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sábado, 5 de marzo de 2022

EQUILIBRIO EMOCIONAL

Las personas, para ser felices, necesitamos de un equilibrio emocional, pero si analizamos  y nos informamos de todas sus caras, como la cara oculta de la luna, es cuando llegas a entender que nos referimos a la estabilidad necesaria para alcanzar cierto estado de calma o armonía.

Analizar cómo lograr encontrar ese equilibrio emocional,  nos permite detenernos y reflexionar sobre las emociones, pues todos comprendemos que nuestra vida diaria no va a estar exenta por completo de ciertas dificultades, de ciertos problemas ya analizar el conjunto como espectador  es un método para saber cómo gestionar las emociones.

Según la Real Academia Española (RAE), las emociones son una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática. es decir, se trata de estados afectivos y reacciones totalmente subjetivas que vienen acompañadas de transformaciones orgánicas y fisiológicas.

Como creo firmemente en la sincronicidad, un día, sin saber muy bien cómo, nos levantamos con la sensación de que no algo no funciona bien en ese mecanismo perfecto que el cuerpo y la mente humana, dejamos la rutina y empezamos a analizar.

En la actualidad, no resulta sencillo mantener el equilibrio emocional, y más con los tiempos de pandemia que corren, donde la negatividad es la punta del iceberg diario que vemos en distintos volúmenes y forma y aquietando sin parar, comprendemos que el equilibrio emocional es una respuesta emocional correcta a los estímulos experimentados.

Es bien cierto que cuidar nuestra mente es tan importante como hacerlo físicamente, de la misma forma que no hay que confundir, emoción con sentimiento. La emoción es básica, primitiva y unidireccional, mientras que el sentimiento implica la capacidad de pensar conscientemente y reflexionar sobre él sentir.

Ser conscientes de nuestros sentimientos ayuda a poder gestionarlos. Sin embargo, las emociones aparecen queramos o no, ya que surgen de forma automática ante una situación o pensamiento.

Todo es tan sencillo como mantener el control de las emociones debe permitirnos estar alineados con la realidad de la situación, sin que nos supere la incertidumbre.

Uno de los secretos es no parar sino aquietar, en el sentido de tener un tiempo para reflexionar para valorar la situación y ver en qué punto nos encontramos, pasando de espectador a protagonista, asumiendo lo que nos aturde , eliminando cualquier elemento o persona que tenga un grado de toxicidad en nuestras vidas.

.Al final solo se trata de focalizar nuestra mente en lo que realmente vale la pena nos permitirá ahorrar esfuerzos, pues aunque parezca lo contrario no nos queda tanto tiempo para disfrutar y hay que hacer un balance entre las fuerzas internas de un individuo que lo llevan a estar en paz consigo mismo y con el mundo que le rodea.

Como siempre les animo a reflexionar pues una buena salud mental nos ayuda a hacer frente a las dificultades de la vida con seguridad y con una actitud positiva.

 

                                                           Ferrán Aparicio

                                                         5 de marzo de 2022

martes, 10 de julio de 2018

MENOS ES MAS


Desde unos años se ha puesto muy de moda esta frase: "Menos es más" y yo que me encuentro en una fase feng shui de reorganización mental, física y espacial, en todos los aspectos de mi vida, reduciendo al máximo todo lo superfluo e innecesario, me sorprende pues tiene una esencia  fundamental a todos los niveles si lo piensas fríamente.

El origen de esta frase es difícil de localizar, hay gente que lo asigna al budismo  y  al ascetismo, al Dalai Lama, otros lo asocian a los arquitectos de la arquitectura moderna  como Ludwig Mies van der Rohe, Walter Gropius o el mismo Le Courbusier, pero al final todo se reduce al concepto moderno del minimalismo.
Intuitivamente reconocemos por sentido común  que la frase "Menos es más" significa reducir algo a lo mínimo, a los elementos esenciales que componen la cosa y donde todo lo demás disturba.

Hoy en día parece que el mundo entero se ha vuelto loco con el orden y dentro de ese concepto de todo el mundo me incluyo yo y sí, está bien eso de tener las cosas colocadas, de que la armonía fluya gracias a él, que nuestra casa parezca recién salida de un catálogo, pero el problema viene cuando eres una persona desordenada por excelencia, entonces todos esos trucos y la filosofía zen te parecen de otro mundo.

