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viernes, 25 de junio de 2021

MAS VALE PREVENIR,..., QUE CURAR

 

Al hilo de los últimos acontecimientos que han sucedido tanto en España como en el mundo, en este último año y sin tener que nombrar la palabra mágica de la cual todos somos conocedores, me he planteado como lo rápido que una situación puede a acabar con parte de la humanidad como cuando leemos en las novelas épicas que la peste lo hacía y todo había que quemarlo por si algún caso.

Es cierto que más vale prevenir que curar, el problema surge cuando no tenemos la fórmula mágica para solucionar la epidemia que se nos avecina y ahí es donde surge el cuestionamiento del concepto de poder preventivo de la persona y en especial de los especialistas en materia pública.

 El poder preventivo personal no difiere mucho respecto al poder preventivo social, y sólo se trata de analizar el problema y buscar rápidamente una solución, la diferencia fundamental es que el personal puede subsistir cuando sobreviene la incapacidad de hecho de actuación del poder preventivo social o colectivo.

De alguna forma cuando surgen estos problemas es cuando la persona adquiere conciencia de la pérdida de facultades de actuación del sistema público frente a la protección personal indefensa.

En este sentido la mentalidad colectiva tiene que estar abierta a que la protección comienza por uno mismo y la previsión de una circunstancia puede estructurar un sistema de autoprotección, así como evitar perjuicios contra otras personas aún cuando se comparten intereses comunes con estas y que se traducen en una supervivencia y en definitiva una calidad de vida.

Cada persona podrá reaccionar con una enfermedad personal como más le interese, pues el respeto debe existir en cuanto al concepto de su desarrollo. El problema surge cuando hablamos de palabras mayores como lo es de una epidemia.

Es también inminentemente cierto que un uso indebido del poder por parte del apoderado puede causar grandes perjuicios al resto de las personas, lo cual resulta como mínimo ciertamente inmoral, sin embargo y en cualquier caso puede suceder que con la medicina y el sistema medico y clínico general que usado indebidamente, puede convertirse en un veneno mortal, para la sociedad, lo cual no es cuestión baladí.

En cualquier caso cuando surgen problemas como el coronavirus, nos damos cuenta que somos y estamos indefensos por una falta de conciencia del otorgamiento de un poder preventivo a alguien que no es consciente de la trascendencia del tema, pues evitar las necesidades inminentes es cuestión primaria antes de sobrevenir ante una capacidad de hecho repentina como de dotarse de estabilidad de cara a una situación posiblemente permanente, por lo que yo de momento no me quito la mascarilla.

Ferran Aparicio
25 de Junio de 2021


sábado, 5 de septiembre de 2020

VERDADERO O FALSO


Desde hace unos días se ha convertido en viral un poema fechado en 1800 durante una epidemia de peste, si bien como se ha señalado en algunos de los infinitos mensajes que llegan estos días a los móviles en los que la verdad está entreverada con la mentira.

La pura verdad es que tiene su sentido y existen diferentes versiones pero cualquiera de ellas, refleja la situación que  hemos vivido durante el confinamiento:

“Y la gente se quedó en casa. Y leía libros y escuchaba. Y descansaba y hacía ejercicio. Y creaba arte y jugaba. Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto. Y se detenía. Y escuchaba más profundamente. Algunos meditaban. Algunos rezaban. Alguno bailaban. Algunos hallaron sus sombras. Y la gente empezó a pensar de forma diferente”.

Es verdad que al descubrir que no tiene dos siglos pierde su halo de misterioso presagio y el componente asombroso de vernos reflejados en el pasado. Pero no deja de ser un fenómeno solo posible en un mundo interconectado como el actual que permite tanto el viaje vertiginoso de un poema, como la expansión mundial de un coronavirus.

El texto, corto y sencillo, comparte características con la literatura, con un contenido que trata de motivar al lector y un final esperanzador que remite a los textos de autoayuda, otro de los géneros pujantes en tiempos de cuarentena.

El final del poema  nos revela el esperado futuro de una vacuna que  nos libre de ese mal llamado corona virus, y bien si es verdadero como sea  falso su fecha  de creación, la esperanza es lo último que debemos de perder.

