Después
de unas fiestas navideñas, hemos despedido el año y como siempre y por la propia naturaleza , hemos hecho casi todos los humanos por inercia, una
reflexión de lo que habíamos vivido en el 2017, año que tildaremos de
conflictivo social y políticamente incorrecto, año de presunto crecimiento
económico y sólo espero que el ciclo económico vivido gracias a la aportación
del pueblo, no degenere, mientras esta generación que hoy vivimos y sigamos viviendo.
Los
ciclos son como las mareas o los ciclos
de la luna, tienen sus periodos: crecientes , llenos y menguantes y por
fin llega la luna nueva. Pero los problemas no lo son tanto, si los miramos
desde otro lugar, teniendo otra perspectiva de los acontecimientos; el ciclo
eterno de muerte y regeneración sigue su curso.
La
sociedad es mutante como la piel de serpiente, los últimos acontecimientos mal
que nos guste reconocerlo han variado. Sin embargo el mensaje que nos transmiten estos nuevos
tiempos en los que “creo, es pensar que
tenemos problemas en lugar de retos,
debemos ir empezando a mutar para poder evolucionar hacia una nueva etapa a
todos los niveles.
Es
importante saber que a veces las cosas no vienen solas, no son como las pensamos o
creemos y que es necesario el pensamiento positivo y un esfuerzo en cuanto a
nuestra actitud para lograr nuestros objetivos, es hora de repasar los propósitos
que nos hicimos para comenzar el año que terminó y a pensar que todo lo ocurrió
siempre nos enseña algo.
Está claro que en todo momento se está produciendo
un cambio, nada es igual a ayer y será distinto mañana, pero si lo observas en
tres dimensiones, lo verás lleno de transformaciones, de temor y de ansiedad al
mismo tiempo, así como de cierta incertidumbre, en cualquier caso podía ser
relativo a la economía, a la política a los problemas laborales o profesionales,
llegando a los familiares , incluso llegando a nosotros mismos, y al final eses
es el cambio.
Pero
el cambio sólo es una reflexión, para obtener beneficios duraderos, solo se trata de revisar determinados pensamientos,
comprender su sentido y aplicarlo a
todas las situaciones de nuestra vida.
Nuestra
existencia es preciosa cuando le damos un sentido, el sentido del despertar, de
renovarnos, disfrutar de las condiciones para hacerlo y aprovechar el momento,
pues en realidad no sabemos cuando durará.
Una
vida plena, es una vida de lucha: la lucha para mantener la felicidad, para
protegerla y para no permitir que se nos escape, un año más juntos, esperamos
que toda la dicha que nos deseamos en éste cambio de año sea constituida
día a día y la extendamos a todos los
que se acercan a nosotros.
Ferrán Aparicio
5 de Enero de 2018