Cuando llegas a este estado de reflexión bien por tu edad bien porque necesitas esa tranquilidad especial que te produce el orden de lo mínimo, te das cuenta  que cuantas más cosas tengamos, más tiempo nos llevará ordenarlas, limpiarlas, buscarlas...  y que la vida es un pasar donde debemos racionalizar nuestro tiempo a lo realmente importante, como familia, amigos, hobbies.

En mi caso y en mi casa,  estoy aplicando el “menos es más”, reorganizando el esquema partiendo de la idea que un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio.

El desorden genera inestabilidad y simplemente se trata de reeducarnos en nuestra actitud ante el desorden  y una vez organizado, limpiado y deshacernos de todo lo que nos sobra, si ves algo por medio, recógelo, llévalo a su sitio inmediatamente, esto hará que el desorden no se acumule.

También es cierto que el menos es más  surge cuando un día te das cuenta que has evolucionado como persona y ya no eres el mismo, bien porque tu vida ha cambiado o has cambiado tus inquietudes y cambias el chip sobre tus hobbies, tu ropa , tus utensilios  lo que te va a  hacer limpiar y ordenar, no guardando  todo lo que ya no forma directamente parte de tu vida.

Es bien cierto que además del “menos es más” está el hecho de que para que algo nuevo entre, algo viejo tiene que salir, pues no se  trata de no acumular, eso solo te dará más trabajo y hará que el desorden crezca, pues finalmente lo que no ves, no lo usas.

El minimalismo como estilo de vida, no es nuevo, al final solo se trata  básicamente  de reducir tus pertenencias físicas y necesidades al mínimo, como siempre,.., sin más.

                                                     Ferrán Aparicio
                                                 10 de julio de 2018


martes, 30 de enero de 2018

MANDALAS

Hace unos años tuve la oportunidad por mandato imperativo en un proceso de ansiedad de experimentar el pintar mandalas como terapia de relajación y concentración emocional. La experiencia es muy recomendable y aconsejable y los resultados cuando los ejecutas son diferentes en función del encuentro emocional con el que te encuentras.

Los mandalas son representaciones simbólicas espirituales y rituales del macrocosmos y el microcosmos, utilizadas en el budismo y el hinduismo y es un término de origen sanscrito, una antigua lengua que se hablaba en la India y que hoy se conserva gracias a algunos textos sagrados

Analizando su estructura y estudiando el término según diversas fuentes, se compone de una estructura que parte de un círculo inscrito dentro de una forma rectangular, que representa el espacio sagrado y a partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mandala.

Independientemente de la temática o geometría que represente, las formas concéntricas sugieren una idea de perfección, de equidistancia con respecto a un centro y de que el perímetro del círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza.

El mandala como significado es círculo sagrado, y simboliza el centro de todo, alrededor del cual giran el resto de las cosas. El uso de mandalas ayuda a reducir los niveles de estrés, la angustia, la ansiedad y el algunos estados de depresión, además mejora la atención y la memoria y la autoestima, potencia la concentración e incluso nos hace pensar de forma diferente, encontrando de forma más rápida y sencilla la solución a los problemas.

 Los mandalas  son  un símbolo de cómo las cosas van cambiando, pues un mismo mandala si lo pintaramos dos veces, darían un resultado distinto, en cuanto a entonación de colores se refiere ya que si bien ayudan con la meditación,  mientras se va creando el dibujo, quien participa en ello entra en un estado de concentración que lo transporta a través de su existencia y recrea el estado de origen y equilibrio que le ayuda a purificarse y cambiar su entorno.

Los colores se diferencian por su significado: el negro está relacionado con el misterio, pero también con la muerte y la tristeza, al contrario el blanco es luz, pureza y perfección.

El color azul transmite la paz y la tranquilidad, el color verde la felicidad y la naturaleza, el
color rojo pasión y energía vital; el color naranja un sentimiento de ternura y energía, y el
color violeta la espiritualidad y la transformación, la combinación de ellos te dan una radiografía en la que se encuentra tu ser y su esencia.

Si dedicas unos minutos al día a pintar y verás cómo tu mente se concentra mejor poco a poco, no solo en los mandalas, sino en el resto de actividades cotidianas, así como que tu sueño será más profundo y el descanso más reparador.

La observancia de la observancia de como reflejamos nuestro estado psíquico-emocional es tan fácil como coger un mandala impreso y enfrentarnos desde la meditación o simplemente la tranquilidad a rellenarlo para luego ver un resultado reflejo.