                                                 Ferrán Aparicio
                                          5 de septiembre de 2020

Y se amansen los caminos
Y seamos sobrevivientes
 de un naufragio colectivo.
Con el  corazón lloroso
Y el destino bendecido

Nos sentiremos dichosos
Tan solo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
Al primer desconocido
Y alabaremos la suerte
De conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
Todo aquello que perdimos
Y de una vez aprenderemos
Todo lo que no aprendimos

Ya no tenderemos envidia
Pues todos han sufrido
Ya no tendremos desidia
Seremos más compasivos

Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamás conseguido
Seremos generosos
Y mucho más comprometidos


Entenderemos lo frágil
Que significa estar vivos
Sudaremos empatía
Por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo pobre
Era Dios disfrazado
Nunca preguntaste el nombre
Porque estabas apurado

Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida
La vida que hemos ganado

                            Poema  presuntamenmte escrito durante la pandemia de 1800

martes, 12 de mayo de 2020

ETERNAS MASCARILLAS


La deceleración como concepto es el proceso de disminución transitorio del ritmo de crecimiento de una magnitud económica o de otra índole, y que se manifiesta porque en un periodo dado la tasa de crecimiento es menor que en igual periodo inmediatamente anterior. 

Está claro o por lo menos lo intuimos muchos que no habrá ningún regreso a la normalidad, la nueva normalidad tendrá que construirse sobre las ruinas de nuestras antiguas vidas .Tendremos que aprender a sobrellevar una vida mucho más frágil y comprender que no somos más que seres vivos entre otras formas de vida , a llevar mascarilla. 

Recientemente visite Japón y me asombraba mucho antes de que viniera la pandemia , la cantidad de gente , de niños , de no tan niños y mayores llevaban mascarilla. 

Las mascarillas son equipos de protección individual para cada usuario de ellas. Su función es proteger de la exposición a contaminantes a través de las vías respiratorias. Están íntegramente fabricadas con un material filtrante y constan de un clip o adaptador nasal y unas gomas o cintas de sujeción. No obstante, algunas de ellas llevan válvulas de exhalación. La válvula facilita la respiración y evita la condensación. Están indicadas para largos periodos de uso. 

Pero la consciencia de llevar mascarilla y acostúmbrese señores, que esto va para largo es tener consciencia que llevamos mascarilla en público, no para nosotros mismos sino para los demás, nadie somos susceptibles de estar contaminado y estar desarrollado el virus. 

Aunque nadie veía venir una recesión económica de la mano de un virus, no deja de ser la crónica de una crisis anunciada. Superar esta crisis requerirá no solo de medidas macroeconómicas, sino también de políticas correctivas y reformas institucionales destinadas a construir un crecimiento robusto, sostenido, equitativo y respetuoso con el clima. 

Pero como personas todos hemos reflexionado sobre lo vulnerables que somos o éramos, hasta que llega una pandemia y te das cuenta que no somos nada, y como decíamos hace poco, polvo eres y en polvo te convertirás. 

La crisis actual demuestra que la solidaridad y la cooperación global tienen como finalidad la supervivencia de todos y cada uno de nosotros, y que obedecen a una pura motivación racional y egoísta, cada ciudad, cada provincia, cada estado mira por sí y los suyos , no sólo por la supervivencia de la población sino por la amenaza y calidad económica que repercute en su modus vivendi. 

Al final y como estamos hartos de oír de los expertos; la duración y la profundidad de la crisis dependerán de tres variables: cuán lejos y cuán rápido se propagará el virus, cuánto tiempo pasará antes de que se encuentre una vacuna y qué tan efectivos serán los encargados de formular políticas para mitigar el daño a nuestra salud y a nuestro bienestar físico y económico, pues aunque exista deceleración, … hay que mentalizarse que las mascarillas estarán en nuestras vidas 

Ferrán Aparicio 
10 de mayo de 2020 

domingo, 5 de abril de 2020

SENTIDO PESAME


Llevamos prácticamente un mes con la propagación del este virus que ni quiero ni me apetece nombrar, pues pasará a la historia como la tragedia del siglo XXI. Sin embargo lo más trágico son las muertes que ha ocasionado, la vulnerabilidad y la suerte de cada uno son factores de casualidad, todos hemos estado expuestos, especialmente los que trabajamos con el público.

