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jueves, 5 de mayo de 2022

PERDIDAS INOLVIDABLES

 

Aunque la vida siempre hemos aprehendido por concepto, que es simplemente un ciclo que empieza con el nacimiento, la vida y su culminación con la muerte, nunca estamos preparados para enfrentar la muerte de nuestros padres, aunque el deterioro y las patologías nos vayan insinuando que el final se acerca.

La muerte como tal hay que tratarla con naturalidad pues es parte de la vida, sin embargo el corte del cordón umbilical definitivo es una gran adversidad que difícilmente se llega a superar totalmente, quedando la resignación  de asumirla y convivir con ella.

Después de la muerte de los padres, la vida cambia mucho, quizás pues si lo piensas fríamente te quedas huérfano siendo  una experiencia sobrecogedora, pues en el fondo de todas las personas siempre sigue viviendo ese niño que siempre puede acudir a la madre o al padre para sentirse protegido, pero cuando se van, esa opción desaparece para siempre.

Vas a dejar de verlos, no una semana, ni un mes, sino el resto de la vida, si lo piensas fríamente tus padres fueron las personas que te trajeron al mundo y con quienes compartiste lo más íntimo y frágil, quienes te neseñaron a hablar, andar , comer y tantas cosas que no existe suficiente agradecimiento para reconocerlo.

El problema del concepto muerte al menos en teoría, es entenderla y la muerte, en sentido estricto, es del todo incomprensible, pues es uno de los grandes misterios de la existencia, erl porque y para que si sabemos cuál es el final de la historia, es por ello que parte de ese entendimiento y aceptación, es la forma con que acontece la muerte de un padre o una madre, pues en el caso de que la  muerte ha sido precedida por una larga enfermedad, la situación es muy distinta a cuando se produce de manera súbita.

Cada uno cuando somos huérfanos, hemos tenido unas circunstancias, y el tiempo de las perdidas influye en la incidencia del dolor , si media poco tiempo, el duelo será más complejo, pero sí en cambio, el lapso es más extenso, seguramente estaremos un poco mejor preparados para aceptarlo.

En mi caso y por No generalizar la muerte de mi madre ha supuesto  no solo que se haya ido un cuerpo al que mimábamos, sino todo un universo, un mundo hecho de palabras, de caricias, de gestos, un padre y una madre en conjunción,  que ahora comienza a extrañarse de un modo inverosímil.

Es bien cierto que cronológicamente la muerte no avisa, no se le espera nunca pero aparece de repente pues la esperanza es lo último que se pierde, puede presumirse, pero nunca anuncia exactamente cuándo va a llegar y cuando la vives en vivo yen directo te das cuenta que todo el concepto  se sintetiza en un instante y ese instante es categórico y determinante, incluso  irreversible, simplemente se trata de dejar de respirar para dejar toda una vida sintetizada en recuerdos, para concluir , aceptar y resignarse conb que  el ciclo se cumplió y es momento de decir adiós.

 

                                                           Ferrán Aparicio

                                                      5 de mayo de 2022

jueves, 5 de noviembre de 2020

LLEGADO EL MOMENTO

Siempre hemos oído esta sentencia : polvo eres y en polvo te convertirás, el miércoles santo o miércoles de ceniza , donde la iglesia celebra el rito de la imposición de la ceniza para recordarnos que la muerte, como las brujas, realmente existe para todo el mundo por igual. 

La muerte es un fin biológico o es la finalidad de la vida humana, te planteas cuando alguien cercano te abandona, pero la definición real es la separación del alma y del cuerpo. 

Si lo analizamos la experiencia de la vida coincide con la experiencia de la muerte, pues prepararse para la muerte significa prepararse para la vida verdadera, auténtica y plena. 

Cuando hablamos de Vivir hablamos de existir , sin embargo, no todas las personas viven, si una persona estas vacía, o no tiene sueños o metas altas, si solo se alimenta, y trabaja para mejorar su calidad de habitar, si respira, pero no goza, esa persona no esta viva, solo existe. 

El ser humano en general, le tiene temor a la muerte y esto se debe a la ignorancia y en el fondo se debe a que siempre se teme a lo que desconocemos., pero lo que es bien cierto es que el ser humano muere el día y a la hora que señala la Ley del Destino. 

