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jueves, 25 de junio de 2015

GENERANDO EXPECTATIVAS


Hace menos de un mes hemos asistido al circo mediático en el que todos los personajes que lo componen se sienten ganadores, desde los viejos elefantes, pasando por los payasos  hasta llegar a los  a  los domadores de fieras, y por supuesto con la asistencia de ese público general, sin diferenciar quien se sienta en palco o en  platea, o simplemente en el gallinero , porque cada uno en su papel  sólo actúan y son más de lo mismo, personas generando expectativas como seres humanos que son.

Generalizando no se ofende y como se dice al que le pica ajos come, a mí de momento no me pica nada más que la curiosidad de plantearme si todo el procedimiento que hemos vivido ha servido para generar alguna expectativa, porque en el fondo de la cuestión seguimos siendo los mismos por decir un algo.

Lo que también resulta curioso es pensar que las cosas que más ansiedad nos generan, son aquellas cosas que ocurren y simplemente pasan sin avisar y nos duelen en cuanto que no se corresponden   con nuestras expectativas imaginadas.

Así nos hemos quedado muchos españoles, viendo pasar el bolo de las expectativas sin que se haya cumplido nada más que un remix de intenciones banales que no van a ninguna parte y tenemos para unos  años de frustración compartida.

Es cierto que si lo pensamos fríamente todo  nuestro planteamiento era consecuencia de una imaginación y pensábamos desde un primer momento que las cosas iban a ocurrir  de una forma determinada y lo que ha sucedido es que cuanto más se desvía la realidad  de  nuestra imaginación, más angustiados nos sentimos.

Por otra parte,  siempre queda la novedad como algo diferente, aunque en el fondo no confiemos que sea la solución de nuestra vida, mientras se intenta se adquiere una experiencia eso sí que no sabemos cuánto nos va a costar ni cuánto va a durar , pero pasamos el tiempo y volvemos al ciclo de crearnos unas nuevas expectativas .

La dificultad está en cómo actuar de forma diferente sin haber modificado previamente nuestras creencias, porque es un círculo vicioso difícil de romper. Por supuesto que es posible, pero no es sencillo. Y ahí es donde hay que trabajar mucho en nosotros mismos, en conocernos y ponernos retos y no caer en falsas expectativas.

Si cuantificamos nuestras expectativas de una manera exacta al margen del tema u objetivo que nos planteamos, es mucho más fácil que obtengamos lo que queramos, sin tener que volver a repetir el ciclo de aliviar una frustración generándonos una nueva ilusión, que al fin y al cabo nada tiene que ver con la realidad, porque  eso sí que es nuestra realidad, el día a día.

Es difícil sustraerse a todas esas influencias pues provocan una sensación de tranquilidad y seguridad, pero para volver a descubrir esa esencia, ese yo perdido, hay que experimentar aunque sólo sea  generando expectativas.

                                              

                                                                 Ferrán Aparicio
                                                             25 de junio de 2015

                              

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