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domingo, 15 de junio de 2025

SURSUM CORDA


Con el tiempo, se producen cambios lingüísticos que enriquecen todos los idiomas, pues no hay nada más cierto  y es que la lengua está viva  y va evolucionando con los humanos.

 Con el paso del tiempo y las modas se producen cambios lingüísticos y nacen nuevas palabras o simplemente se adoptan directamente extranjerismos que van desde una señal de stop a un delicioso sándwich.

Por otro lado, en la lengua española hay muchas expresiones latinas que forman parte del vocabulario cotidiano y cuyo significado es parecido al original

En este aspecto, el caso de la expresión latina sursum corda resulta muy interesante porque el ingenio popular creó a partir de ella un nuevo sustantivo: sursuncorda.

La expresión procedente del latín sursum corda está formada por el adverbio sursum, que significa arriba y el sustantivo corda, que significa corazón, por lo que el significado literal de la expresión es: arriba el corazón.

Sursum corda e utilizaba esta expresión en la liturgia de la misa católica en latín, concretamente al inicio del prefacio en la plegaria eucarística, remontándose su uso al siglo III después de Cristo, pero al  adaptar las misas en español, la frase se tradujo como “levantemos el corazón”.

Derivada de la expresión Sursum corda, se creó la palabra sursuncorda, que alude a un personaje anónimo de mucha importancia,​ en quien se delega todo lo que uno no quiere hacer o a quien no se está dispuesto a obedecer por mucha que sea su autoridad .

Se usa esta expresión especialmente con verbos del tipo librar, ordenar, mandar, etc., y con ella se da a entender que una situación no va a cambiar aunque se intente y que su desenlace es absolutamente invariable y ni siquiera Dios podría cambiarlos.

Cuando el sacerdote anunciaba el sursum corda durante la plegaria eucarística, los fieles debían responder poniéndose de pie.

Sin embargo, algunas de las personas que asistían a la iglesia lo hacían por obligación, sin ser unos verdaderos creyentes, y decidían no levantarse de sus asientos al escuchar esas palabras.

En definitiva, el sustantivo designa una especie de poder supremo contra el que la persona se rebela para no hacer algo, que es lo mismo que hacían los fieles que preferían quedarse sentados al oír que el sacerdote pronunciaba el sursum corda.

La evolución de esta expresión latina pone de manifiesto que la lengua está viva y que son los hablantes quienes, con el paso de los años, pueden llegar a acuñar nuevos términos.

 

                                                               Ferran Aparicio

                                                          15 de Junio de 2025