Elaborar un proyecto de vida es importante porque te permite plasmar tus ideas, tus metas, tus objetivos, tus sueños, tus deseos, etc. Es una forma de aterrizarlos, ponerlos en perspectiva para que puedas visualizar las distintas rutas que hay para lograrlos y esto te permita escoger cuál es la mejor opción que tienes considerando de dónde estás partiendo y las herramientas con que cuentas. 

La esperanza de vida en el entorno social determina la presencia en la vida de los individuos de la muerte, y su relación con ella. Sin embargo la consciencia de tener que morir, y no en un sentido abstracto e irreal como la que todos tenemos, sino de forma inmediata y sin dilación, tiene una gran importancia, sobre todo para la propia persona. 

Cuando se acerca el momento de morir de forma tan directa y clara nos da a entender que vivimos en el instante del aquí y ahora, del presente, ya no hay pasado ni futuro y nos centramos en el conocimiento de que la muerte que está a las puertas. 

Cuando la conciencia de la muerte hace acto de presencia, la reacción habitual es enmascararla e intentar evadir con ilusiones irreales , pues la muerte nos hace pensar en la vida. 

El tema de la existencia y del sentido de ésta, así como la concepción de la muerte, se centra en que uno vive una vida al tiempo que se construye a sí mismo y no deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto. 

Una persona que le da un sentido a su vida, que trasciende lo puramente terrenal, es significativamente más feliz que una persona que piense que aquí abajo termina todo, con que le recomiendo se centre en el aquí y ahora y no tenga miedo a la muerte, pues llegar siempre llega. 

Ferrán Aparicio 
5 de Noviembre de 2020 



domingo, 5 de abril de 2020

SENTIDO PESAME


Llevamos prácticamente un mes con la propagación del este virus que ni quiero ni me apetece nombrar, pues pasará a la historia como la tragedia del siglo XXI. Sin embargo lo más trágico son las muertes que ha ocasionado, la vulnerabilidad y la suerte de cada uno son factores de casualidad, todos hemos estado expuestos, especialmente los que trabajamos con el público.

El confinamiento una palabra que no conocíamos hasta  que con la llegada de este maldito fenómeno nos ha dejado en casa, viéndolas venir, pero sin ninguna garantía de irnos a criar malvas.

Sin embargo todos hemos a llegar a pensar en la muerte, especialmente pues alguien de nuestro entorno o cercano le ha tocado la lotería del virus y sin embargo no hemos ni podido darle el pésame a la familia, pues un pésame en tiempos de coronavirus es contenido.

Mi más sentido pésame ya sólo lo podemos transmitir vía telefónica, telemática Es forzosamente lejano y más complicado de compartir: no hay abrazos ni besos, no hay contacto con las manos.

Un pésame en tiempos de coronavirus habla sólo con la mirada y con la fuerza de la palabra pronunciada.

Lo más triste  y ojala no lo tenga que vivir en vivo y en directo es la sensación  de que tras toda una vida con un ser querido, no puedas ni velarlo , ni despedirlo como te hubiese gustado, darle ese último beso y  en muchos casos ni poder darle sepultura como te hubiese gustado , ni homenajearlo  como crees que se merecía en su último adiós.

Para los que somos creyentes , no están permitidas ni las misas , si bien es cierto que cuando pase todo esto podremos hacerlo libremente , aunque el duelo ya se haya suavizado , aunque el recuerdo nunca se olvide pues un pésame en tiempos de coronavirus, en pleno estado de alarma, se da en condiciones dolorosamente atípicas.

Por simple protocolo a  la hora de velar a una persona que ha fallecido, la entrada está restringida a familiares y guardando las distancias y se intenta que, tal como llegue el cuerpo, se entierre o se incinere lo antes posible, no solo para evitar la mayoría de contactos, sino también porque los trabajos funerarios están empezando a revelarse desbordados.

No hay velatorio, sólo despedida, y el féretro, abierto o cerrado, se expone a los asistentes un máximo de media hora, es bien cierto que un pésame en tiempos de corona virus es también apresurado, fugaz, si es que somos capaces de justificar la con financia.

La muerte no da tregua, pero los contagios tampoco, y  guantes y mascarillas se han convertido en herramienta de vida incluso  para dar las condolencias, si es que nos atrevemos a su asistencia.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                       5 de abril de 2020