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lunes, 15 de abril de 2019

FIASCO


Hay palabras que las oyes y te sorprenden y es que por su falta de uso en el lenguaje cotidiano te sorprenden y tienes que pensar fríamente el verdadero significado que tienen en el contexto en las que las oímos.

Cuando empiezas a investigar por aquello de la curiosidad y te documentas llegar a descubrir que el concepto de fiasco,  procede de la lengua italiana, alude a una frustración o un infortunio y al mismo tiempo éste término suele asociarse una desilusión o un fracaso.

En los  diccionarios de lengua suelen ponerse sinónimos  y en este caso se asocia al concepto de chasco. El chasco lo entendemos y asociamos al concepto de la desilusión, decepción, desengaño o sorpresa que produce un suceso o una contestación inesperada o adversa y  también supone desilusión que causa un suceso contrario a lo que uno esperaba.

Si buscamos sinónimos obtendríamos la palabra interjección que según su circunstancia o contexto en la que la manejemos expresa una impresión súbita o un sentimiento profundo, como asombro, sorpresa, dolor, molestia, etc. Sirve también para apelar al interlocutor, o como fórmula de saludo, despedida, conformidad, etc.

En cualquier caso ambas palabras son una expresión de disgusto y dependiendo del énfasis con que se diga puede tener distintas traducciones. 

Esto ocurre también con expresiones que hemos oído decir como "maldita miseria", que sería cuando alguien no puede hacer algo por falta de recursos, capacidad o que a la persona que se le encarga algo no lo haya hecho por alguno de los motivos anteriores.

Sin embargo cuando oímos fiasco nos resuena como algo que enmascara falsedad, siendo la falsedad en su significado absoluto el hecho de  negar lo que es cierto con el objeto en el que niega de favorecerse a sí propio aunque sea en daño ajeno.

Como consecuencia del fiasco, normalmente asociamos una decepción, entendiendo la decepción como el  pesar causado por un engaño​ un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo o una persona.

La decepción se forma de unir dos emociones primarias, la sorpresa y la pena y en el caso de que la decepción, perdure, es un desencadenante para la frustración y más adelante, la depresión.

El lenguaje es un conjuro donde todo se puede ir relacionando, unas palabras te llevan a las otras, bien por encadenación, bien por asociación  pues la simple decepción se enfoca más en la insatisfacción proveniente del aspecto externo, que puede asociarse a la reacción del fiasco que hemos descubierto y en ocasiones no es suficiente imitar o copiar cómo lo hacen otros, sino modelar de otros aquello que nos acerca al resultado o deseo y eliminar lo que por otro lado nos separa de ellos, sin ser sorprendidos por el fiasco que nos produce.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                      15 de Abril de 2019