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jueves, 10 de mayo de 2018

COMO CHOCOLATE AL LORO


No sé  si a ustedes les pasa , pero a mi hay veces que cosas y sucesos me sorprenden a mí mismo y me alucinan , como es el caso de que me vienen expresiones  de repente a la cabeza que nada tienen que ver con la realidad que estoy viviendo en ese momento. Hablan los científicos del fenómeno de la sincronicidad como causa justificante de este fenómeno natural, y quizás y sólo quizás, en este caso les pueda dar la razón.

Hoy me levanté con la expresión resonante “como chocolate al loro”, la pura verdad  es que intuitivamente la reconocía, pero tras  repetirse en varias ocasiones, me he puesto a investigar. Como el chocolate del loro,  se usa para designar aquella situación en la que se  trata de equilibrar la economía doméstica prescindiendo únicamente de pequeños gastos, sin entrar en los grandes.

Extendiendo este significado, tenemos que la expresión viene a decir que para arreglar un gran problema, a menudo económico, se atacan los aspectos nimios, con poca relevancia, y se dejan los importantes.

Esta expresión se utiliza cuando nos encontramos en una época en la que debemos ahorrar y ser más cuidadosos con los gastos por cualquier motivo; haciendo referencia al recorte en desembolsos nimios, que de ningún modo van a solucionar nuestra maltrecha situación económica.

Si lo analizamos fríamente, y quizás por eso me vino a la cabeza, evidentemente este “recorte” no va a suponer un cambio importante, pero también es cierto que gastamos de una manera mecánica en cosas superfluas que realmente no nos aportan nada, bien por rutina, bien por costumbre.

La tradición asocia el chocolate como un artículo de lujo, desde que llegó del continente americano y como símbolo y en la economía de medios a realizar, en el que el ahorro se concentraba en quitarle el chocolate al loro como medio de minorar el gasto de  inmediato, en vez de sacar punta al estilo de vida  propio que se estaba llevando.

La expresión en realidad tiene varias versiones o formas de decirla, pudiéndonos encontrar con ‘Ahorrar en el chocolate del loro’ o ‘Suprimir el chocolate del loro’, entre otras variantes siendo el mensaje  el mismo en cualquier caso.

Al final la moraleja se centra en revisar cada uno si el estilo de vida que llevamos es el que nos corresponde en relación a nuestra economía momentánea,  pues el ahorro que se hace en esas cosas de mínima importancia, en realidad no sanearan en absoluto las maltrechas cuentas. Lo que no queda tan claro es a quién se le atribuye el protagonismo de la historia que origina tal expresión, ya que según van pasando los años vamos encontrándonos que se le van dando diferentes protagonistas.

En cualquier caso la conclusión es clara y hace referencia al ahorro insignificante que obtiene quien pretende cortar gastos ridículos sin suprimir los gastos importantes, por lo que animo a quienes luchan por salir adelante.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                     10 de Mayo  de 2018

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