Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta LA PESETA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta LA PESETA. Mostrar todas las entradas

sábado, 30 de septiembre de 2017

UNA, GRANDE Y LIBRE

Hablar de una grande y libre sin más, nos hace pensar a todas las generaciones independientemente de su edad en la peseta.
Pesetas ha habido muchas, aunque actualmente haya generaciones, que no las reconozcan, ni mucho menos a los céntimos, pues realmente no los han usado.

Sin embargo, los que ya tenemos una cierta edad, por suerte y primacía, nunca nos olvidaremos de las más antiguas pesetas y de sus connotaciones, ya no sólo políticas sino culturalmente coetáneas.

Además de las pesetas estaban las famosas monedas de: cincuenta céntimos, la peseta, la de dos peseta y media, la de cinco, los cinco duros, y la de cincuenta pesetas, posteriormente salió la cien de plata que todo el mundo ansiaba tener como un valor insospechable de poder y afirmación.

Hemos asistido a demasiadas actuaciones nacionales, regionales, autonómicas y locales donde la corrupción, los recortes, las denuncias y los impuestos, nos han manifestado cuantas cosas pasan a nuestro alrededor. Hasta aquí nada de nuevo, las personas que no lean periódicos, siempre tienen radio y si no cualquier televisión, cualquier medio lo publica y nos vamos acostumbrando cada día a un nuevo titular, comunicando o reportando lo que se delata en esa posición contradictoria a esa peseta, por la que hemos luchados todos y que la como conocemos como: única, grande y libre.

No me explico  como persona, como español que soy , como seguimos resignados, mudos y cómplices y vemos como el dinero de los contribuyentes, se distribuye sin entender que el mandato se designa a servir a los ciudadanos durante el mandato que les dan a estos señoritos, como si no pudiéramos hacer nada ante la situación en que estamos viviendo ante  esta recesión de valores, principios constitucionales, sin pignorar como el dinero de los contribuyentes se esfuma para pagar, abonar, disfrutar y tantos y tantos verbos que cabrían dentro de esta frase para conseguir, favores, adjudicaciones fraudulentas y para situarse en política como busca de un sillón y `perpetuarse en el poder como servidores públicos, a costa del pueblo que es único elemento de la constitución que determina como poder popular.

No me confundan como ideología política, pues está de moda últimamente, pues seguramente se equivocarían, simplemente utilizo la frase conceptual al margen de su contexto creador, para expresar que el trabajo que realizan las personas con vocación de servir a los demás desde una institución pública o privada, incluso mixta, busca el bien común de los ciudadanos, la dignidad personal y colectiva y en definitiva y en su punto más álgido, un estado de libertad y grandeza colectiva.

Es por todo este discurso, el invitar a la reflexión en que el silencio de los ciudadanos solo refleja una sociedad individualista, que obvia el subconsciente colectivo, es decir, algo que todo el mundo sabe, pero ignora por su interés personal, por desconocimiento o simplemente por no sufrir más de lo que corresponde.

No sigamos fingiendo que todo está bien y que nada va mal, pues los emancipados por la transición y desheredados por el bienestar, también merecemos un respeto y una dignidad después de luchar apolíticamente por: una, grande y libre, sin resto, libertad y justicia.
                                                              Ferran Aparicio

                                                     30 de septiembre de 2017