El amor propio es un aspecto fundamental de la personalidad del ser humano en tanto que condiciona el funcionamiento personal a muchos niveles. Favorecer su construcción y consolidación supone una labor importante a tener en cuenta a nivel personal e incluso a nivel social para contribuir a la construcción de personalidades seguras y confiadas con altos niveles de altruismo y empatía que motivarán interacciones sociales saludables y mucho más solidarias.
El amor propio es como un músculo que debes ejercitar cada día, para que no se «atrofie» con las adversidades de la vida y el afecto propio está muy influenciado por las personas que te rodean y por tus experiencias previas.
Para entender por qué es tan difícil quererse, la clave está en saber de dónde vienes y cuál es tu contexto actual. Tu pasado y las narrativas que tu familia, amigos, parejas y otras figuras inculcaron en ti, pueden condicionarte de muchas maneras.
Ejercicios para cultivar y ejercitar el amor propio es tan simple como mirarte al espejo y hablarte con respeto y cariño puede ser incómodo al principio, no hay duda, pero si te preguntas quién es esa persona, indaga en qué cosas buenas tiene y cuáles son sus sueños, metas y deseos. Insístele en que hay mucha fortaleza en su interior y que puede lograr aquello que desea y anhela si se lo propone.
El amor propio necesita proyección, que pienses a largo plazo y reflexiones sobre cómo quieres que sea tu vida. La idea es reorientar tu existencia hacia unos caminos que estén en sintonía con tus ilusiones, valores y necesidades.
La autoestima, como el amor propio, configuran ese eje que asienta las bases de la salud mental y el bienestar y esto es porque, a menudo, el tejido raído y roto del amor propio, es el resultado de un trauma no integrado pero también puede acompañar a una depresión o ser un síntoma más de un trastorno.
El amor propio correspondería al concepto de amor por uno mismo utilizado desde planteamientos más filosóficos. Desde la psicología, el amor propio se ha conceptualizado científicamente como autoestima y hace referencia a la valoración o estima que una persona tiene de sí mismo.
Si bien la base principal de la autoestima se crea durante la infancia y la adolescencia, las vivencias y el trabajo personal durante los años posteriores pueden reforzar o modificar nuestra visión de nosotros mismos.
El trabajo personal en la consecución positiva de cada uno de estos aspectos, como son la aceptación de uno mismo, el aspecto físico, el entorno socio-cultural, el trabajo, y el desarrollo de la empatía, ..,favorecerá la consolidación de una autoestima alta que beneficiará nuestra salud.
Ferran Aparicio
15 de Enero de 2025
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