanco me surgió la idea  que: “la verdad y solo la pura verdad es que el minimalismo absoluto en que nos estamos encerrando algunos, sólo puede complementarse con metas básicas”, pues lo cierto es que el día tiene veinticuatro horas y lo importante es hacer una balance de nuestras metas, estableciendo un riguroso orden de prioridades.

De alguna forma hay un secreto que fomenta esta actitud y aptitud,  y es recurrir a la voz de tu conciencia y no dejarte llevar por tus instintos, como lo hacen los animales, debiendo razonar y escuchar esa voz interior intuitiva de la conciencia.

Cada uno tenemos una escala de principios y valores y el sentido de una situación es único, sin seguir patrones o leyes generales, por lo que el sentido racional no puede ayudarnos a esa búsqueda de la importancia de las metas básicas , sino todo lo contrario al sentido intuitivo de la consciencia como arma para desarrollar esas metas básicas.

La intuición es  simplemente es un proceso que los humanos desarrollamos a través de la consciencia que se manifiesta de alguna forma para decirnos o anticiparnos que algo está por hacerse realidad. 

Sin embargo nuestra vida es una realidad tal como la experimentamos y percibimos, dándole valor a aquello que percibimos en cada momento, es por ello el valorar las metas básicas como algo puntual y necesario para este momento como expresión de un presente puntual y etéreo.

Es por eso  que la intuición nos acerca a la realidad tal cómo la experimentamos y percibimos, pues  en cada acto de conciencia nos centramos al objeto, idea o situación que  vivimos en ese momento, no atendemos a todo, sino solo a lo que constituye un hecho de cierta importancia y además atiende a esas metas básicas que nos hemos  planteado en un momento inmediato anterior.

Las metas básicas  como actos de conciencia desempeñan  un papel decisivo en nuestras vidas, si la escuchamos o no, depende que nuestra vida sea significativa o carente de sentido.

En este mismo sentido  se supone que debemos de escuchar la voz de nuestra consciencia, pues constituye el sitio de escucha desde el cual captamos  nuestros ideales, principios y valores y en cualquier caso nuestras querencias esenciales , desde las sentimentales a las racionales, sin embargo y analizando el recorrido de nuestra vida también debemos de ser conscientes del riesgo que supone seguir los dictados de nuestra consciencia si reflexionamos de cuantos errores nos ha llevado por ser fiel a sus normas e imposiciones. 

Aquí surge el dilema  en el caso de que la voz de la consciencia se manifieste, nos planeamos si somos libres para desatender su llamada de atención o la ignoramos. La respuesta la tiene cada uno y sólo desde el libre albedrío estamos obligados a elegir.

Al final en la vida todo funciona con un mecanismo exacto en que las piezas se van moviendo a la velocidad y en la dirección que nosotros vamos determinando , es por ello que todo llega en su justo momento y que somos víctimas de nuestro propios actos , por lo que les animo al menos a tener una metas básicas claras , que siendo inocuas no pueden más que poner a punto toda su maquinaria para que a su velocidad llegue usted  a su destino.                            
                                                              Ferrán Aparicio

                                                        5 de diciembre de 2016

sábado, 10 de septiembre de 2016

IMAGING PEOPLE

Vivimos en una sociedad donde gracias a los medios técnicos y de comunicación hemos llegado a un extremo en que nos pasamos la vida imaginando, como dice la canción imaging people.

Lo que está ciertamente claro es que de alguna forma vivimos en el imperio de lo mental de las experiencias pensadas pero no vividas , quizás por ese exceso de información tanto racional como imaginativa, bien por falta de tiempo para experimentar y asimilar toda la información que pasa por nuestras vidas, y que de alguna forma no  experimentamos.

Por otra parte es bien cierto que tendemos a la teorización; es decir no llegamos a experimentar aquello que de alguna manera aprehendemos y a veces contamos como si lo hubiéramos experimentado.

Una realidad virtual es que hoy en día, por poner un ejemplo podemos conocer cualquier destino viajero, sin apenas movernos de una silla frente a un ordenado, incluso ver las cosas en tres dimensiones.

En este sentido se manifiesta nuestra inteligencia que al fin y al cabo como dicen y coinciden algunos autores no es más que la capacidad para realizar predicciones válidas para nuestra vida.

Sin embargo no es tan fácil el proceso de imaginar pues al fin y al cabo nuestra memoria y capacidad sensitiva está sesgada por nuestros propios sentimientos, nuestras experiencias pasadas virtualizadas con el paso del tiempo y con nuestras creencias actuales, que de alguna manera serán pasajeras en cuanto se supone que todos evolucionamos con el tiempo.

Al final de todo proceso y cuando entramos en el estado de la duda aparece de repente nuestra intuición que es como la base de datos que nos permite racionalizar cualquier acontecimiento y nos salva de las falsas creencias en que hemos ido evolucionando, pues  al fin  y al cabo aunque situaciones pasadas no predicen situaciones futuras si nos dan una idea de cómo hemos evolucionado en el tiempo.

No hay mayor principio real que el de acción y reacción  y como humanos que somos sólo se trata de ante cualquier error o equivocación reaccionar y ajustar el proceso a la nueva base de datos que rigen nuestra vida en el momento presente.

Animo como siempre a practicar el imaging people, es decir imaginarnos como queremos ser, sentirnos en ese momento inmediato al que estamos viviendo, pues al fin y al cabo es un proceso racional de forzar la intuición, base general de datos de toda nuestra experiencia acumulada , como siempre personal e intransferible.

Imaginando, nos sorprenderemos descubriendo sensaciones y emociones que nunca hubiéramos imaginado, sino lo hubiéramos intentado, pues descubrir nuestra pasión interior es descubrir nuestro propio elemento.
           
                                                             Ferrán Aparicio

                                                    10 de septiembre de 2016

viernes, 5 de agosto de 2016

INDIGO QUE TE QUIERO INDIGO

Desde niño siempre tuve una atracción especial por el color azul, y en especial por la magia del color índigo, un color entre azulón y malva, difícil de definir pero muy fácil de identificar.

Con el paso del tiempo y  como siempre por casualidad y con cierta causalidad, escuche en una tertulia sobre las connotaciones y significados de este color y es que no me faltaba razón para identificarme con este color.

El término ‘niños indigo’ es el utilizado en el contexto de la llamada nueva era o newage, música con la que también me identifico y un poco menos, con el concepto de estos niños representarían un estado superior de la evolución humana; aunque sólo sea por el principio de igualdad y al mismo tiempo diferencia, pues está claro que todos no somos iguales ni tenemos las misma preferencias, algo que nos hace únicos y exclusivos a cada persona.

El índigo en relación a los colores que identifican los famosos siete chacras se acerca al nivel séptimo nivel espiritual, ético y mental, sin atender a la definición de habilidades para normales, sino a la atracción de la intuición, una mayor capacidad de empatía y comúnmente con una creatividad incrementada.

En el caso de las áureas hablaríamos de una Áurea azulada, que según la teoría teofisica respondería a las personas que le corresponde liderar el cambio en la era de acuario.

Es también reconocido  como algo genérico que no concreto, que mayormente los niños índigos tienen una mayor intuición, espontaneidad y rechazo a una moralidad estricta llena de imaginación.

El problema racional surge cuando uno pasa de niño a adolescente y de adolescente a adulto, como todo en la vida se va asimilando y estas características se desarrollan de un modo  más racional en el sentido que uno es capaz de controlar su mente y sus actos pero no sus habilidades, las cuales con el tiempo las ha desarrollado de una forma natural y en la mayoría de las casos sin saber que existían o se sentían en la mayoría de los casos y un día lo identificas como algo propio y reconoces su explicación.

La pura verdad es que en definitiva la teoría del índigo y de los niños índigos no existe una evidencia científica de su existencia, es más un análisis estadísticos de comportamiento en función a percepciones sintomáticas y análisis de conductas y habilidades , pero lo que si se coincide es que hay gente muy asociada al color índigo que posee un fuerte sentimiento par generar una diferencia significativa en el mundo y se encontrarían naturalmente inclinados a temas relacionados con la espiritualidad , el ocultismo y el esoterismo.

Al final como siempre, índigo te quiero índigo, por que te gusta, sin más y al menos intentamos romper un esquema social que ata a la humanidad a un estereotipo, aunque simplemente sea por atracción al color índigo.
                                              
    Ferrán Aparicio

5 de Agosto de 2016

martes, 7 de junio de 2016

LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Tuve la suerte de educarme en un ambiente donde el sentido común era la ley del juego. Nunca recibí reproches ni riñas especiales, sino simplemente una invitación al ejercicio del sentido común,  cuyo consecuencia inmediata estimulaba la reacción de saber si yo había actuado bien o mal.

A la vuelta de la vida y con un grado de experiencia he llegado a tener ese sentido común  como un hábito innato, si bien ha aparecido coetaneamennte la voz de la conciencia como un aliado inmediato a ese habito.

Hablar de la voz de la conciencia es hablar de una propiedad del espiritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones y en si mismo experimenta.

Todos de una forma u otra, y en un momento u otro sin llamar la atención especialmente hemos oído esa voz interior del conocimiento del bien que debemos hacer y del mal que debemos evitar, quizás de una forma inocentemente intuitiva pero con un conocimiento exacto y reflexivo de las cosas que nos estaban sucediendo o al menos intuíamos que nos podían suceder.

También es cierto que todo el mundo ni siente ni padece del mismo modo, quizás y solo quizás porque el grado de conciencia no es igual para todo el mundo y tiene mucho que ver con el conocimiento objetivo, el orden estético y por supuesto con los valores éticos y morales.

Sin embargo la voz de la conciencia aparece siempre en su justo momento, ni antes ni después y trata de persuadir la capacidad de conocer sentir y valorar, interponiendo la receta de los tres ordenes en sus justas proporciones.

Esta fenómeno natural nos da un planteamiento mezcla entre la intuición  el subconsciente traído a la conciencia y la propia inteligencia de poder valorar nuestras motivaciones, deseos y planteamientos dentro de un mundo de libertad propia, llevando todo este proceso bajo la voz de la conciencia a una negociación interna dentro de nuestras propias limitaciones, pero con la libertad de actuación que nuestra vida casi siempre nos da.

No hay que olvidar que recurrir a reflexionar lo que la voz de la consciencia nos indica, no tiene nada que ver con reaccionar con nuestros instintos propios, pues la racionalidad nos diferencia de otros seres vivos , para llegar a ser conscientes de lo que esta bien o mal , o al menos eso a nosotros nos lo parece.

Cada momento nos somete a una decisión, cada decisión origina conflictos y cada conflicto genera tensión, pero es importante escuchar y reflexionar sobre lo que la voz nos intenta comunicar, pues aunque no lo parezca todo tiene su sentido.

                                                               Ferrán Aparicio
                                                            5 de junio de 2016


                                  

jueves, 10 de marzo de 2016

DEJANDOSE LLEVAR



Dejarse llevar suena demasiado bien. Jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar o empezar..., esta es parte de la letra de la canción “Copenhague”, que por casualidad ha llegado a mis manos hace unos minutos y la verdad es que me ha hecho pensar, en como últimamente estoy,..,dejándome llevar de una manera instintiva y con pocos perjuicios.

Dicen que los instintos son un conjunto de procesos mentales, no percibidos conscientemente por el individuo, pero que pueden aflorar en determinadas situaciones e influir en su manera de actuar o en su carácter, y la verdad es que no le falta razón.

Quizás y sólo quizás me he pasado la vida calculando racionalmente cada acto y etapa de mi vida, bien por manera de ser, bien por deformación profesional politécnica, pero no sé si desde el hastío o por agotamiento, he decidido que las cosas vayan pasando por mi vida desde el control de los instintos básicos que todas las personas tenemos como algo innato a nuestro ser.

