Un medio de expresion donde lo cotidiano se expresa intentando aprender a darle tiempo al tiempo, a esperar ese momento , mi momento, nuestro momento, porque todo llega cuando tiene que llegar.
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miércoles, 25 de mayo de 2022
AQUIETANDO EL RITMO
jueves, 7 de abril de 2022
SIMPLEMENTE DUELO
No hay nada más doloroso que perder a un ser querido especialmente cuando se trata de un parentesco de primer grado, es decir de tu padre o tu madre.
El duelo como tal es el proceso psicológico al que nos enfrentamos tras las pérdidas, algo que todos, tarde o temprano, viviremos a lo largo de la vida.
Siempre asociamos el duelo a la muerte , pero esto no es realmente así, las pérdidas pueden ser muy diversas: rupturas de pareja, cambios de domicilio, cambios de estatus profesional, procesos de enfermedad o algo que significa una pérdida emocional que sabemos no vamos a recuperar.
Salvo excepciones donde no existen sentimientos en relación a las pérdidas de seres cercanos, la pérdida de cualquier objeto de apego provoca un duelo, si bien la intensidad y las características de éste pueden variar en gran medida en función del grado de vinculación emocional con la persona , de la propia naturaleza de la pérdida y de la forma de ser y la historia y relación de cada persona, que perdemos.
Las pérdidas más dolorosas y las que requieren de mayor tiempo de sanación son las de un ser humano cercano, en especial padres e hijos y no podemos generalizar ya que cada individuo manifestará sus emociones de forma diferente, pues esto depende del grado de identificación que tenga la persona con la persona que pierde.
El duelo se manifiesta de muchas formas, pero en general la tristeza profunda, el dolor y pensamientos constantes acerca de la pérdida del ser querido, manifiestan la pena del alma ante las circunstancias que posponen la pérdida., pero también se manifiesta con procesos comunes como la falta de concentración en cuestiones que no sean la muerte del ser querido y el deseo o añoranza intensos y persistentes por el difunto.
Muchas personas creen que el duelo es una sola ocasión, o un periodo breve de dolor o de tristeza en respuesta a una pérdida, como las lágrimas que se derraman en el funeral de un ser querido, pero no es realmente así , pues los estudios afirman que, de media, el duelo puede durar entre uno y dos años.
A medida que avanza el proceso de duelo y se va asumiendo la realidad de la pérdida, se comienza a contactar con lo que implica emocionalmente la ausencia, lo que se manifiesta de diversos modos: pena, nostalgia, tendencia al aislamiento social y pérdida de interés por lo cotidiano, asumiendo una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones.
Al final del proceso , como todo en la vida solo queda la aceptación , lo que supone la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión, no sólo racional sino también emocional, de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos inherentes a la vida humana y una parte del ciclo de la vida.
Ferrán Aparicio
5 de Abril de 2022
viernes, 25 de marzo de 2022
RESIGNACION CRISTIANA
Si lo pensamos fríamente la palabra resignación tiene una connotación más bien negativa y si analizamos su significado la RAE, la define como: Conformidad, tolerancia y paciencia en las adversidades
.Siempre se ha asociado en la cultura cristiana la resignación a Dios todopoderoso, sin embargo la RAE ha vuelto a reincidir en su definición determinando: Entrega voluntaria que alguien hace de sí poniéndose en las manos y voluntad de otra persona.
Ya nos sorprendió el Papa Francisco, afirmando que la resignación no es una virtud cristiana, como no es de cristianos encogerse de hombros o bajar la cabeza ante un destino que nos parece inevitable.
Lo que en ambas circunstancias, lo que si se denota es que la palabra resignación, tiene un matiz pasivo que no señala la manera más indicada para afrontar una dificultad.
En todo caso la resignación implica conformidad, y si bien ésta puede ser en ocasiones necesaria, hay muchas circunstancias que demandan todo lo opuesto, pues no es posible resignarse frente al mal, ni estar conforme con la injusticia.
Aquí hablamos de resignación ante situaciones que nos afectan a nosotros como personas, pero puede darse el caso que puede ser sobrevenido sin culpa de nuestra parteo también puede ser también por causa de nuestros propios errores.
Es bien cierto que hay circunstancias que se escapan absolutamente a nuestro control, pero se trata simplemente de valorar si podemos hacer algo más allá y vivir el horizonte de la tenacidad con esperanza de un milagro o cambio circunstancial.
Cuando la imposibilidad es humanamente manifiesta deberíamos cambiar el término resignación que pos u valor pasivo suele hacernos daño por el de aceptación pues es un término que ante lo evidente nos libera de alguna forma del mal ocasionado o recibido.
La resignación es la trampa en la que se atrapa la incapacidad de luchar y es amiga de la culpa y de la culpabilización mientras la aceptación es la capacidad de asumir la realidad, sea cual sea, manteniendo la integridad y las ganas de seguir viviendo
Independientemente de la actitud que adoptemos bien sea la resignación, bien sea la aceptación, pero siempre con un componente de lucha hasta el infinito aceptado, debemos tener en cuenta que la resiliencia es un mecanismo de defensa siendo en definitiva la capacidad del ser humano para afrontar experiencias traumáticas e incluso extraer un beneficio de las mismas.
Las personas resilientes son personas que se aceptan a sí mismas, asertivas, flexibles, receptivas, positivas, equilibradas, constantes y con sentido del humor,si bien resiliencia cristiana es algo muy distinto, y ocurre lo mismo que con el término resignación , pues el que carece de fe puede parecer casualidad, en cualquier caso si no podemos o no debemos volver a empezar, ese es el momento para la resignación y la resiliencia o simplemente , las dos cosas a la vez, pues nada ocurre por azar.
Ferrán Aparicio
20 de marzo de 2022
domingo, 1 de diciembre de 2019
ETAPAS,.., SIMPLEMENTE ETAPAS
domingo, 20 de noviembre de 2016
PUNTO Y APARTE
Ferrán Aparicio