AVE PHOENIX
Hablar
del ave Phoenix es hablar de esa ave que renace de sus cenizas pero también es hablar
de Icaro.
Como
Icaro, el ave Phoenix siempre está volando hacia un sueño después de renacer.
Posiblemente
con alas de cera será imposible soportar que crecemos para saber que no siempre
hace buen tiempo, que hasta las sombras necesitan de la luz para ser vistas y
sobretodo tener claro que nada es para siempre.
En
realidad en este teatro de la vida gozamos más , si cabe, de ese efímero rayo
de sol tras la tormenta, de esa flor en el desierto o de esa sonrisa que
acaba dibujándose después de cada tristeza..
No
es cuestión de hacer una carta a los reyes magos, ni de pedirle a san Judas Tadeo,
algún imposible, pues la vida es más que una carta o una petición. Está claro
que la perseverancia me hará sin buscar encontrar lo que añoro.
En
cualquier caso sin correr, se que llegaré el primero, pues no persigo ninguna
meta por si esta realmente no existe, pero por si acaso disfruto del camino que
tal vez me conduzca a ella.
No
hace falta saber donde se está exactamente para saber que te sientes y estas
bien, sin más. Ni montar a caballo para disfrutar el viento en la cara, ni
controlar para disfrutar, ni comprender para saberlo todo.
También
tanteo con mis miedos y mis anhelos y busco como gran combustible el amor que
no llega, pero en el fondo cada día más anhelo-
Lo disfruto en cierta forma y lo quiero porque hace que germine dentro
de mi toda la fuerza de la vida , más
dando que recibiendo.
Ahora
y aunque no le guste a mucha gente, me toca ser desde la humildad y sencillez
ser comunicador, hacedor y deshacedor de misterios, porque en cualquier caso sigo
aprehendiendo.
Ferran Aparicio
20
de agosto de 2015