Nuestra mente está capacitada para anticipar acontecimientos, como se dice casualmente a verlas venir, especialmente en situaciones de riesgo o peligro.
Esta anticipación informativa es una habilidad que nos permite planificar, organizar y en definitiva, estar preparados para lo que quizá sin seguridad máxima venga o pueda venir.
Como en la luna llena, esta habilidad siempre tiene dos caras esta por una parte la capacidad imprescindible para la supervivencia , incluso en una sociedad tranquila y ordenada y la otra cara visto como una alteración psicológica llamada ansiedad anticipatoria o por anticipación.
La ansiedad aticipativa se muestra al sufrir ataques de pánico o stress ante una posible perspectiva de acontecimientos futuros. Esto supone una predicción de algo que no ha ocurrido todavía y de los que no hay motivos razonables para deducir que lo harán.Es por ello que el trastorno de ansiedad anticipativa esté relacionado con la dificultad de asumir esta idea.
Esta afección esta claro que tiene su origen entre otros posibles en la intolerancia ante la incertidumbre y de la necesidad de tener bajo control todo lo que les rodea, es por ello que sea característico de personas de gran nivel de stress y con un alto grado de exigencia sobre su propio rendimiento.
El miedo infundado extremo puede producirse sin previa motivación, pero es muy común que estas personas muestren ataques de ansiedad anticipatoria como consecuencia de un trauma anterior.
El estrés extremo tiene consecuencias sobre el organismo y es bien cierto que evar el cuerpo al límite, con el torrente hormonal correspondiente, es necesario ante situaciones de peligro real, por lo que una exposición continuada a esas condiciones fisiológicas acaba por ser dañina para nuestro organismo y nuestra psique.
Definitivamente con la anticipación, aparece el miedo ante una inexistente amenaza que se ve con las peores expectativas y aparecen pensamientos catastróficos lo que hace metabolizar en tu cuerpo reaccionando con síntomas físicos como taquicardia y palpitaciones, mareos, náuseas, dolor de estómago, vómitos, diarrea…
Lo peor es que Estos y otros síntomas físicos, pueden presentarse con suficiente intensidad como para ser incapacitantes, e incluso pueden confundirse con los síntomas de un infarto, pudiendo desarrollar miedo al miedo,lo cual no es cuestión baladí.
Ferran Aparicio
10 de Octubre de 2023
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