 Los instintos no son un poder paranormal, todos tenemos ciertas inclinaciones innatas hacia determinadas conductas y lo que se presupone como evidente es que se activan ante estímulos específicos, sin que pensemos demasiado en cómo debemos reaccionar, y tienen un carácter fundamentalmente adaptativo.

En determinadas situaciones el instinto es como una respuesta automática y visceral que suele expresarse a través de la intuición, llevándonos a actuar casi inmediatamente, la intuición es más una señal de alarma que nos obliga a detenernos y pensar.

Todos tenemos el instinto de supervivencia, nacemos con él y este nos permite reaccionar rápidamente y ponernos a buen recaudo.

El secreto quizás y sólo quizás , está en escuchar un poco más las señales que envía nuestro cuerpo, el inconsciente capta más información de la que podemos procesar de manera consciente por lo que a veces, la percepción del peligro proviene de este y deberíamos prestarle atención, a cualquier nivel en nuestras vidas.

Todos los días tomamos decisiones, unas de una forma consciente y otras de una manera automática o inconsciente, algunas nos llevan apenas unos segundos, otras son más importantes y nos ponen delante de la duda, pero instintivamente cuando esto sucede simplemente se recomienda que tomes cierta distancia del problema, así podrás valorar las diferentes opciones desde una perspectiva más objetiva.

Confiar en nuestra intuición y dejarnos llevar por nuestros instintos no siempre es malo, puede conducirnos a tomar la decisión correcta, porque en definitiva no se trata de que te dejes guiar exclusivamente por tu instinto pero sí de que lo escuches, porque si te sientes incómodo con una decisión, es probable que no sea buena para ti.

Prestarle atención a tus instintos o a tu intuición es simplemente escuchar lo que tu cuerpo o la parte más emocional de tu cerebro tienen que decir, por lo que me abismo a decir que no podemos seguir calculando una estrategia, programando cada segundo, minuto u hora de nuestra vida, pues los mejores momentos nunca se olvidan y normalmente suceden sin haberlos llamado, al menos de una forma consciente.

Ferrán Aparicio
10 de marzo de 2016









domingo, 1 de noviembre de 2015

CONTINUOS ERRORES


No sé si es porque se acerca el fin de año , o porque me he dado un buen golpe este año, no hago más que revisar los conceptos básicos que motivan  mi vida y es que por mucho que  lo intento desde una actitud muy positiva , solo hago que detectar continuos errores.

Todos sabemos o al menos intuimos que crecemos cuando salimos de nuestra zona de confort y que la resiliencia nos hace fuertes y nos permite crecer y endurecer ante las adversidades de la vida.

Pero lo queramos o no, la capacidad para abandonar de manera consciente nuestra zona de confort y atrevernos a descubrir nuevos horizontes o perseguir nuestros sueños es lo que nos hace diferentes a los demás, es lo que nos permite tener nuevas experiencias que enriquezcan nuestra vida.

En general, la mayoría de las personas prefieren quedarse en su zona de confort, ese espacio en el que se sienten más o menos a gusto pero en definitiva seguros.

Pero el cargo de conciencia viene cuando reflexionamos y nos damos cuenta que manteniéndonos en ese círculo de confort, mantenemos nuestros hábitos y rutinas que nos permiten vivir con mayor tranquilidad pero sin ningún avance.

También es bien cierto que manteniéndose dentro de la zona de confort no es garantía de sentirse planamente feliz y lo que es evidente que no evolucionamos.

Los errores están para modificarlos si se puede, el problema surge cuando no somos conscientes que los cometemos o simplemente actuamos por pura inercia como hábito de vida.

Nadie nos obliga a reflexionar o a cotejar la naturaleza de nuestra vida  y su veracidad, pero en general sabemos que si no nos movemos no evolucionaremos probablemente por no enfrentarnos al miedo al fracaso.
 
Relegar en el tiempo es otro de los errores más comunes , dejamos las cosas para más adelante sin saber si realmente tendremos tiempo , fuerzas incluso ánimos para  salir  acrecer de nuestra zona de confort.