El confinamiento una palabra que no conocíamos hasta  que con la llegada de este maldito fenómeno nos ha dejado en casa, viéndolas venir, pero sin ninguna garantía de irnos a criar malvas.

Sin embargo todos hemos a llegar a pensar en la muerte, especialmente pues alguien de nuestro entorno o cercano le ha tocado la lotería del virus y sin embargo no hemos ni podido darle el pésame a la familia, pues un pésame en tiempos de coronavirus es contenido.

Mi más sentido pésame ya sólo lo podemos transmitir vía telefónica, telemática Es forzosamente lejano y más complicado de compartir: no hay abrazos ni besos, no hay contacto con las manos.

Un pésame en tiempos de coronavirus habla sólo con la mirada y con la fuerza de la palabra pronunciada.

Lo más triste  y ojala no lo tenga que vivir en vivo y en directo es la sensación  de que tras toda una vida con un ser querido, no puedas ni velarlo , ni despedirlo como te hubiese gustado, darle ese último beso y  en muchos casos ni poder darle sepultura como te hubiese gustado , ni homenajearlo  como crees que se merecía en su último adiós.

Para los que somos creyentes , no están permitidas ni las misas , si bien es cierto que cuando pase todo esto podremos hacerlo libremente , aunque el duelo ya se haya suavizado , aunque el recuerdo nunca se olvide pues un pésame en tiempos de coronavirus, en pleno estado de alarma, se da en condiciones dolorosamente atípicas.

Por simple protocolo a  la hora de velar a una persona que ha fallecido, la entrada está restringida a familiares y guardando las distancias y se intenta que, tal como llegue el cuerpo, se entierre o se incinere lo antes posible, no solo para evitar la mayoría de contactos, sino también porque los trabajos funerarios están empezando a revelarse desbordados.

No hay velatorio, sólo despedida, y el féretro, abierto o cerrado, se expone a los asistentes un máximo de media hora, es bien cierto que un pésame en tiempos de corona virus es también apresurado, fugaz, si es que somos capaces de justificar la con financia.

La muerte no da tregua, pero los contagios tampoco, y  guantes y mascarillas se han convertido en herramienta de vida incluso  para dar las condolencias, si es que nos atrevemos a su asistencia.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                       5 de abril de 2020


domingo, 15 de marzo de 2020

MOMENTOS DIFICILES



Es bien cierto que vivimos momentos difíciles y el momento lo podemos definir en su escala como grave , a la vista está lo que significa cerrar un país, en toda la extensión de su palabra y con las consecuencias inmediatas y a largo plazo  que suponen.

El mundo afronta la crisis sanitaria más dura de éste siglo y ningún país o ciudad  está lejos de escapar entre la posibilidad y de una forma geométrica acelerada de ser infectada por este virus , al cual ya no quiero ni identificar por su nombre , pues de sobra es de todos conocido.

Este virus además de su agresividad y sin  ánimo de acritud ha puesto a prueba no sólo nuestro sistema nacional sanitario sino el sistema mundial , dando a ver que una pandemia son palabras mayores que no puede rebatir infaliblemente cualquier sistema independientemente de su nivel económico y de desarrollo que tenga , lo cual  afronta una ardua prueba de resistencia .

Nuestro día a día ha cambiado y la crisis económica puede ser muy lesiva , sin embargo como la resiliencia debe hacernos más fuertes en el sentido de volver a empezar siendo más fuertes y detectando problemas de dependencia internacional , que deben centrarse en políticas de fomento de auto abastecimiento mayoritariamente nacional para no crear problemas de dependencia como está pasando, pero en cual caso lo que viene no va a ser nada fácil de remontar.

Como en situaciones catastróficas de la naturaleza, bien sea un tsunami, terremoto , incendio o cualquier incidencia de carácter físico, la actuación  de  la sociedad general  , el pueblo que es el quien tiene realmente el poder y como último en mi escala de valores los políticos que nos ocultan siempre la verdad en función unas veces de intereses económicos y otras por no causar una revuelta social,  hacemos lo que haga faltav , cuando haga falta y donde haga falta , bien por nuestros propios medios bien con ayudas estatales que al fin y al cabo salen de los bolsillos de la sociedad, es decir no nos regalan nada es algo que supone nuestros propios recursos que hemos adelantado sin rechistar , como siempre a través de nuestros impuestos  directos e indirectos.