                                                           Ferrán Aparicio

                                                     30 de enero de 2018

jueves, 30 de noviembre de 2017

NI BLANCO , NI NEGRO

Hay situaciones en la vida en que uno tiene que mediar en problemas, situaciones, relaciones y cualquier tipo de concepto o situación en que te das cuenta que  las cosas no son blanco o negro: hay muchísimos matices de color gris.

Esta situación la comprendí en una conferencia sobre la obra del Pintor Antonio López que casualmente tenía la especialidad de componer y colorear  con grandes grises diferenciados que mantenían un escéptico realismo, sin llegar a los extremos formales de un color puro, es decir grises había muchos más que los propios colores primarios, simplemente con una combinación exhaustiva de pequeños matices y cantidades combinadas hasta llegar al cromatismo deseado.

Este tono, en toda su amplísima variedad, es uno de los neutros más agradecidos, pues sea cual sea su intensidad, combina con todo el resto de colores, se integra diferencia y convive  con una especial resonancia.

Es bien cierto que la elegancia de los grises se duplica al tener como fondo un color como el blanco en toda su gama, blanco perla, blanco roto, blanco marfil y en definitiva  el simplemente blanco.

En este mismo sentido el gris como color lo podemos asociado a realidades físicas, como son materiales orgánicos como la Piedra, pizarra, antracita… sea cual sea el matiz, el gris aparece diferenciado con pequeños matices del resto de los colores, gris azulado, gris verdoso, gris amarillento y tantas y tantas combinaciones que nos dan una paleta infinita de posibilidades, como la vida misma.

Durante mucho tiempo el gris se ha asociado como concepto peyorativo, habiendo todos escuchado expresiones como cerebro con materia  gris, situaciones grises, o asociándolo a algo pobre o degradado.

La técnica, la cultura, el arte la decoración de interiores,  y la  propia comunicación han evolucionado  y han dejado el concepto subliminar de qué color gris es aburrido.

Independientemente de si está de moda o no, el gris siempre es y ha sido una apuesta segura para lograr ambientes de serenidad y calma, y eso nos lo demuestra que de alguna forma las grandes tendencias del arte, de la decoración, de complementos lo utilizan en toda sus gammas y con todo  tipo de acabados, desde el sutil brillo al elegante acabado mate.

Dicen los psicólogos  que el gris transmite calma y serenidad, sin embargo, a diferencia del blanco o del beige o de cualquier otro neutro, el gris tiene ese punto especial de sofisticación y elegancia.

Aunque su personalidad es relajada, no hay que subestimar el intenso efecto que puede llegar a producir, especialmente si optamos por tonos fuertes. En el caso de los grises perla transmite paz, equilibrio y elegancia.

Al final como todo en la vida, solo se trata de ver la vida con el color que se mira , con que les animo  plantearse de una vida pacifica, rejada y equilibrada, pues al final  aunque colores hay muchos como en la viña del señor, solo  se trata de disfrutar conscientemente de aquellos pequeños detalles que nos puede transmitir una felicidad plena.

                                                         Ferrán Aparicio

                                                 30 de noviembre de 2017

sábado, 15 de abril de 2017

DETALLES DE BIENESTAR

Dicen que el orden y el concierto son factores que facilitan el estado del equilibrio. Si de equilibrio estamos hablando no podemos dejar de pensar en el Feng Shui. 

El feng shui es un antiguo sistema filosófico chino de origen taoísta basado en la ocupación consciente y armónica del espacio, con el fin de lograr de éste una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan.

Está claro y todos hemos oído que se trata de un arte ancestral que parte de la cosmología china o, lo que es lo mismo, la ciencia que trata del origen y la evolución del universo, buscando adecuar las condiciones ambientales para fomentar el bienestar y equilibrio del individuo con su entorno.

También es cierto que el sentido común, algo ya no muy común en la sociedad que vivimos, nos puede ayudar a comprender el hecho de la existencia de una energía que puede verse afectada por las condiciones del espacio, la orientación o los cambios hagan que resulte de lo más interesante a la hora de decorar el hogar.

El Feng shui es una ciencia que es aplicable a todos los aspectos de  la vida, sin embargo se refleja mucho en nuestra casa y en especial en la imagen y en el sentido del orden que son detalles de bienestar pues donde reina el orden atrae la prosperidad y es que deshacerte del desorden libera energía y, en consecuencia, favorece la circulación de la energía positiva y atrae la prosperidad.

