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lunes, 25 de enero de 2021

INSTINTO BASICO

Dicen que los instintos son un conjunto de procesos mentales, no percibidos conscientemente por el individuo, pero que pueden aflorar en determinadas situaciones e influir en su manera de actuar o en su carácter, y la verdad es que no le falta razón.

Quizás y sólo quizás me he pasado la vida calculando racionalmente cada acto y etapa de mi vida, bien por manera de ser, bien por deformación profesional politécnica, pero no sé si desde el hastío o por agotamiento, he decidido que las cosas vayan pasando por mi vida desde el control de los instintos básicos que todas las personas tenemos como algo innato a nuestro ser.

 Los instintos no son un poder paranormal, todos tenemos ciertas inclinaciones innatas hacia determinadas conductas y lo que se presupone como evidente es que se activan ante estímulos específicos, sin que pensemos demasiado en cómo debemos reaccionar, y tienen un carácter fundamentalmente adaptativo.

En determinadas situaciones el instinto es como una respuesta automática y visceral que suele expresarse a través de la intuición, llevándonos a actuar casi inmediatamente, la intuición es más una señal de alarma que nos obliga a detenernos y pensar.

Todos tenemos el instinto de supervivencia, nacemos con él y este nos permite reaccionar rápidamente y ponernos a buen recaudo.

El secreto quizás y sólo quizás , está en escuchar un poco más las señales que envía nuestro cuerpo, el inconsciente capta más información de la que podemos procesar de manera consciente por lo que a veces, la percepción del peligro proviene de este y deberíamos prestarle atención, a cualquier nivel en nuestras vidas.

Todos los días tomamos decisiones, unas de una forma consciente y otras de una manera automática o inconsciente, algunas nos llevan apenas unos segundos, otras son más importantes y nos ponen delante de la duda, pero instintivamente cuando esto sucede simplemente se recomienda que tomes cierta distancia del problema, así podrás valorar las diferentes opciones desde una perspectiva más objetiva.

Confiar en nuestra intuición y dejarnos llevar por nuestros instintos no siempre es malo, puede conducirnos a tomar la decisión correcta, porque en definitiva no se trata de que te dejes guiar exclusivamente por tu instinto pero sí de que lo escuches, porque si te sientes incómodo con una decisión, es probable que no sea buena para ti.

Prestarle atención a tus instintos o a tu intuición es simplemente escuchar lo que tu cuerpo o la parte más emocional de tu cerebro tienen que decir, por lo que me abismo a decir que no podemos seguir calculando una estrategia, programando cada segundo, minuto u hora de nuestra vida, pues los mejores momentos nunca se olvidan y normalmente suceden sin haberlos llamado, al menos de una forma consciente.

Ferrán Aparicio
25 de  Enero de 2021








 

jueves, 30 de julio de 2015

EL TERCER OJO


En ocasiones hay que desconectar para conectar con uno mismo y así es como  de una forma ingenua ayer me acordé, que todos tenemos un  tercer ojo, el cual utilizamos poco dentro de nuestra zona de confort.

Mucho se ha escrito y representado en relación al concepto del tercer ojo, sin embargo lo que todo el mundo coincide o está bastante de acuerdo, es que responde   a un estado iluminado de conciencia a través del cual se puede percibir el mundo de una forma sobrenatural incluso anticipada, como presentimiento intuitivo de los aconteceres diarios.

Siempre se ha mimetizado el tercer ojo como un  ente visualizador de una percepción, más allá de lo que podemos ver con nuestra vista ordinaria, sin embargo  es un ojo que nos aporta un estado sensacional que no físico, que tiene que ver con un estado de conciencia pleno en cuanto nuestra facultades sensoriales se refiere.

Lo que está claro es que el tercer ojo como cualquier ente abstracto hay que cultivarlo y  nos permite tener un mayor control mental, en cuanto observaciones que nuestra mente nos revela, tanto a nivel emocional como a nivel intuitivo, sobre el mundo que nos rodea.

La receta es tan fácil  que resulta a veces increíble y se centra en un estado de observación máxima desde el inconsciente para interpretarlo en la vida real, siendo su  lenguaje  variopinto, desde los sueños a imágenes, desde visiones a presentimientos,  que aparecen en nuestra mente y  pueden darle sentido a la percepción de un mensaje que está intentando revelarse en el mundo real donde moramos y vivimos.

El arte de la observación desde el pensamiento en blanco como el arte de la interpretación de los sueños fomentan el desarrollo del tercer ojo, y son la clave de la llamada clarividencia, sin descartar la idea de  que no todas las percepciones llegan a buen puerto y llegan materializarse, lo cual también es un arte diferenciador.

No hay que ser vidente o tener facultades  extrasensoriales para desarrollar el arte de la observación y entender los mensajes que nos llegan a través de ese tercer ojo. El entendimiento del lenguaje corporal, la expresión facial o simplemente el separarnos como espectadores del momento que vivimos son un medio para poder clarificar el significado de los acontecimientos.

Les animo a prestar atención a sus sueños a recordarlos, a apuntarlos y a tenerlos presentes, pues de entrada es el método más rápido para adentrase en el intuitivo mundo del tercer ojo, el cual cuando se abre no se vuelve a cerrar, pues implica escuchar tus instintos de una forma muy especial a modo de presentimientos que ayudan para bien y para mal  a estar alerta en la vida cotidiana.

Les animo a desbloquearse y desinhibirse de sus pensamientos, actividades rutinarias y preocupaciones absurdas , pues en definitiva es algo gratuito que tenemos todos los seres humanos y sólo se trata de prepararse para tomar conciencia de la existencia del tercer ojo , pues como en el caso de la brujas haberlas , hailas.

                                                                Ferrán Aparicio
                                                            30 de Julio de 2015