No queda más remedio que aunar fuerzas  en el punto en el que hemos llegado, pues queda claro que el problema es de la sociedad y cualquiera somos vulnerables ante esta situación de acabar en la UCI, si es que no acabamos  criando malvas, por una mala pasada de la vida de haber estado en el sitio inoportuno y en el momento menos inoportuno.

Sólo se  de trabajar por conseguirlo y que las fuertes medidas de control y aislamiento den sus frutos y que  el número de casos diagnosticados igual que han ido creciendo de una forma geométrica, vayan descendiendo en su misma proporción y de la misma forma.

El mundo nos ha dado la ocasión de demostrar que si bien hemos avanzado en la comunicación mundial también es capaz de transmitir una pandemia a una velocidad impresionante, pero lo que hay que tener claro es que lo que nos aturde también nos hace más fuertes y no sólo se trata de hablar del número de gente que ha muerto sino de tener la actitud positiva de reconocer que mucha gente se cura.

                                                   Ferrán Aparicio
                                            15 de marzo de 2020




sábado, 29 de febrero de 2020

INMUNIDAD PÀTOLOGICA


La inmunidad es un estado de resistencia que ciertos individuos o especies tienen contra la acción patogénica de microorganismos o sustancias extrañas y en todos los casos  puede ser un estado puede ser natural o adquirido.

Estamos viviendo una situación difícil con el corona-virus , pues estamos hablando de una pandemia como una catedral de grande y si reflexionamos podemos ser víctimas inocentes de simplemente una conversación con alguien  que por casualidad nos pregunte donde está el camino adecuado para su destino.

Sin embargo la consciencia del concepto de inmunidad es el estado de resistencia que tienen ciertos seres vivos ante una acción patógena que proviene de microorganismos u otras sustancias extrañas y debemos mentalizarnos de una forma natural  e innata que todos tenemos una línea defensiva que permite a los seres humanos controlar a los agentes patógenos, en la mayoría de los casos.

Cuando vemos la realidad de lo que está pasando en estos momentos, vemos bloqueados muchos planes en nuestra vida pues la evidencia de lo que puede ser nuestras vidas , pues debemos pensar que puede llegar una epidemia general o una pandemia mundial. La diferencia entre una epidemia y una pandemia es crucial. 

Una pandemia implica el crecimiento exponencial de los casos afectados así como una expansión geográfica de gran alcance y en cualquier caso es una epidemia global, es decir que se expande a través de países y continentes.

Y hablando en alto, me planteo si la inmunidad llega a absorbernos de una forma activa o pasiva  pues por medio de una inmunización activa o bien como consecuencia de una infección tanto clínica como subclínica, mientras la pasiva se adquiere por medio de una inmunización pasiva; la activa llega a durar toda la vida y es perdurable, la pasiva dura tan sólo semanas o meses.

 En cualquier caso tanto una epidemia como una pandemia se refieren a una afección a la salud de muchas personas, pero tienen importantes diferencias entre ellas, pero coinciden en el hecho  de que se produce una propagación de una infección vírica o bacteriana entre un gran grupo de la población de un país.

La solución es la prevención hasta que surja un medicamento específico que rápidamente es distribuya entre la población afectada y así su expansión y contagio será limitada.

A veces usamos indistintamente los términos brote, endemia, epidemia o pandemia, sin embargo debemos saber que todos describen situaciones de diferente gravedad y alarma santiaria; una epidemia es una «enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente a gran número de personas, si bien una infección se vuelve epidémica cuando supera la cantidad estimada de casos afectados en un período de tiempo determinado, mientras la  pandemia implica el crecimiento exponencial de los casos afectados así como una expansión geográfica de gran alcance.

Saber exactamente qué significa cada uno de estos términos es importante para entender qué quieren decir las autoridades sanitarias cuando alertan sobre una enfermedad, ya que no es lo mismo enfrentarse, a una u otras, pero  en cualquier caso ser consciente de ka situación  real  que es simplemente pensar,… virgencita que me quede como estoy.
                                                          
Ferrán Aparicio
29 de febrero de 2020