El paso del tiempo no solo nos afecta haciendo que aprendamos cosas acerca del entorno; aunque no nos demos cuenta, también hace que interioricemos una serie de creencias acerca de quiénes somos y hacia dónde vamos. Dicho de otro modo, la experiencia también sirve para que vayamos construyendo un autoconcepto.
Tener un autoconcepto bien
asentado es muy ventajoso en muchos sentidos. Por ejemplo, en muchos casos
permite fijarse epectativas realistas y no lanzarse hacia situaciones extremadamente
arriesgadas en relación a lo poco que se puede ganar a partir de ellas.
Sin embargo, esta imagen que
tenemos acerca de nosotros mismos puede convertirse en una cárcel. Y es que con
el simple paso de los años podemos llegar a una conclusión errónea: “si durante
todo este tiempo no hemos logrado un cierto objetivo, eso significa que no
estamos hechos para alcanzarlo”
Dicho de otro modo, tener más
información nos hace concluir falsamente que conocemos todos nuestros límites y
que nunca es tarde para empezar de
nuevo
Si algo nos distingue es nuestra increíble capacidad de aprender,
pues los seres humanos prácticamente no tenemos instintos que condicionen
nuestro comportamiento de una manera previsible y estereotipada, lo cual
significa que no llegamos al mundo con esta clase de ayudas para adaptarnos al
entorno.
Nuestra capacidad de
aprendizaje forma parte del funcionamiento normal del cerebro, dado que este
trabaja a partir de un mecanismo llamado plasticidad neuronal: nuestras
neuronas cambian constantemente sus patrones de conectividad, reforzando
ciertas relaciones y debilitando otras dependiendo de la utilidad de cada uno
de estos puentes entre células nerviosas.
En
conclusión, si nunca es tarde para empezar de nuevo es justamente
porque no existen ataduras con el
pasado que determinen aquello que seremos en el futuro. Ni nuestros
genes ni nuestra historia pasada nos lleva a actuar. siguiendo en línea recta
la dirección por la que llegamos hasta el presente.
Es cierto que el simple hecho
de tener más edad hace que existan ciertos límites a la hora de profundizar en
el grado de maestría que podemos alcanzar practicando una nueva habilidad, pero
esto solo tiene importancia si queremos alcanzar niveles de élite. .
A fin de cuentas, volver a
empezar de nuevo es simplemente la unión de dos elementos: el aprendizaje de
nuevos hábitos y rutinas, y un cambio de aires relacionado con los entornos
físicos y sociales por los que nos movemos. Esto es algo que es perfectamente
realizable independientemente del tiempo que haya pasado desde el inicio de
nuestro recorrido vital. Merece la pena aprovechar este simple hecho que nos
permite desarrollar nuestros objetivos en cualquier dirección.
.Nunca es tarde para empezar
de nuevo, nunca es tarde para ser feliz. La vida es para los valientes como tú,
los que se la juegan a todo o nada. No desperdicies tu vida que solo tienes
una, hazme caso.
Ferrán Aparicio
10
de junio de 2023
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario