Llevamos una vida en la que siempre estamos corriendo, queremos hacer más cosas en menos tiempo, trabajar menos, disfrutar más pero llega un momento que la mente no nos pide parar , sino aquietar , lo que significa ser mas reflexivos
Hay ocasiones que de pronto la vida te detiene...te
"sienta" porque quiere hablarte y no le hiciste caso... y te habla.
Te recuerda de repente cosas que tal vez habías olvidado, y no sabes `porque te vienen a la cabeza, de una forma espontánea y es que la vida te está pidiendo algo y sólo se trata de escucharla.
Lo mismo sucede con los sueños, donde aparecen imágenes e ideas con claridad y otras veces como decía Freud en el mundo de los sueños las ideas e imágenes se disfrazan y hay que psicoanalizarlas para entender el mensaje que el subconsciente nos está transmitiendo.
Cuando la vida te habla te invita a parar, te abraza...y en ese abrazo te recuerda que solo viniste a vivir...no a luchar...ni a ganar...ni a saldar ninguna deuda.....Solo a vivir....y la vida si va enserio, no hay que reírse de ella sino entenderla cada uno a su manera y c¡on sus modos pero aquietándola y reflexionando cuando ella nos lo pide
Hay que reflexionar en ese proceso de aquietamiento que lo más valioso que puedes recibir de los que amas es su tiempo.
No son sus palabras, ni las flores ni sus regalos, pues cuando estás muerto ya no sirven de nada.
Uno de las cosas que más nos aceleran y en parte tiene su razón es el tiempo, porque este no regresa, y el que te dio es solo tuyo, no importa si fue una hora o una vida.
La edad y la concepción que tengamos de ella -si nos sentimos más viejos o más jóvenes- influye en nuestra forma de pensar y de actuar, así como en la forma en la que nos vemos.
Esa rutina llamada vida, es cuando paramos y aquiétanos nos sirve para entender que
tenemos
que aprender a valorar las cosas cuando nos suceden, cuando las tenemos y no
cuando solo podemos recordarlas.
Los días, los años van pasando y para todo nos faltan horas, la vida no nos da para abarcarlo todo en el momento que queremos.
Sin embargo cuando nos hacemos mayores y nos quedamos solos y los días duran 48 horas nos damos cuenta de cuantas cosas nos hemos perdido pero nos damos cuenta demasiado tarde.
Lo
peor es que ya tengo mi vida vivida y no puedo rectificar, pero os diría a los
jóvenes que hagáis lo que os de felicidad.
1 de junio de 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario