Es muy habitual escuchar o usar el modismo ‘Apretarse los machos’ o en la forma ‘Atarse los machos’, cuando alguien se prepara para enfrentarse a una dificultad o riesgo que debe superar.
Al contrario de lo que
algunas fuentes apuntan o pueda pensar más de uno, los 'machos' a los que se refiere la expresión no tienen nada que
ver con el término utilizado para referirse al género masculino ni es una forma
metafórica de aludir a los atributos sexuales como son los testículos.
En realidad los machos son
los flecos también llamados borlas, que cuelgan en el traje de luces que viste
un torero. Hay diversos repartidos por todo el traje: en el chaleco, la
chaquetilla y la taleguilla , que no es ni mas ni menos que es el calzón. Y es precisamente de las que
cuelgan en esta última (a la altura de las pantorrillas) a la que hace
referencia la expresión, ya que son las últimas en apretarse justo en el
momento de terminar de vestirse de luces y salir al ruedo. De ahí que surgiese
esta locución como sinónimo de ‘prepararse cuidadosamente para una empresa
difícil’.
Agarrarse los machos, sujetarse los machos, atarse los machos o apretarse los machos, son expresiones
que utilizamos coloquialmente en España para animar a alguien a enfrentarse a
una situación difícil para que la afronte con valentía y coraje.
Este modismo inspira
fortaleza y determinación a quien lo escucha, pero también puede causar el
efecto contrario, puesto que si una persona te advierte que te agarres
los machos es porque vas a pasar por una situación complicada, y puede
que no estés en el estado de poder afrontarlo con fuerza y seguridad.
El origen de esta frase se
encuentra en el mundo taurino. Los «machos» son los cordones que cuelgan de la
parte inferior de la taleguilla, que es el pantalón ajustado que usan los
toreros. Antes de salir a la plaza, lo último que hace el torero es atarse los
machos, ajustando bien el pantalón a la pantorrilla, lo que simboliza estar
preparado y decidido para enfrentar el peligro en la arena. De ahí que la frase
haya evolucionado para referirse a la preparación y determinación necesarias
para afrontar cualquier desafío difícil.
El dicho alude a prepararse
a conciencia para encajar o llevar a cabo una tarea complicada. También, el
mentalizarse para hacer algo que se supone problemático. También ¡atarse los
machos! sirve como frase, para armarte de valor ó de coraje para frenar algo
difícil que se pronostica engorroso y complejo.
En conclusión es una expresión de la tauromaquia. Los
machos son los cordones rematados en unas borlas que sujetan el calzón de los
toreros a las corvas, por debajo de la taleguilla. Como curiosidad, el color de
los machos depende de si se ha tomado la alternativa en dorado o no ha tomado
la alternativa plateado
Ferrán Aparicio.
15
de Febrero de 2025
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