 Otras veces nos escudamos en pensar que no somos capaces o que no es para nosotros aquello que en ocasiones habías pensado que era para ti, bien por no enfrentarnos a ello bien por  no saber cómo  hacerlo.
 
Supeditar la felicidad a una condición significa pensar que este estado depende de las circunstancias, y no de nosotros mismos. Sin querer o queriendo nos convertimos automáticamente en marionetas del destino, esperando a que lleguen las circunstancias perfectas.

Si bien en mi más hondo pensar pienso que intuitivamente las cosas llegan en su justo momento, también es cierto que  revisando los continuos errores nos ayuda a mantener focalizada la atención y desempeña un rol esencial en la autorregulación del comportamiento ya que representa una especie de retroalimentación continua que utilizamos para controlar lo que estamos haciendo o sintiendo.

 

                                                           Ferrán Aparicio

                                                1 de noviembre de 2015

 

jueves, 30 de julio de 2015

EL TERCER OJO


En ocasiones hay que desconectar para conectar con uno mismo y así es como  de una forma ingenua ayer me acordé, que todos tenemos un  tercer ojo, el cual utilizamos poco dentro de nuestra zona de confort.

Mucho se ha escrito y representado en relación al concepto del tercer ojo, sin embargo lo que todo el mundo coincide o está bastante de acuerdo, es que responde   a un estado iluminado de conciencia a través del cual se puede percibir el mundo de una forma sobrenatural incluso anticipada, como presentimiento intuitivo de los aconteceres diarios.

Siempre se ha mimetizado el tercer ojo como un  ente visualizador de una percepción, más allá de lo que podemos ver con nuestra vista ordinaria, sin embargo  es un ojo que nos aporta un estado sensacional que no físico, que tiene que ver con un estado de conciencia pleno en cuanto nuestra facultades sensoriales se refiere.

Lo que está claro es que el tercer ojo como cualquier ente abstracto hay que cultivarlo y  nos permite tener un mayor control mental, en cuanto observaciones que nuestra mente nos revela, tanto a nivel emocional como a nivel intuitivo, sobre el mundo que nos rodea.

La receta es tan fácil  que resulta a veces increíble y se centra en un estado de observación máxima desde el inconsciente para interpretarlo en la vida real, siendo su  lenguaje  variopinto, desde los sueños a imágenes, desde visiones a presentimientos,  que aparecen en nuestra mente y  pueden darle sentido a la percepción de un mensaje que está intentando revelarse en el mundo real donde moramos y vivimos.

El arte de la observación desde el pensamiento en blanco como el arte de la interpretación de los sueños fomentan el desarrollo del tercer ojo, y son la clave de la llamada clarividencia, sin descartar la idea de  que no todas las percepciones llegan a buen puerto y llegan materializarse, lo cual también es un arte diferenciador.

No hay que ser vidente o tener facultades  extrasensoriales para desarrollar el arte de la observación y entender los mensajes que nos llegan a través de ese tercer ojo. El entendimiento del lenguaje corporal, la expresión facial o simplemente el separarnos como espectadores del momento que vivimos son un medio para poder clarificar el significado de los acontecimientos.

Les animo a prestar atención a sus sueños a recordarlos, a apuntarlos y a tenerlos presentes, pues de entrada es el método más rápido para adentrase en el intuitivo mundo del tercer ojo, el cual cuando se abre no se vuelve a cerrar, pues implica escuchar tus instintos de una forma muy especial a modo de presentimientos que ayudan para bien y para mal  a estar alerta en la vida cotidiana.

Les animo a desbloquearse y desinhibirse de sus pensamientos, actividades rutinarias y preocupaciones absurdas , pues en definitiva es algo gratuito que tenemos todos los seres humanos y sólo se trata de prepararse para tomar conciencia de la existencia del tercer ojo , pues como en el caso de la brujas haberlas , hailas.

                                                                Ferrán Aparicio
                                                            30 de Julio de 2015