No sé si es que últimamente estoy cansado o
simplemente que me ha dado por soñar, pero lo que si es cierto que cada día me
vienen más, recuerdos de mi niñez a
través de los sueños.Cuando me levanto y recuerdo parcialmente lo soñado,.., me
regodeo como la mente es tan sutil como para recordar aquellos pequeños
detalles, hechos y acciones incluso caras y personas y personajes que ya no son
los mismos.
Pero pensándolo fríamente, si en este minuto, me encontrara con alguno de
estos personajes, mi primer impulso sería salir corriendo. Sin embargo cuando
el encuentro es inevitable pues no hay salida, la verdad que resulta cómico
como emitimos vaguedades para salir del paso, salvo error u omisión y siempre
queda la coletilla del haber cuando quedamos y nos volvemos a ver.
Cuando lo piensas fríamente nuestro acto inconsciente
es reconocer que perder la consciencia de una amistad infantil, es como si se borrara
de la memoria, una etapa feliz, inocente, autentica y sincera y plenamente positiva.
Dicen que los niños, los borrachos y las personas de
mayor edad son los que se permiten expresarse con mayor libertad, sin frenos y
ni tapujos y se supone en dos de los tres casos que lo hacen porque eligen su
disponibilidad para compartir y expresar, actuando sin egoísmo inocente solo
con el objetivo de procurar un bienestar personal y también ajeno.
En cada una de nuestras etapas de la vida, la infancia
la pubertad, la adolescencia, la madurez, nuestras relaciones amistosas van
cambiando en cuanto a su forma y contenido. Van desde conocernos a nosotros
mismos a través de nuestras relaciones como a mezclar muchas veces lo
profesional con lo personal, eso si dentro de una química y empatía común, pues
entonces si no es así, ya no hablaríamos de amistad, sino de interés
circunstancial. Llegando al final de la vida ya minimizamos todo, hasta el número
de amistades con la que nos deseamos relacionar y valorando más que la cantidad,
la calidad de la amistad como un factor determinante de nuestras relaciones
sociales.
Independientemente de la etapa que nos encontremos de
nuestra vida , el concepto de amistad se basa en cuatro pilares fundamentales y
comunes a todo el mundo y estos son: la confianza, la sinceridad , la fidelidad
y la reciprocidad, y cuando uno de ellos flojea la amistad tiembla, pero si
caen dos; se arruina evidentemente, aunque sólo sea por razones físicas de la teoría
del equilibrio estático.
Otro de los factores que influyen en las amistades tanto
infantiles como coetáneas, es el factor evolución en el tiempo, si nosotros mismos
hemos cambiado en el tiempo, que podemos encontrarnos en alguien al que no hemos visto desde hace tiempo,…,
pues simplemente un extraño con cara evolucionada.
Al final y en cualquier caso sólo se trata de
preguntarnos si existen esos cuatro pilares fundamentales, aunque haya pasado
el tiempo y si no reaccionar y aceptar algo tan simple como que ya no somos
amigos, sino un recuerdo en una etapa de nuestra vida.
Ferrán
Aparicio
25 de Octubre de 2017
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