No sé por qué razón hoy me he levantado pensando que nada
es lo que parece, no sé si fruto de mis sueños o fruto de que mi inconsciente
ha estado trabajando sobre el tema, pero la verdad que con la perspectiva y una
vez vivido, te das cuenta que muchas cosas son mentiras y sólo mentiras, por no
hablar de parecer lo que no son.
En
este sentido las mentiras, como las
falsas expectativas con respecto a algo
o alguien, generan frustración, queja y resentimiento, porque al fin y al cabo
la verdad como la expectativa real, es lo que se considera más probable que
suceda. El problema surge cuando la expectativa planteada como una suposición
centrada en el futuro plantea su propia realidad pudiendo ser o no realista,
como la falsa verdad que se convierte en mentira.
También
es cierto que muchas veces nosotros mismos nos auto engañamos y creamos una
expectativa en algo que en general, no se sustenta por sí mismo, siendo
realmente más que una expectativa una esperanza
que puede ser irracional basada en una creencia de algo que no está
realmente confirmado.
El
problema general es que de una forma consciente o inconsciente los seres
humanos estamos todo el día generando esperanzas y expectativas y en base a
ellas evaluamos nuestros resultados, sin darnos cuenta que mientras se cumplen
o no se cumplen permanecemos a la espera de una forma poco activa, como si se
tratara que empezara a llover lo cual en sí mismo es una pérdida de tiempo y
sobre todo de energía esperanzadora.
En
versus contrario la actitud idealista es crear y generar toda clase de expectativas,
eso sí como decía mi abuela, a Dios rogando y con el mazo dando,
independientemente que sepamos lo que queremos y luchemos perseverantemente por ello, no podemos de dejar de focalizar la
dirección en que nos movemos aunque tengamos que rectificar día a día pues trayectoria
muchas veces no es una línea recta en el camino y exige en él hacer ciertas
paradas.
Las
mentiras tienen las patas cortas y son sólo mentiras, las expectativas parte de
la posibilidad de que algo probable suceda
como suposición más o menos realista y aunque tenga la expectativa la
connotación de espera siempre está cercano a algo que pueda suceder dentro de
lo que es más probable que suceda, al menos desde el punto de vista del que
tiene la expectativa.
La
vida tiene un cierto grado de incertidumbre ligada por una parte al concepto destino y por otra
parte al futuro, por lo que la expectativa se convierte en una predicción de los aconteceres y va
ligada a la respuesta a lo desconocido.
Al
final de toda la reflexión te das cuenta de que no es momento de creerte nada sin haberlo pensado
unas cuantas veces, manteniendo el principio del tripartito del saber ser,
saber estar y saber esperar y sobre todo, nunca defiendas nada sin argumentos, porque
al fin y al cabo muchas cosas, situaciones y personas, no son lo que parecen y
son mentiras, sólo mentiras.
Ferrán Aparicio
5 de
octubre de 2016