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martes, 10 de noviembre de 2020

ORDEN Y CONCIERTO

 

El orden es una virtud fundamental del desarrollo que afecta al resto de las virtudes de una manera esencial y del propio estado personal de bienestar. Es la primera de las virtudes deberíamos focalizar pues está claro que  la perseverancia es saber que cada cosa tiene su tiempo, la responsabilidad que cada acto conlleva su consecuencia,  el dominio de sí, la templanza o la serenidad dependen de un orden interior, el propio orden y su concierto  nacen de la interiorización de unas rutinas y de ser conscientes del valor de las cosas y de su propia necesariedad de utilización.

 Tener cosas de más y desorden afecta toda nuestra vida, y en relación a este estado surge el concepto de minimalismo. El minimalismo es un movimiento que apunta a reducir a lo esencial, a despojar de elementos sobrantes. En el ámbito personal, el minimalismo tiende a ser lo opuesto a la acumulación de objetos, al consumismo excesivo y a los ambientes repletos de adornos, chucherías y detalles.

 En un mundo cada vez más competitivo, la productividad y la eficacia marcan la diferencia: la capacidad de analizar, seleccionar y priorizar y la de organizar el tiempo de la mejor manera son claves en el liderazgo personal y profesional. Pero en la universidad no se enseña a tener una cabeza ordenada, porque esto se aprende desde pequeño, empezando por el orden material.

 El orden es una virtud fundamental del desarrollo que afecta al resto de las virtudes de una manera esencial y es por ello que hay que prestarle atención y como decía Graham Hill. “El minimalismo es tener menos, para vivir más” , lo que nos ayuda al orden y concierto de nuestra vida.

 

 Dicen los especialistas en p materia que la mejor forma de desarrollar hábitos es tener un momento diario para controlarlos, y en ello entra el ser consciente de que menos es más y nuestro estado de ánimo no depende de la acumulación de cosas innecesarias , sino todo lo contrario de controlar aquello que necesitamos de una manera clara y posicionada.

El costo de tener algo y acumular, no sólo es el costo innecesario de su adquisición sino implica gastar en espacio para tenerlo, implica gastar tiempo en ordenarlo, cada tanto, implica gastar tiempo en limpiarlo y estas implicaciones son costos es bastante alto, sobre todo cuando lo proyectamos en el tiempo.

El orden y el  minimalismo lleva a ahorrar, en total y en el largo plazo, pues nuestras circunstancias y actividades cambian año a año  y si nuestras circunstancias y actividades cambian, las cosas deben cambiar también.

No hay palabras que  suelen despertar emociones radicalmente tan opuestas como la palabra orden, pues cada uno somos de una pasta y podemos ser unos desordenados ordenados  y todo lo contrario, sabiendo lo que tenemos en cada sitio o espacio, pero en su conjunto ordenada siempre se ve más amplia y agradable que una que está manga por hombro, sino porque el espacio de almacén en casa se multiplica como por arte de magia.

Al final el secreto está en saber lo que más necesitamos y racionalizar el orden por categorías y necesidades, pues cuanto menos tengas, más feliz serás.

 

                                                              Ferrán Aparicio

                                                        10 de noviembre de 2020

                                  

 

domingo, 15 de enero de 2017

MI CASA, MI MUSEO, MI MAUSOLEO

Hace tiempo que estoy rondando la idea de hacer cambios en casa, hasta ahora quizás, por que no la vivía demasiado, por hallarme desplazado geográficamente por motivos laborales, bien porque no le daba la importancia que merecía en la distancia, pero ha llegado el momento de planteárselo pues lo que está claro es que pasamos muchas más horas de las que creemos en ella y tu casa deber ser tu refugio y tu santuario, independientemente que sea como un museo donde recoges la historia de tu vida y el mausoleo donde algún día, acabará resumida tu vida, como paso a la otra orilla.

Cuando te lo planteas y como espectador de tu propio teatro te das cuenta que tu casa como concepto no es sólo tu tarjeta de visita ante el mundo, sino es tu propio refugio y santuario. Al final y al cabo tiene que ser como tu propio reino, el lugar al que llegas y te encuentras feliz pues lo has creado hecho a imagen y semejanza de tus gustos criterios, incluso necesidades. El problema que surge, es que nosotros no somos los mismos en el transcurso del tiempo, e igual que cambiamos presuntamente evolucionando, también lo tiene que hacer nuestra casa como espacio vital, pues nuestra casa no sólo es una casa, es mucho más.

Nuestra casa debería ser nuestro hogar, nuestro templo, nuestra guarida, el lugar donde nos encontramos más seguros, tranquilos y relajados, protegidos y felices.

Hace poco me ofrecieron comprarme mi casa y la verdad es que me surgió la duda y después de mucho analizarlo me di cuenta que mi casa, me la había hecho a imagen y semejanza de como yo entendía la vida, de mis formas y costumbres, y fuera donde fuera no iba a encontrar aquello que yo había diseñado no solo como técnico, sino como persona y es que la clave para transformar una casa en un hogar está en los pequeños detalles que la hacen nuestra. 

Al final solo se trata de junto con la teoría del Feng Shui, iniciar el procedimiento de limpieza, donde el orden, la luz, las plantas y la decoración sean tus aliados. 

El desorden puede provocar estrés y por ello la importancia de que tus cosas no invadan todo el espacio, simplemente se trata de renovar y renovar implica deshacerte de aquello que no utilizas o al menos de derivarlas al trastero para intentar que el espacio que nos rodea sea lo más diáfano posible.

La decoración no sólo son objetos, cuadros y fotografías también las plantas y las flores tienen un impacto inmediato sobre la felicidad y a largo plazo tienen un efecto positivo en los estados de ánimo, además de incrementar el nivel de concentración. 

En cuanto a los colores es un elemento de vital importancia porque no sólo cambia el espacio y lo renueva, sino que cada tono puede hacerte sentir de una manera y unos pueden hacer que te encuentres más relajado que con otros. 

Al final solo se trata de saber elegir bien las formas, los colores, la iluminación y la disposición de los elementos para crear tranquilidad, alegría, recogimiento y rodearte de fotografías, elementos, esculturas, cuadros…, que te recuerden los sentimientos que tenemos en relación a otras personas y los que ellas sienten hacia nosotros, cosas y sensaciones que con el tiempo pueden cambiar por ello la necesidad de renovarte, pues tu casa es tu museo y tu mausoleo y el reflejo de tu yo actual.

Ferrán Aparicio
15 de Enero de 2016