Dicen que el Feng shui se relaciona directamente con la habilidad de cada uno para atraer el dinero y que la cocina de nuestra casa en concreto, es la que nos determina esta relación. Tanto es así que mantenerla limpia y ordenada más que una recomendación es casi un imperativo para quienes buscan la abundancia aplicando las técnicas de esta filosofía milenaria.

Pero cuando hablamos de hacer Feng Shui yo personalmente lo relaciono con el orden y si tenemos en cuenta que una de las claves de Feng shui es la circulación de las energías y, en lo que a atraer el dinero se refiere, de las positivas en particular, lo peor que puedes hacer es acumular trastos que ya no necesitas.

Hacer  una limpieza profunda además de liberar espacio y acumular cosas que no necesitamos ni usamos  es y tener la oportunidad de hacer fluir una energía positiva, pues ya lo dice el dicho “donde no sale nada,…,  no entra nada“, y la verdad que no le falta razón.

Respeto a los colores , yo ya no estoy tan atinado  y de acuerdo como lo es el Feng Shui pues relacionar los colores rojos con la atracción del dinero y la suerte, parece que es una tradición china, que en occidente cambiaríamos por colores neutros en cuanto que nos transmiten mayor relajación , tranquilidad y en definitiva sensación de bienestar y la gama cromática debe ir en consonancia con tus gustos personales ya que la energía no parte solo de los colores elegidos, sino que se construye con los habitantes de la casa en cuestión y si no te gustan, difícilmente podrá circular la energía positiva que persigue el Feng shui.

                                                              Ferrán Aparicio

                                                           15 de Abril de 2017

jueves, 15 de diciembre de 2016

MOTIVACIÓN ESCEPTICA

Ya destella y resuena en las calles, la temporada de la magia de la navidad, con el encendido de las luces, los cánticos navideños y demás  parafernalia adherida a estas fiestas de paz y amor y el árbol en el salón.

Para mucha gente es una motivación religiosa la que existe detrás de estas festividades, para otros es una motivación escéptica, pero  en cualquiera de las variantes, que no nos falte un buen pavo al horno y una copita de  cava, eso si, el que pueda  permitírselo , pero el problema que me resuena es cual mi motivación respecto a todo lo que sucede a mi alrededor y de lo cual no puedo pasar página, pues son parte del escenario teatral social de  esta temporada hasta que pase la Epifanía del señor.

La motivación como la pasión son unos de los motores de la vida, todos queremos estar motivados, motivar a alguien o simplemente que nos motiven. Por definición la “motivación” es lo que  explica el inicio, la dirección y el mantenimiento de la acción, de una forma voluntaria incluso entusiasta.

La motivación también tiene carácter entusiasta en cuanto que manifiesta nuestra voluntad, y aunque parece que voluntad y motivación tienen el mismo significado, la realidad es que cuando le añadimos colores, texturas, formas,…, incluso adjetivos que los acompañen, pertenecen a dos enfoques totalmente diferentes.

Las diferencias pensadas en frío y con perspectiva de nuestras propias circunstancias es que la voluntad decide la acción y la motivación  explica de alguna forma el comportamiento.

El problema es que  si no estamos  motivados no ejercemos la acción, lo cual es incierto  y surge la idea de la motivación escéptica, aquella por la que de una forma voluntaria hacemos algo por costumbre sin ir más allá de su sentido o de lo que representa.

Cuántas veces hemos tenido  que oír aquello de que tienes que hacer lo que debes hacer, aunque no tengas ganas, o en su caso no te apetezca, bien de una forma externa o bien nuestro pepito grillo que nos lo recuerda  como mensajero de nuestra propia conciencia, y al final te convences que es mejor estar motivado para hacer o vivir las cosas o situaciones.
Con la Navidad sucede un poco lo mismo, el interés, el ánimo, la energía, favorece su desarrollo independientemente de tu posicionamiento.

Al final el deber es un recurso que entra en juego cuando la motivación desfallece y tan sólo se trata de  motivar, animar, ayudar y estimular el sentimiento de la navidad. Así mismo aunque parezca todo lo contrario, pienso que el deber no es contrario a la libertad, sino un factor imprescindible para libertad y la convivencia justa.

El deber es en definitiva un marco de seguridad que nos salva cuando la motivación no funciona.

Les animo a fomentar la motivación o el entusiasmo navideño, pues aunque no queramos en el teatro de la vida, la escena continua y al final solo se trata de encontrar el sentido a las cosas.

                                                           Ferrán Aparicio      
                                                        15 de Diciembre de 2016