Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta SOLEDAD MORTAL. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta SOLEDAD MORTAL. Mostrar todas las entradas

domingo, 5 de abril de 2020

SENTIDO PESAME


Llevamos prácticamente un mes con la propagación del este virus que ni quiero ni me apetece nombrar, pues pasará a la historia como la tragedia del siglo XXI. Sin embargo lo más trágico son las muertes que ha ocasionado, la vulnerabilidad y la suerte de cada uno son factores de casualidad, todos hemos estado expuestos, especialmente los que trabajamos con el público.

El confinamiento una palabra que no conocíamos hasta  que con la llegada de este maldito fenómeno nos ha dejado en casa, viéndolas venir, pero sin ninguna garantía de irnos a criar malvas.

Sin embargo todos hemos a llegar a pensar en la muerte, especialmente pues alguien de nuestro entorno o cercano le ha tocado la lotería del virus y sin embargo no hemos ni podido darle el pésame a la familia, pues un pésame en tiempos de coronavirus es contenido.

Mi más sentido pésame ya sólo lo podemos transmitir vía telefónica, telemática Es forzosamente lejano y más complicado de compartir: no hay abrazos ni besos, no hay contacto con las manos.

Un pésame en tiempos de coronavirus habla sólo con la mirada y con la fuerza de la palabra pronunciada.

Lo más triste  y ojala no lo tenga que vivir en vivo y en directo es la sensación  de que tras toda una vida con un ser querido, no puedas ni velarlo , ni despedirlo como te hubiese gustado, darle ese último beso y  en muchos casos ni poder darle sepultura como te hubiese gustado , ni homenajearlo  como crees que se merecía en su último adiós.

Para los que somos creyentes , no están permitidas ni las misas , si bien es cierto que cuando pase todo esto podremos hacerlo libremente , aunque el duelo ya se haya suavizado , aunque el recuerdo nunca se olvide pues un pésame en tiempos de coronavirus, en pleno estado de alarma, se da en condiciones dolorosamente atípicas.

Por simple protocolo a  la hora de velar a una persona que ha fallecido, la entrada está restringida a familiares y guardando las distancias y se intenta que, tal como llegue el cuerpo, se entierre o se incinere lo antes posible, no solo para evitar la mayoría de contactos, sino también porque los trabajos funerarios están empezando a revelarse desbordados.

No hay velatorio, sólo despedida, y el féretro, abierto o cerrado, se expone a los asistentes un máximo de media hora, es bien cierto que un pésame en tiempos de corona virus es también apresurado, fugaz, si es que somos capaces de justificar la con financia.

La muerte no da tregua, pero los contagios tampoco, y  guantes y mascarillas se han convertido en herramienta de vida incluso  para dar las condolencias, si es que nos atrevemos a su asistencia.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                       5 de abril de 2020